Alitas de pollo crujientes al aroma de limón
No son la parte más sana del pollo, porque precisamente son la parte más rica en grasa, pero si en lugar de freírlas las preparamos como hoy les proponemos, podemos darnos el gusto de comerlas sin remordimientos. Unas alitas que van a tener un rico sabor a limón y que nos van a resultar ligeras porque les vamos a quitar el exceso de grasa. Pongan atención.
- Tiempo de preparación 30 min
- Tiempo de cocción 15 min
- Porciones 4
- Tipo de receta (n/a)
- Precio 10 €
- Alitas de pollo
3 dientes ajo
2 limones
Perejil
Pimienta negra
100 ml caldo de pollo
Sal
Aceite oliva
Si hay un lugar en el mundo en el que se consumen alitas de pollo a sacos, ese lugar es Estados Unidos. Especiadas, con mantequilla, con salsa barbacoa o con salsa picante…por usar una expresión popular…se las meten dobladas.
Las alitas de pollo no siempre fueron tan populares. Antes de convertirse en uno de los principales atractivos de muchos establecimientos, eran consideradas como la parte del pollo que se tiraba, se desperdiciaba o, directamente, sólo se utilizaba para añadir a caldos.
Aunque las originales son picantes, hoy en día existen miles de sabores y estilos de preparación: desde BBQ y miel mostaza hasta versiones asiáticas como teriyaki o con glaseados dulces. Por darles un dato: las alitas de pollo son el snack favorito para ver un evento deportivo como la Super Bowl…los americanos consumen más de 1.400 millones de alitas durante el tiempo que dura ese partido. Es tan profundo el amor de los estadounidenses por las alitas que celebran cada año el 29 de julio el “National Chicken Wing Day”. La demanda de alitas de pollo es tan alta en algunos estados que, durante la pandemia, la escasez de alitas provocó un aumento del precio del pollo. Son famosos también en USA, y los hemos visto en televisión, esos concursos que organizan algunos bares o restaurantes en los que se premia a quien coma más alitas en un tiempo determinado o a quién consiga comerse las alitas más superpicantes. En fin, como decía mi abuela… ¡tiene que haber gente para todo!
Preparación de las alitas
Lo primero que vamos a hacer es lavar bien las alitas en agua fría, frotando la piel de las alitas para eliminar impurezas. Las ponemos sobre papel de cocina y las secamos bien una a una utilizando papel absorbente. Una vez que las tenemos bien secas las salamos y las ponemos pimienta negra recién molida. Las alitas ya las tenemos listas.
Vamos a preparar el resto de los ingredientes de esta sencilla receta, lo que no nos va a llevar mucho tiempo. Pelamos y picamos bien finos los ajos. Lavamos el perejil, lo secamos con papel absorbente y picamos un puñado de hojas bien fino también.
Ahora a por el limón y, aquí, les voy a dar dos opciones con resultado similar. Una es rallar con un rallador fino o microplane la cáscara del limón, sólo la parte amarilla. O si lo prefieren, o no tienen rallador, puede también hacerse pelando toda la cáscara del limón con un pelador de zanahorias y, después, picando toda esa cáscara a cuchillo muy fino, que quede casi como polvo de cáscara o similar a la ralladura. En un bol o cuenco vamos a juntar el perejil picado con la ralladura de la cáscara del limón, integrando bien. Por otro lado, exprimidos los dos limones y reservamos el zumo.
En una sartén o una cazuela grande ponemos un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra y ponemos a fuego medio-alto. Añadimos las alitas y las doramos por ambos lados. Si no nos entran todas de una vez en la cazuela, lo hacemos por tandas, ya que no es conveniente llenar completamente las sartenes o cazuelas de carne cuando queremos dorarlas. Con todas las alitas ya en la sartén añadimos el ajo picado y vamos moviendo el ajo con una cuchara para que vaya impregnando bien de su aroma al aceite a medida que va adquiriendo temperatura, vigilando bien para que no se cocine en exceso. Cuando veamos que el ajo empieza a cambiar de color añadimos el zumo de limón, salteamos un par de minutos y añadimos también el caldo de pollo. Ponemos a fuego medio alto y dejamos reducir el caldo, al tiempo que vamos salseando de vez en cuando las alitas con el jugo que está en el fondo de la sartén. Pasados tres minutos metemos también el ajo y el perejil e integramos bien.
Cuando el caldo ha desaparecido ponemos las alitas en una fuente de horno, en un horno que habremos precalentado a 230 grados y churruscamos durante 10 minutos en la zona media del horno para que las alitas nos queden bien crujientes y suelten el exceso de grasa de la piel. Sé lo que se están preguntando, si podemos hacer esto último en una freidora de aire. La respuesta es que sí, quedan bastante bien y eliminamos un porcentaje importante de la grasa de la piel.