Diario de Valladolid

ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA

Sanidad avanza en las obras de la primera unidad de ELA con las obras del Edificio Rondilla en Valladolid

La Consejería licita por 300.000 euros la adecuación de la tercera planta de la antigua Residencia para su transformación en el primer servicio de referencia autonómica

Fachada principal de la antigua Residencia de Valladolid que albergará la unidad multidisciplinar de ELA

Fachada principal de la antigua Residencia de Valladolid que albergará la unidad multidisciplinar de ELAPHOTOGENIC

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Valladolid

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Ni un solo freno a la primera unidad multidisciplinar de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en Castilla y León. Desde que este mismo periódico destapó el proyecto de la Consejería de Sanidad a principios de agosto, la planificación sigue su cauce y ya están licitadas las obras para la adecuación dentro de la tercera planta del Edificio Rondilla, el mismo que alberga lo que antaño era la antigua Residencia de Valladolid, y será a partir de noviembre cuando empiecen a ejecutarse.

Con la adjudicación publicada en la Plataforma de Contratación, ya está más cerca que el Hospital Clínico Universitario de Valladolid se una a otros complejos de referencia en otras comunidades autónomas capaces de ofrecer una atención multidisciplinar a los pacientes con esta enfermedad neurodegenerativo progresiva y a sus familiares.

Para conseguir que se cumplan esas palabras, el proyecto depara en la constructora Citanias, imponiéndose a Interclina Salamanca S.L. por ser «la mejor oferta calidad-precio teniendo en cuenta los criterios establecidos en los pliegos». De hecho, hay una diferencia de 53,5 puntos en esa decisión, con 100 puntos conseguidos por la empresa gallega con amplia experiencia en el campo sanitario, con obras en el Hospital Virgen de la Torre y el 12 de Octubre, en Madrid; en el Hospital de Cabueñes, en Asturias; o en centros de salud de Cuenca, Gijón o Pontevedra.

Si bien el contrato no especifica cuándo deberá comenzar el acondicionamiento del ala derecha del que era el viejo hospital Río Hortega -actualmente desocupada- para dar paso al desarrollo de las dependencias de la unidad multidisciplinar de atención a los pacientes de ELA, la misma empresa adjudicataria confirmó a este medio que «a finales del mes de noviembre» se empezará la ejecución de las obras, sin concretar las fechas para su finalización.

No obstante, el mismo expediente detalla que el plazo de ejecución será de «120 días laborables a contar desde la firma del acta de comprobación del replanteo con resultado viable». Y como este documento se firma antes del inicio de la obra, las fechas estimadas para completar la primera unidad específica de ELA de Castilla y León se calculan entre los meses de marzo y abril.

Cuando sea una realidad, las más de 200 personas que sufren de ELA podrán contar con una mejora «de la calidad de la atención especialidad», como recoge la memoria descriptiva del proyecto. Y es que todo lo que rodea a este enfermedad sigue siendo un reto, tanto por el exigente control que requiere esta patología y que podrá cumplirse a través de su propia unidad en la antigua Residencia de Valladolid, como por los esfuerzos económicos para las familias en la atención sanitario, apartado del que ayer el Gobierno de España y las Comunidades Autónomas dieron un pase en firme tras aprobarse en el Consejo de Ministros un Real Decreto-ley para dotar con 500 millones de euros la ley ELA -aprobada hace un año- y reforzar el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), un texto que contempla una prestación de hasta 10.000 euros mensuales por paciente con esta enfermedad.

Así será la unidad de ELA

Más a fondo sobre la unidad específica de ELA que se prevé habilitar en la capital vallisoletana, la empresa Citanias deberá cumplir con el proyecto elaborado por el arquitecto Luis José Martín Fernández, el cual que se sustenta sobre la «humanización». Para ello, plantea proporcionar «un lugar seguro» para la atención de los pacientes «con fácil accesibilidad durante todo el proceso asistencial, desde su llegada al centro hasta su atención en consulta».

Si el primer punto se relaciona con la llegada a la futura unidad multidisciplinar de ELA, el proyecto concibe una sala de espera para los pacientes, con disposición de tomas de oxígeno o bombonas, así como enchufes para conexión de terapias ventilatorias portátiles, accesos amplios para facilitar la movilidad con sillas de ruedas y camillas y baños adaptados, además de mobiliario adecuado. «Así mismo, a su llegada a la sala de espera debería de ser recibido por personal sanitario responsable de la acogida del paciente, quien deberían informar de como se llevará a cabo el proceso asistencial así como del tiempo de espera que deberá ser siempre el menor posible», se añade en el documento.

En ese proceso asistencial, el arquitecto proyecta un circuito para llegar a las consultas a través de un modelo de «pasillo único», de forma que un paciente pudiera ser evaluado en un mismo día por la mayoría de especialistas implicados en el seguimiento de su enfermedad. «Esto evitaría desplazamientos repetidos al hospital, disminuirá el tiempo en el centro hospitalario y con ello el impacto emocional que éstos producen sobre el paciente y sus familiares. Además, favorecería el acompañamiento. A su vez permitiría una mejor comunicación entre los facultativos implicados, mejorando la calidad de la asistencia», detalla la memoria del proyecto.

El diseño de la unidad multidisciplinar de ELA incluye cuatro consultas individuales con material de escritorio e informático necesario para la atención por los diferentes especialistas (Neurología, Rehabilitación, Endocrinología y Neumología), otra consulta individual con material de escritorio e informático necesario para la enfermera gestora de casos, pudiendo disponer de una toma de aspiración y tomas de oxígeno. Estas cinco salas se ubicarán en torno al margen derecho de un pasillo central que queda a la izquierda del control de acogida a los pacientes y acompañantes al final del pasillo de la tercera planta de la antigua Residencia de Valladolid, que tendrá una atmósfera alejada del ambiente hospitalario tradicional.

Las obras también incluyen la construcción de una sala de reuniones con el necesario material de escritorio e informático, mientras que se proyecta una sala para administración de tratamientos y realización de pruebas diagnósticas dotada de camillas y sillones para los pacientes, además de tomas de electricidad, oxigenoterapia y de aspiración.

Por otro lado, el proyecto pretende lograr la adecuación de los espacios existentes para mantener la funcionalidad del área de trabajo y profesional. Así, la distribución del resto de la tercera planta del Edificio Rondilla no va a a verse alterada, por lo que seguiría incluida dentro del conjunto de consultas externas, «por lo que la propuesta cuenta con una total integración».

Pero ante todo, la arquitectura de la unidad está pensada para proporcionar un ambiente que contribuya al bienestar de los usuarios a través del confort acústico y sensitivo, con iluminación adecuada y mobiliario ergonómico; con un diseño inclusivo; y con peso de la señalética y wayfinding, con el propósito de facilitar la orientación dentro del edificio.

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