Diario de Valladolid

«En diez minutos supe que mi mujer me dejaba por otro y que se llevaban a mi hijo»

El ‘Terre’ califica su ataque a Manuel de «golpe» y no cuchillada, e insiste en que no pudo permitir que un desconocido le «robara» su vástago / «Mi ex dijo que me quedara con todo demás ¡Yeran todo deudas!»

Miguel Ángel López, el ‘Terre’, ayer junto a su abogado y el acusador particular, en el juicio.-LA 8 VALLADOLID

Miguel Ángel López, el ‘Terre’, ayer junto a su abogado y el acusador particular, en el juicio.-LA 8 VALLADOLID

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Miguel Ángel López Gálvez, el ‘Terre’, acusado del crimen del que era nuevo reciente novio de su mujer, José Manuel Gutiérrez García, aseguró ayer en el juicio que se enteró en el plazo de diez minutos –en la noche de autos– que su ex Pilar V.V. le dejaba por el luego fallecido y que además su decisión era llevarse al hijo de ambos, de 9 años, de forma irreversible.

Todo ello, repitió el ‘Terre’, cuando en teoría él y su esposa estaban en fase de dar una segunda oportunidad al matrimonio, con asistencia incluso conjunta a psicólogos y con hábitos de mejora de sus vidas, en el caso de el ‘Terre’ de cortar de raíz con su consumo de 10 a 15 porros diarios de marihuana, amén de cocaína y bebidas energéticas.

Así lo expuso López Gálvez, en la primera sesión del juicio con jurado que va a celebrar la sección cuarta de la Audiencia de Valladolid a lo largo de esta semana por el homicidio cometido el 27 de diciembre de 2017 en la cocina del domicilio de los padres de el ‘Terre’ en la calle Pozo, 16 de Medina del Campo.

Un crimen que sobrecogió a la Villa de las Ferias, por el hecho de que el autor es relativamente conocido en la plaza, sobre todo entre el público más rockero ya que era vocalista del grupo heavy Kain.

El turno de ayer fue en exclusiva para ‘Terre’. Los nueve miembros del jurado y los dos suplentes (seis mujeres y cinco varones) escucharon su versión como declaración única de la primera jornada.

Habrá que esperar si su ex mujer y otros testigos corroboran hoy su testimonio. La Fiscalía y la acusación particular, que piden 15 años por homicidio y 20 por asesinato, respectivamente, ya lanzaron ayer, por de pronto, sus primeras preguntas de incredulidad sobre el relato y dejaron constancia de que había incurrido en contradicciones con respecto a lo depuesto en instrucción y en sede policial, con una cuestión clave por encima de todas: si hubo apagón de luz en la cocina previo al momento de la cuchillada mortal o no.

Pero López Gálvez, no solo restó importancia a que hubiera un apagón de «dos segundos» en la cocina minutos al inicio de la discusión, – «la luz se suele ir constantemente en la cocina», dijo– sino que hizo un relato pomenorizado de aquel momento y del mes previo que estaban viviendo su mujer y él, para contextualizar las razones que le llevaron a sufrir una presión incontrolable cuando el fallecido le repitió hasta en siete veces la fatídica frase de «al hijo nos lo vamos a llevar».

El ‘Terre’ se desnudó de sentimientos íntimos –en la mayoría de ocasiones no exactamente favorables a su imagen como padre y esposo– como pocas veces se ha escuchado en un juicio en la Audiencia Provincial. Confesó que hasta el 5 de diciembre de 2017, veintidós días antes del homicidio, fumaba entre 10 y 15 porros de marihuana diarios de lunes a viernes, y el doble los fines de semana.

Que guardaba en casa 200 gramos de ‘maría’ y que los tiró a la basura, como gesto gráfico de deseo de cambio ante su mujer; que también consumía cocaína y tres o cuatro latas diarias de Red Bull, además de sufrir una cierta adicción a los videojuegos. Esa vida se había quedado atrás, explicó, porque su mujer le había escrito una carta el 5 de diciembre en la que ya no veía sentido al matrimonio.

López Gálvez expuso ayer en el juicio que estaban aquel 27 de diciembre en la senda de la recuperación de la vida de pareja y por esta razón acudió a las 21 horas a la fábrica de Matapozuelos, donde trabajaba su mujer, a darle una sorpresa. Llevaban 23 años de matrimonio, tenían un hijo en común de 9 años, autista, y quería invitarle a cenar, ya que ese día había cobrado la nómina. «Llevábamos una racha muy mala y había que celebrar (el nuevo acercamiento)».

Pero la sorpresa se la llevó el ‘Terre’. «Pilar me puso un mensaje diciendo que salía pasada las 21 horas de trabajar. Me presenté, pero solo vi la fábrica cerrada, su coche aparcado en la puerta.... y un coche oscuro con los cristales tintados, que, al verme, salió quemando rueda», declaró.

Sin entender qué había pasado, ‘Terre’ recibe una llamada de su madre. Le comunica que su hija había telefoneado al domicilio de sus padres para decirles que iban a recoger a su hijo. «Yo le dije que esperara, que no lo entregase. Lo mismo se lo dije a Pilar al llamarle acto seguido», indicó el acusado. Al llegar al portal, ‘Terre’ recibió el primer mazazo. Pilar estaba con su amigo, encargado de la fábrica de Pozaldez, y se lo presentó así: «Hace un mes que tengo una relación y estoy enamorada de este chico».

No repuesto de esta revelación, subieron los tres al piso y se metieron en la cocina, para que el niño no escuchara la conversación. También entró el padre. La discusión sobre la custodia del niño iba a más y ‘Terre’ perdía la paciencia por momentos, sobre todo porque José Manuel Gutiérrez era el que siempre insistía en llevarse al niño como única opción, hasta en siete veces. «El volvía una y otra vez. Hasta mi padre le dijo: !! Por qué no dejas que decidan los padres!!», recordó el acusado. «En diez minutos me enteré que mi mujer me había dejado por otro y que un desconocido me quería robar a mi hijo. Yo solo pedía que se callara, ¡que no tenía nada que decidir!», añadió.

Y llegó el ataque. «Estallé por la presión acumulada de un mes y la propia de ese día. Cogí algo que estaba detrás de mí, sin mirar y sin saber si era un cuchillo, cerré los puños y me abalancé sobreJosé Manuel», afirmó. «¿Le apuñaló entonces?, preguntó el fiscal. «No tengo recuerdo de acuchillar. Le empujé, le golpeé con la idea de que se callase», contestó.

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