APAGÓN ELÉCTRICO MASIVO EN ESPAÑA
Apagón eléctrico: caos en la estación de trenes de Valladolid
Los viajeros están indignados: "Es un desastre. Aquí no hay nadie que informe de nada"

Personas en la estación de trenes de Valladolid
Un apagón eléctrico masivo que ha afectado a España y Portugal, cuyas causas aún se intentan determinar, ha sumido a la estación de trenes de Valladolid en un caos y ha dejado tirados a un número indeterminado de viajeros. Los viajeros están indignados: "Es un desastre. Aquí no hay nadie que informe de nada".
Pasado el mediodía, la estación apenas mantenía los servicios básicos de electricidad gracias a un generador de gasoil. La falta de información era total. "No sabemos ni en qué puntos se pararon los trenes, así que no se puede calcular el retraso", admitía personal de Renfe presente en las instalaciones. No había rótulos de cancelación ni megafonía operativa. La única certeza visual era un tren Ouigo detenido en la vía, "el chivato de todo cuando se enciendan las luces", comentaba un empleado. La estimación interna apuntaba a "alrededor de dos o tres horas" para un restablecimiento funcional, contando desde el momento del corte, que situaban sobre las 12:30 o 1:20 horas.
Entre los afectados se encontraba el eurodiputado Raúl de la Hoz, esperando como tantos otros una solución. Para los viajeros atrapados dentro de los convoyes detenidos en medio de las vías, la situación era aún más angustiosa: no podían descender. "Se puede forzar manualmente la apertura de puertas, pero claro, no los oyes cuando entran en una vía", explicaba un técnico, añadiendo que abrir las puertas es "una responsabilidad" que no se toma a la ligera. Los trenes que circulaban en el momento del apagón "se pararon automáticamente", pero la falta de comunicaciones impedía saber su ubicación exacta.
Valladolid
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Estíbaliz Lera
Consuelo y Javier, que intentaban viajar a Valencia, reflejaban la frustración general: "A nosotros no nos atiende ningún portavoz". Habían oído rumores sobre un "ciberataque", pero la información más plausible que manejaban los técnicos apuntaba a una "sobrecarga de la red". La misma sensación era la que tenía María Dolores Montesinos que tenía que viajar a las dos de la tarde a Madrid para después coger otro tren hasta Barcelona. "Me vuelvo a casa y renuncio a ir a Barcelona", lamentó.
La vuelta a la normalidad se antoja lenta y compleja. "Tenemos que dar tensión a todo", indicaban desde el personal técnico, mencionando las diferentes necesidades de voltaje de catenarias, ascensores y sistemas informáticos. "Aquí dentro tampoco está funcionando, ni las escaleras ni las catenarias", describía la situación en la estación. Los semáforos de la ciudad también están apagados.
Mientras, en las calles, el sector del taxi sufría las consecuencias directas. El taxista César Cuadrado relataba las dificultades: "Estamos sin datáfono. Ni emisora. Ni poder repostar". Él mismo había tenido problemas para cobrar un servicio mediante una aplicación móvil. "Ahora mismo estamos que ni sabemos cómo pasaremos el día", confesaba, preocupado por la imposibilidad de repostar combustible al estar las gasolineras también fuera de servicio. A pesar del caos en semáforos, observó civismo en los conductores: "Sí, iba frenando y yendo más despacio. Está claro. No queda otra porque si no puedes tener accidentes". La experiencia reforzaba su opinión sobre la dependencia de los pagos digitales: "El dinero efectivo tiene que existir siempre".
La cuestión de las indemnizaciones planeaba sobre los viajeros. Aunque pueden reclamar, la previsión es que Renfe alegue "causa de fuerza mayor", un evento externo no imputable a la compañía, lo que probablemente anularía el derecho a compensación. "No es una avería del tren o la catenaria", diferenciaba un empleado.
La incertidumbre era la tónica dominante. "Va a estar gorda la cosa", resumía un trabajador con años de experiencia, que afirmaba ser la primera vez que vivía "una así gorda". Mientras la luz volvía tímidamente a algunos puntos, el restablecimiento completo de los servicios y la vuelta a casa de los afectados se perfilaba como un proceso largo y complicado.

Caos en la estación de trenes de Valladolid por el apagón.
Caos en la estación de trenes de Valladolid por el apagón

Caos en la estación de trenes de Valladolid por el apagón.
Caos en la estación de trenes de Valladolid por el apagón

Caos en la estación de trenes de Valladolid por el apagón.
Caos en la estación de trenes de Valladolid por el apagón

Dolores (con su hjo Marc en la imagen) iba a hacer un enlace Madrid-Barcelona y renunció al viaje.