El Ayuntamiento de Valladolid arrastra una bolsa histórica de impagos tributarios de difícil cobro de 37 millones

Los contribuyentes vallisoletanos son buenos pagadores en general y cumplen sus obligaciones tributarias con el Ayuntamiento con puntualidad, pero siempre hay quien se resiste a pagar. Es aquí donde entra en funcionamiento la vía ejecutiva. La administración, en este caso el Ayuntamiento, se pone seria y obliga al contribuyente a saldar la deuda, con un 20% de recargo por el simple hecho de hacerlo un día más tarde del límite establecido, porcentaje que va en aumento a medida que se retrasa el abono de la deuda.

Pero incluso así, no siempre es fácil cobrar y pese a todos los recursos legales que tiene a mano, el Ayuntamiento de Valladolid arrastra una bolsa histórica de impagos tributarios de difícil cobro. Al cierre del ejercicio de 2018, el montante de la deuda que mantienen con el Ayuntamiento tanto contribuyentes particulares como empresas ascendía a 37,7 millones, similar a la de 2017.

Es una situación crónica a la que contribuyó la crisis económica. De aquellos años se arrastran impagos por importe de unos 20 millones de euros, en su mayoría por parte de empresas que quebraron o se declararon insolventes y dejaron de pagar sus tributos. La mayoría son promotoras que se fueron a pique al pinchar la burbuja inmobiliaria y dejaron tras de sí un reguero de impagos, incluidos los correspondientes a los impuestos de obras y de bienes inmuebles. La deuda sigue ahí y se incorpora cada año, con escasas posibilidades de saldarse.

«No son deudas incobrables, no se han dado de baja todavía, pero sí son de difícil cobro», admite el concejal de Hacienda y Promoción Económica, Antonio Gato, quien destaca el esfuerzo recaudatorio del Ayuntamiento para hacer cumplir con sus obligaciones a los morosos por vía ejecutiva. Los datos de recaudación tributaria correspondientes al pasado ejercicio revelan que los servicios municipales consiguieron ingresar en las arcas municipales 9,6 millones de euros por esta vía, la más expeditiva cuando el contribuyente no cumple durante el periodo de pago voluntario. 

El Ayuntamiento empezó 2018 con 37,4 millones pendientes de cobro, incluida aquí la deuda histórica, a los que se sumaron otros 11 millones de quienes no pagaron sus impuestos y tasas dentro de plazo y pasaron a estar también en el punto de mira de la hacienda municipal. El volumen en vía ejecutiva pasó a ser entonces de 47,3 millones, tras atenderse reclamaciones por importe de 1,2 millones. Son recursos que presentan los contribuyentes contra el pago de alguna tasa o impuesto y que son estimados, con lo que la deuda se elimina.

Al final del año, el trabajo del Servicio de Recaudación permitió recuperar el 20% de esa cantidad, los 9,6 millones ya mencionados, un porcentaje que el titular de Hacienda considera más que aceptable para tratarse de un procedimiento complejo como es la vía ejecutiva para tratarse de la vía ejecutiva. Del dinero recaudado por este procedimiento extraordinario, un tercio, 3,2 millones, corresponde al IBI -eran 11,8 millones los que estaban pendientes- seguido del impuesto que grava el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana, el conocido como impuesto de plusvalías, con 1,7 millones ‘rescatados’ de los 7,8 millones pendientes.

En consecuencia, los 37,7 millones restantes, esos que se arrastran desde hace años y que tampoco fue posible cobrar el pasado año, pasaron al presente ejercicio, el de 2019, y ya figuran en la casilla que lleva como epígrafe ‘pendiente del año anterior’. Una vuelta a empezar que se repite desde hace años.

Que los vallisoletanos cumplen en gran medida sus obligaciones tributarias con el Ayuntamiento sin esperar a la vía de apremio lo demuestra el balance de recaudación en periodo voluntario durante el pasado ejercicio. De los 141,8 millones de euros que debían abonar a las arcas municipales por los seis impuestos y las tasas que recauda la hacienda local, los vallisoletanos pagaron dentro del plazo establecido 125 millones, lo que supone el 88,2% del total, dos puntos más que el pasado año.

Un porcentaje que concejal de Hacienda considera «muy alto» y que le lleva a concluir que los contribuyentes de Valladolid «son buenos pagadores y lo demuestran años tras años con unas cifras en periodo voluntario que van en aumento».