Más de lo mismo

El cambio en el banquillo no se reflejó en el césped. El Valladolid que se vio ante el Sporting, con Sergio González en el banquillo, fue muy parecido al de Luis César durante muchos minutos. Este equipo depende en exceso de Mata y sufre cuando no llegan sus goles. Ayer pudieron ser dos. El primero lo salvó Mariño y el segundo lo evitó Barba cuando el balón avanzaba hacia la portería con el meta batido. Mata se quedó sin marcar y el Valladolid perdió. La portentosa marca de siete victorias en los ocho últimos partidos en Zorrilla saltó por los aires y lo hizo cuando más falta hacían los puntos.

El Valladolid se topó ayer con un equipazo. Los registros del Sporting en los dos últimos meses de competición quedaron justificados en Zorrilla. Con razón es el líder, empatado a puntos con el Rayo. El Sporting de Rubén Baraja selló la novena victoria en las diez últimas jornadas y lo hizo con autoridad, aunque el Valladolid reunió méritos en el segundo tiempo para lograr al menos un punto.

La mayor virtud del Sporting es que sabe a lo que juega y lo hace con un fútbol fácil y muy práctico. Nadie regala el balón. Los defensas buscan siempre a Sergio, a quien acompaña desde cerca Bergantiños, y en el centro del campo comienza el Sporting a fabricar ese fútbol de fantasía que le convierte en un firme candidato al ascenso.

Es un equipo ambicioso al que le gusta llegar al área sin descuidar el centro del campo ni la defensa. El líder no sabe jugar a empatar. Vino a Zorrilla a ganar y a los dos minutos ya mandaba en el marcador. Nano Mesa centró ante la fragilidad de la defensa y Rubén García marcó a placer. A los aficionados del Valladolid no les había dado tiempo ni a ver el dispositivo del debutante Sergio González, que en su primera alineación prescindió de Antoñito y Ontiveros.

Con el marcador en contra tan pronto, el Valladolid volvió a mostrar el nerviosismo que exhibió ante el Almería. Quedaba todo el partido por delante aunque el obstáculo era mucho mas consistente. Era difícil superar al Sporting en el centro del campo y el Valladolid cargó el ataque por la banda derecha con Hervías tratando de salvar el marcaje de Canella. El problema es que Mata tenía una vez más dos rivales encima -ayer fueron Álex Pérez y Barba- y el Valladolid insistía en centros bombeados al área que facilitaban el trabajo de ambos. La mejor ocasión de los blanquivioleta llegó con un cabezazo del Pichichi tras un servicio perfecto de Hervías.

Mejoró el Valladolid en la segunda parte. Elaboró más el juego y llegó más al área, aunque sin crear ocasiones. Todo el trabajo en el centro del campo moría en a la hora de culminar los ataques con remates flojos o desviados.

El Sporting mantuvo el orden y la firmeza en todo momento pero poco a poco dio un paso atrás cuando mayor era el dominio del Valladolid. La entrada de Gianniotas le dio más brío al ataque. El griego protestó una mano que el árbitro podía haber convertido en penalti. Su velocidad obligó al Sporting a seguir cediendo terreno y es cuando apareció el mejor Mata de la tarde. En el minuto 80 tuvo en sus botas el gol del empate en un lanzamiento desviado por Marió y en el tiempo añadido vio con desesperación cómo Barba sacaba el balón cuando se metía en su potería. Sergio González acaba de llegar y el tiempo vuela. Al Valladolid se le complica el playoff.