Diario de Valladolid

INDUSTRIA

Inobat resurge en Valladolid: cronología del proyecto de la megafábrica de baterías

Desde la firma del convenio en 2022, la llegada de la planta eslovaca se posicionó como una de las grandes iniciativas para la ciudad aunque no sin incertidumbre

Recreación de cómo sería la futura fábrica de baterías de Inobat en Valladolid.

Recreación de cómo sería la futura fábrica de baterías de Inobat en Valladolid.INOBAT

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Los nombres Inobat y Valladolid han venido de la mano durante los últimos años después de que la fábrica eslovaca de baterías para vehículos anunciara su intención de abrir una nueva megafactoría. Entre los destinos que contemplaba estaba la capital del Pisuerga y, de hecho, fue esta la elección final, lo que dio pie a diferentes anuncios que con el tiempo han ido apuntalando el proyecto.

A principios de octubre de 2022 fue cuando la noticia de la llegada de una macroplanta de baterías a Valladolid empezó a resonar y a generar expectación en la ciudad. En esos días poco se sabía de los que implicaría este proyecto industrial e, incluso, de una desconocida empresa eslovaca que se había decantado por establecer en el centro de Castilla y León una de sus principales instalaciones en todo el mundo.

En aquellos días, además, la implantación de Inobat en Valladolid coincidía también con otro proyecto del que se habló mucho, la fábrica de autobuses eléctricos de Switch Mobility. En este caso, y al contrario del impulso que recibe ahora la eslovaca con 53 millones del III Perte VEC, el futuro de la anglohindú es mucho más incierto y a día de hoy poco halagüeño por la baja demanda de sus vehículos.

De vuelta a Inobat, si a principios de octubre de 2022 empezaban los rumores de su aterrizaje en la capital del Pisuerga, era en ese mismo mes cuando se firmaban el protocolo y la declaración de intenciones para su instalación de la mano de la propia empresa, el Ayuntamiento de Valladolid, la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Industria.

A partir de este momento, empezaron a sucederse los primeros pasos para la llegada del proyecto industrial. En marzo de 2023, medio año después de la firma del protocolo, el por entonces alcalde de Valladolid y hoy ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, se mostraba rotundo y confiado con Inobat. "No hay vuelta atrás", aseguraba tras conocerse que la empresa entraba en una fase de estudio más profundo y que incluso se planteaba la creación de un centro de I+D en Salamanca.

En estas fechas ya se manejaban algunas cifras del impacto que Inobat podría tener en Valladolid. Las informaciones de aquellos días cifraban 3.000 millones de euros de inversión y la creación de 2.160 empleos en una fábrica que se construiría en unos terrenos de 60 hectáreas en la zona de Palomares-Las Arenas, junto a la Ronda Exterior.

En abril de 2023 surgieron los primeros titulares que vinculaban el proyecto de Inobat en Valladolid con el Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado, ese cuya tercera convocatoria ha reservado más de 50 millones para la compañía eslovaca. De hecho, ya se hablaba de que la inversión de la empresa quedaba vinculada a las ayudas estatales, lo que también ha hecho que en estos tres años haya habido periodos de incertidumbre.

No obstante, a medida que se sucedían las noticias también crecía la confianza. De hecho, quien más apostó por Inobat fue Puente, que no en pocas ocasiones insistió en que el proyecto recalaría en Valladolid. A ello ayudó que el 13 de mayo de 2023, coincidiendo con la fiesta de San Pedro Regalado, llegara a la ciudad el presidente de InoBat, Marian Bocek, acompañado también por Andy Palmer, otro de los protagonistas en este historia como uno de los altos directivos de la compañía.

El día después de esta esperada cita, el entonces regidor aseguraba que la alternativa a la capital vallisoletana, instalar la planta en el Reino Unido, estaba "completamente abandonado". Asimismo, en esos mismos días también se produjeron reuniones ministeriales para ir apuntalando el proyecto, lo que denotaba la implicación de las administraciones a este respecto. También la del Ayuntamiento, que declaró el proyecto 'De Especial Interés Municipal' a fin de agilizar los trámites en todo lo posible.

Inobat descartó el Reino Unido por una cuestión económica, ya que después del Brexit la compañía eslovaca no tenía posibilidad de recibir fondos europeos si se instalaba al otro lado del Canal de la Mancha. Esa realidad reafirmó la confianza en la llegada definitiva a Valladolid que, no obstante, el CEO de la compañía se resistía a garantizar al 100%. Eso sí, confirmaba que se seguía trabajando.

A partir de este momento, la empresa eslovaca se decantó por el silencio en todo lo relativo a su llegada a Valladolid. Las únicas informaciones que salían a la luz versaban en su mayoría sobre la búsqueda de ayudas públicas para dar impulso al proyecto. En el primer Perte, Inobat se lanzó a la caza de 300 millones de euros, con la vista puesta en empezar la producción en 2025, un plazo que ahora ya se sabe que se quedaba corto.

En este intervalo de tiempo, se produjo en Valladolid un cambio en la alcaldía, que pasó de Óscar Puente al actual regidor, Jesús Julio Carnero, quien recibió el testigo de apostar con firmeza por la llegada de Inobat. Pese a algunas declaraciones políticas cruzadas, el deseo de la instalación de la empresa era generalizado, aunque seguía sin estar apuntalado a falta de esas subvenciones públicas que eran ya imprescindibles. Sin embargo, en compensación, la compañía daba también pasos hacia adelante como su alianza con el gigante chino Gotion en septiembre de 2023.

Las últimas semanas de ese año fueron, quizá, de las más decisivas para el proyecto de Inobat en Valladolid. No porque se produjeran avances más allá de los esperados, sino porque en aquellos días hubo una nueva confirmación de que la fábrica recalaría finalmente en suelo vallisoletano.

Esto coincidió también con el inicio de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) por parte del Ayuntamiento para la implantación de la fábrica de Inobat. De esta forma se unificaron tres sectores de suelo para convertirlos en uno solo. Así, las áreas identificadas como Caminos de los Lagares, La Cañada y Vereda de Palomares conforman ahora una única parcela de 1,48 millones de metros cuadrados, de los que 1,24 supondrán superficie neta.

Con la llegada de 2025, no obstante, llegaron también las dudas acerca de si el proyecto sería o no una realidad. Las noticias de la compañía empezaron a dilatarse no solo para el público, sino también para las administraciones implicadas en el proyecto. De hecho, fueron varios los dirigentes que mostraron sus dudas acerca del futuro de esta iniciativa que ahora, casi tres años después, resurge gracias a los 53 millones del Perte, con la incógnita aún de si serán suficientes.

No obstante, la compañía eslovaca también confirmaba hace unos meses que se presentaría a la siguiente convocatoria del Perte, la cuarta, lo cual deja abierta la puerta a que los fondos públicos que reciba puedan incrementarse.

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