Nervios entre los aspirantes al MIR en Valladolid: ''Los últimos meses han sido muy duros''

Nervios, incertidumbre y el deseo de que la suerte les acompañe. No son los Juegos del Hambre, aunque pueda parecer lo contrario. Son las pruebas del proceso de futuros 'MIR' que marcaron ayer un antes y un después en la vida de los 683 solicitantes que se presentaron a realizar la prueba en el Aulario del Campus Esgueva de la Universidad de Valladolid. En realidad, aspiran a una de las 11.943 plazas de Formación Sanitaria Especializada que el Ministerio oferta en todo el país, dentro de Medicina, Farmacia, Enfermería y de las titulaciones del ámbito de la Psicología, la Química, la Biología y la Física. Con el correr de los minutos y el examen cada vez más cerca, los aspirantes se impacientan, deseosos por entrar al aula y demostrar todos sus conocimientos tras más de un año dedicados exclusivamente a estudiar.

Algunos pasean por los alrededores de la sede aprovechando el sol, mientras que otros emplean los últimos momentos para dar un último repaso a los apuntes o intentan distraerse hablando con sus compañeros mientras los nervios se apoderan del ambiente. María, una de las estudiantes, espera paciente en la entrada del aulario. Aunque aun no lo tiene claro, su preferencia es la de neurocirugía. Va acompañada por su hermana, su apoyo antes de la prueba. ''Los nervios me van por rachas. Ahora mismo estoy tranquila'', explica. Tras un año y cuatro meses estudiando -desde que comenzó sexto de carrera- confiesa que la dureza del estudio se ha intensificado sobre todo al final.

''Los últimos meses han sido los más duros. Durante sexto era duro porque lo teníamos que compaginar con las prácticas, luego en verano se hizo más sencillo'', argumenta. En la misma situación se encuentran Sofía y Daniel. Este último lo tiene claro: más que suerte espera que haya justicia. ''A la hora de hacer el examen influyen muchas cosas aparte de lo que hayas estudiado. No se puede venir sin estudiar, pero se necesita un componente de suerte''. Ambos dominan bien los nervios y confían en el trabajo que han hecho estos meses tras todo el tiempo de dedicación. ''No me suelo poner nerviosa hasta que estoy en el sitio'', explica Sofía, que decidirá su especialidad hasta que haga el examen y tenga un resultado. ''Las que más me gustan son digestivo y pediatría''.

Luis Enrique tiene sus tres preferencias claras: digestivo, psiquiatría o fisioterapia. Sus últimos seis meses fueron muchos más tranquilos tras venir de Ecuador a España. ''Ha habido sus altos y sus bajos, pero ahora mucho mejor. Espero que todo fluya, he trabajado estas dos últimas semanas, sobre todo la parte de la cabeza que nada tiene que ver con la ciencia, para no ponerme trabas''.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró ayer, además, que en Castilla y León ''se espera con los brazos abiertos'' a todos los profesionales que hoy afrontan las pruebas de Formación Sanitaria Especializada, dado que su labor ''contribuye a la protección de la sociedad a través de su talento y vocación''.