NUEVO PAPA
La 'vallisoletana' confirmada por León XIV: «Va a saber conectar con los jóvenes»
Alejandra, natal de Perú, fue confirmada por el nuevo Papa y resalta su "cercanía y bondad"
«Es como si para el resto del mundo hubieran ganado un Mundial», explica por el sentimiento desatado en su país

Alejandra Delgado en un viaje al Vaticano.
Una pequeña pausa en el trabajo, como cualquier otra, y le llegó la noticia que millones de cristianos estaban esperando en todo el mundo : Habemus Papam. Alejandra Delgado, natal de Perú, pero afincada en Valladolid desde hace más de un año, no olvidará el 8 de mayo cuando Robert Prevost fue nombrado nuevo papa, León XIV, el mismo hombre que la confirmó diez años antes. Un momento que no olvidará y que ahora guarda, todavía más si cabe, un espacio único en su memoria: «Ese momento fue muy especial para mí y que luego él fuese el Papa le da aún más significado a esa experiencia. Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad».
El destino quiso que el noviembre de 2014 su predecesor, el papa Francisco, le nombrase administrador apostólico de Chiclayo, una ciudad al norte de Perú y hogar de Alejandra y su familia. Un año después, Robert Prevost estaba administrando el sacramento de la confirmación a esta joven en el colegio Manuel Pardo: «Fue una experiencia personal muy bonita». Una ceremonia importante para ella y los suyos (también confirmó a su hermana) que hoy en día cobra todavía más significado porque el nombre de ese obispo de Chiclayo quedará escrito ya para siempre en la historia. Fueron varias las ocasiones en las que tuvo la fortuna de coincidir con el recién nombrado papa y no duda en calificarlo como una persona «cercana y bondadosa». «Era una figura muy cercana para todos nosotros porque en los colegios él podía hablar e interactuar con nosotros», recuerda sobre su etapa en el país sudamericano.
El paso del primer papa estadounidense por esta ciudad peruana perdura en el recuerdo, al igual que sus enseñanzas: «Su vida es un ejemplo para todo el mundo». «Recuerdo que nos decía que, aunque la Iglesia tuviera dificultades, lo más importante era el amor y el respeto hacia los demás. Eso es algo que se me quedó», rememora Alejandra con emoción en sus palabras por la «inesperada» noticia que ha sido un «regalo de Dios» para todos ellos.
Un día después todavía le cuesta asimilarlo: «No podía creerlo, lo sentía como una felicidad y no sabía si reír o llorar», explica sobre el momento en el qué se enteró que Robert Prevost pasaba a ser el líder de la Iglesia Católica. Un hecho especial que lo fue más cuando León XIV, en su primera aparición al mundo mandó un saludo a su Diócesis: «Pudo empezar por otro lado, pero quiso agradecer a donde se sintió como un hogar».
El nuevo papa, que tiene nacionalidad estadounidense y peruana, llegó al país sudamericano en 1985 como voluntario y para los peruanos es como si fuera uno más de ellos: «Ahora hay pura felicidad para todos los peruanos, tanto como chiclayanos, es como un regalo directo, como si nos dieran una noticia de un ser querido. Es una sensación que no tiene comparativa».
La felicidad llegó instantáneamente a Chiclayo cuando el cardenal Dominique Mamberti anunció el nombre del que fue su obispo: «Él conoce la realidad de nuestra ciudad, de lo que es el tercer mundo y se sentía el fervor de buscar a Dios». Las familias se concentraron alrededor de las televisiones para conocer al nuevo papa y la noticia llegó como «un halo de luz y de esperanza porque Dios no se olvida de pueblos pequeños». «Empezaron a saltar y a llorar», explica sobre la reacción que provocó el nombramiento de León XIV: «Es como si para el resto del mundo hubieran ganado un Mundial», señala esta joven para intentar explicar la emoción y la alegría que se vivió en Chiclayo.
«Es un regalo tanto como para Perú como para todo el mundo. Todos están contentos y estaban celebrando en las calles. Es una gran noticia que en medio de tanta violencia Dios nos envíe esto», apunta sobre cómo se recibió la noticia en el lugar que León XIV fue obispo.
En cuanto a la nueva etapa de Prevost en el Vaticano, Alejandra augura que será «un buen líder para la Iglesia». «Con su sabiduría y su cercanía y con los años que va a tener para servir a los demás, va a ser un papa increíble con su capacidad para conectar con las personas y con los jóvenes».