El ‘dream team’ de la PAU 2025: la mejor nota de cada provincia de Castilla y León

La práctica hace al maestro. Probar y probar una y otra vez hasta alcanzar la excelencia. Iker Somoza, la mejor nota de la provincia de Ávila, resalta la importancia de «trabajar con los profesores» durante un «curso largo» para saber cómo hacer y cómo enfrentarse a un examen como el de la PAU:«Llegas y dices: sé hacerlo. Al final solo hay que hacer el examen una vez más», pero hay que hacerlo el día con más presión de los últimos dos años. Iker, del I.E.S. Isabel de Castilla, salió con «buenas sensaciones» de los exámenes, pero «no tan buena» como para esperar sacar un 9,94 en la fase general de la PAU.
Ahora dará comienzo a una nueva vida y lo tiene claro «desde hace años». Su futuro son las matemáticas: «Es lo que me apasiona», asegura mientras afirma que quiere dedicarse a la investigación. Al igual que su carrera, también tiene claro su destino: Salamanca. Este joven cuenta con la ventaja de haber realizado proyectos con la USAL por lo que el cambio y el traslado será más sencillo al conocer ya a gente de la entidad. Es consciente de que le espera no solo un cambio de ciudad, si no «un cambio en el modo de vida» y abandonar su casa, pero está contento porque va a estudiar lo que le gusta. Después de su etapa en las aulas salmantinas no duda en dedicarse a investigar «cualquier cosa» y aplicar «lo aprendido durante la carrera».

A pesar de querer dedicarse a un campo tan profundo y complejo como es la investigación, es inevitable sentir «muchos nervios» en los últimos días antes de enfrentarse al momento clave, aquel para el que se llevan preparando específicamente dos años: la selectividad. Esos nervios no evitaron que Álvaro Renedo, del I.E.S. Félix Rodríguez de la Fuente, saliera «con buenas sensaciones» de los exámenes. Sus hábitos de estudio, mantener los horarios y «desconectar» le permitieron hacer una fase general brillante con un 9,7: «Lo más importante es saber que lo llevas bien».
Su futuro más inmediato pasa por un doble grado de Física y Matemáticas, pero todavía no sabe si lo realizará en Valladolid o en Burgos, aunque como segundas opciones valora desplazarse hasta Cantabria o Madrid. Sin embargo, este joven burgalés valora más la «comodidad» y la cercanía de poder desplazarse en poco tiempo hasta su casa.
Álvaro quiere comenzar esta nueva etapa de su vida, a disfrutar de la etapa universitaria y es consciente de que será «exigente» y le tocará «estudiar mucho». Su primera idea es dedicarse a la investigación, pero no descarta la docencia. Si bien, su ámbito de estudio es tan grande que no tiene definido un «campo concreto»: «Lo iré decidiendo».

«No necesitaba la nota, pero era una cuestión de orgullo». Una cuestión de orgullo de ir a por el 10 y sacar la mejor nota posible en la PAU por ser exigente consigo mismo. Diego Contreras, del IES Fernando I de Valencia de Don Juan, partía de la base de que no necesita una nota alta para cursar Filología Hispánica en León, su tierra. Esto le llevó a «unos nervios casi nulos» en los días previos a los exámenes de acceso a la universidad. Reconoce estar «bastante tranquilo» salvo en esos minutos previos, que se hacen eternos, en los que estás esperando a que te llamen para empezar a realizar el examen. Una situación que «te impone», pero que Diego intentó mentalizarse para «estar tranquilo» a pesar de sentir «algo en el pecho» cuando te llaman para que entres al examen. Alguna broma con algún compañero o con algún profesor sirvieron para aliviar «esos minutos de tensión»: «Casi lo último en lo que piensas es en el examen».
Una vez terminados los exámenes la sensación fue positiva: «Salía satisfecho salvo por la redacción». Un mínimo detalle que no le ha evitado conseguir un 9,91 y ya conoce su futuro más inmediato, Filología Hispánica en la Universidad de León: «Espero descubrir lo que me apasiona y a mí mismo». Un aprendizaje durante los próximos cuatro años, pero sin una visión clara de lo que sucederá cuando salga de las aulas de la ULE: «La Filología es un campo tan amplio que no sabes donde caer. No sé si soy más de lengua o de literatura», explica Diego, pero con ganas de empezar a descubrirlo y dejando atrás el «prejuicio de la docencia» que descartará o no con el tiempo.

«Sabía que quería hacer Medicina y eso añadía presión porque la nota es muy alta», explicó Luna al respecto de la preparación que tuvo en la PAU, donde sacó la mejor nota de Palencia en el Distrito UVa. La alumna del IES Alonso Berruguete logró un 9,85 en la fase obligatoria.
Jiménez salió pensando «que podría haber sido mejor, pero sabía que no merecía la pena darle vueltas porque ya estaban escrita y había dado lo mejor de mí y necesitaba no alterarme para que el resto de exámenes fuesen bien».
Luna quiere estudiar Medicina, por «la mezcla entre ciencia y el hecho de poder ayudar de forma muy directa» y lo hará en Salamanca, por «comodidad a la hora del alojamiento porque me iba a tocar salir de la provincia».
De su estancia en Salamanca espera una etapa «de mucho aprendizaje, no solo académico sino también personal. Me gustaría aprovechar para conocer gente nueva y abrirme a otras formas de ver el mundo y crcer más allá de lo académico».
En cuanto a sus expectativas laborales, aunque no se ha parado a pensar mucho, Luna espera trabajar en un hospital «ayudando a todo aquel que lo necesite». «Me gustaría que fuese un trabajo que me llenase y me resulte gratificante», expuso.

Una nota brillante, un 9,97 en la fase general, pero todavía no sabe qué carrera cursar. Teresa Sancho del I.E.S. Vaguada de la Palma fue la mejor nota de Salamanca y se debate entre dos mundos: la matemática o la medicina. «Estoy un poco indecisa». Dos carreras distintas, pero la decisión la deberá tomar en los próximos días. Sea cual sea, su idea es no abandonar la capital charra y cursar sus estudios en su ciudad. Pese a no tener del todo claro sus estudios, sí es consciente que ante ella se «abre una etapa distinta». «Un primer año para conocer a mucha gente», un nuevo comienzo que recibe «ilusionada», consciente de que es «una etapa de estudiar mucho», pero también para «pasarlo bien». Su futuro laboral depende íntegramente de la decisión que tome en los próximos días, pero al ser preguntada por ello ya desliza una idea:«Ser profesora me gusta».
Para poder tener la libertad de decidir entre dos carreras como matemáticas y medicina, Teresa se ha preparado duramente durante todo el año practicando y practicando con exámenes: «Me ayudó mucho saber cómo iba a ser el examen». «Yo tenía muchos nervios, pero cuando ves el examen y es lo que ya has hecho otras veces se te quitan», asegura.

«Me ayudó pensar que solo era un examen más». Víctor Rubio se tomó con calma la PAU, donde sacó un 9,76. «Es inevitable tener ciertos nervios al llegar allí, pero lo importante es estar tranquilo». El cuellarano del IES Duque de Alburquerque salió de los exámenes con sensaciones «bastante buenas y contento». «Siempre te quedas dándole vueltas a alguna pregunta», pero sentía que «me habían salido bien».
Víctor estudiará la carrera de Ciencia de Datos, que consiste en la recogida y el análisis de grandes cantidades de datos «para sacar conclusiones fáciles», con salidas en «cualquier sector donde se necesiten analizar datos para mejorar productos o servicios». Aún no tiene claro si lo hará en León, única provincia que tiene el grado o si se irá fuera de la Comunidad. De la universidad espera aprender mucho, pero también «disfrutar de la experiencia, conocer gente nueva y crecer tanto personal como profesionalmente».
Mientras que las expectativas del futuro laboral, Víctor quiere «trabajar de algo que me motive de verdad, que verdaderamente me gusta, en un sitio, donde pueda seguir aprendiendo». «Al final lo importante es que te guste lo que hagas».

gnacio González sacó la mejor nota de la PAUen Soria en el Distrito UVa. El estudiante del Colegio Nuestra Señora del Pilar ‘Los Escolapios’, con un 9,87, en la fase obligatoria.
«La PAU es una prueba que mentalmente tiene bastante dificultad porque al final afrontas mucha materia entres días de la semana», explicó González, antes de decir que que él afrontó la prueba con los nervios «justos» porque «va sobre lo que estudias durante el año».
Ignacio salió «bastante contento en general» de los exámenes y su primera opción es hacer el grado de Física, aunque «estuve mirando varias ingenierías, pero Física es la que más se ajusta a mí». Su intención es hacer la carrera en Madrid, donde espera «con muchas ganas y expectativas» el cambio de Soria a Madrid.
En cuanto al futuro laboral, aún es pronto, pero «espero dedicarme al menos un trabajo que me guste» porque la carrera de Física sí tiene bastante salida laboral en diferentes ámbitos» desde educación hasta investigación, pasando por lo privado.

Sara siempre quiso estudiar Medicina desde los 12 años, «es algo que me ha gustado mucho» y cuando termine el grado quiere especializarse en cardiología o medicina forense. Sara Rodríguez logró la mejor nota de la PAU en Valladolid en el Distrito UVa. La alumna del colegio Ave María sacó 9,95 en la prueba obligatoria de la Prueba de Acceso.
La vallisoletana quiere estudiar el grado de Medicina en la Universidad de Valladolid. «Tenía claro que quería estudiar medicina», aunque si no le daba la nota quería veterinaria en León, pero ella sabía «que no iba a tener problema con la nota».
Para ella, la PAU le pareció «menos complicado» que en los exámenes de clase, salvo el de química por ser «rarillo» porque las preguntas estaban «enrevesadas», mientras que el de filosofía le salió mejor.
Todo ello después de estar preparándose la PAU durante unas semanas, a base de estudiar mañanas y tardes «hasta las siete porque no me gusta estudiar por la noche».
«Estuve muchas horas estudiando así que contenta con el resultado», señala. Los alumnos del Ave María tenían la opción de realizar un simulacro a finales de curso, formado por seis exámenes, todos opciones. «Yo hice cuatro de ellos».

El mejor remedio de Jimena frente a los nervios de la selectividad fue «la confianza en uno mismo». «Saber que eres capaz». Con esta premisa se presentó a los exámenes de la PAU la que a posteriori fue la mejor nota de la provincia de Zamora con un 9,75 del colegio Sagrado Corazón. Aunque por mucha confianza que uno acumule de cara a este tipo de exámenes, es imposible que no aparezcan los nervios en los momentos previos del examen, pero esta joven salió «contenta»: «El examen estaba bien para el cambio», apunta sobre el cambio de modelo de examen que había para este curso.
Su futuro más inmediato lo tiene claro, le espera la Universidad de León y el grado de Ingeniería Aeroespacial. En ningún momento pensó en ir a Madrid o Sevilla para estudiar esta carrera, León siempre fue su primera opción, una ciudad «con más cercanía y con más comodidad a nivel de vida». La nueva etapa que se abre ante ella comenzará también como los exámenes de la PAU, con «nervios» porque hay «mucho cambio» entre el bachillerato y la universidad; pero con una gran diferencia: «Estudias lo que te gusta». Unos estudios que tiene claros, pero no su futuro laboral, aunque tiene una predilección: «El control de satélites, pero me iré decidiendo».