ATLETISMO
El vallisoletano que afronta el desafío de las 'Majors'
José Antonio González Arpa afrontará en octubre su cuarta maratón de este popular circuito mundial, tras completar Nueva York, Boston y Londres: «El mundo de las maratones es increíble, hay que cogerlo con respeto, pero es una bestialidad»
Filípides fue el primero, sin quererlo, en completar una Maratón, la prueba reina de larga distancia, con 42.195 metros que se convierte en un verdadero reto para los atletas. Cada año miles de personas participan en alguna de las seis maratones que dan forman al ‘Abbott World Marathon Majors’, o lo que es lo mismo el circuito de seis maratones más importantes del mundo. Un reto mayúsculo en el que está inmerso el vallisoletano José Antonio González Arpa que puede contar como propia la experiencia en tres de esas seis, y que acecha su cuarta’ Majors’, la 46º edición del Maratón de Chicago del 13 de octubre próximo.
«El mundo de las maratones es increíble, hay que cogerlo con respeto, pero es una bestialidad», afirma González Arpa, un vallisoletano que cumplirá días antes de esa cita los 52 años, y que ya encara la preparación de casi cinco meses de entrenamientos adaptados a esta cita con la Maratón de Chicago. Un corredor tardío de largas distancias que completó por primera vez esta distancia en Nueva York en 2017, la prueba más multitudinaria a nivel mundial. «A mí me encantó porque llegas al puente de Brooklyn y el ambiente que hay te hace parecer estar en un gran estadio con miles de personas. Te abren una ciudad para que corras por esas avenidas, con rascacielos y es una pasada», recuerda. Y el día siguiente es el más especial porque «vas por la calle con la medalla y te van felicitando. Los americanos lo valoran muchísimo». Pero para poder estar en la línea de meta de una de estas pruebas debe primero lograr un dorsal, tarea complicada, por la alta demanda, pero una vez que lo consigue afronta una preparación exigente: «Es un gran trabajo previo, de entrenar seis días por semana, luego vas metiendo gimnasio, cuestas, tiradas largas… y en Valladolid es duro entrenar. Ha habido días que te levantas a las cinco de la mañana y está la ciudad apagada. No hay un alma y sales a entrenar mientras todos duermen».
Bajo la tutela del entrenador canario Yeray Alemán Santana, González Arpa destaca la necesidad de tener un preparador que siga tu progreso, pero además da como clave el trabajo de fuerza y core, algo que hace en el gimnasio Eskúltor.
Su hermano Fernando también ha completado algunas maratones, y juntos dieron sus primeros pasos en el atletismo popular cuando eran niños: «Nuestro padre nos acompañaba siempre, pero nos quitaba la ilusión porque no quería que corriéramos. Con seis o siete años nos llevaba al Paseo de Farnesio, allí se hacía una carrera que se perdió y me gustaría que se recuperase porque hacía mucha afición».
«Con seis o siete años nuestro padre nos llevaba al Paseo de Farnesio, allí se hacía una carrera que se perdió y me gustaría que se recuperase porque hacía mucha afición»
Chicago será especial para él no porque sea su siguiente ‘Majors’ sino porque se recordará al fallecido Kiptum. El actual récordman en esta distancia, 2:00:35 falleció hace meses y justo en la anterior edición batió el récord del mundo. «Será un día de homenaje porque allí Kiptum fue eterno», indica González que tuvo la suerte de ‘compartir’ carrera con el keniano en Londres en 2023. Tras Nueva York completó Boston en 2019, mientras residía en Las Palmas de Gran Canaria, y el pasado año Londres. Le restan para acabar este circuito Chicago, Berlín y Tokio. «En Tokio es donde quiero terminar, aunque quieren poner más ‘Majors’, estos es un negocio claro…». En su recorrido los meses previos destaca los entrenamientos, la alimentación, el descanso y también las zapatillas. Y en carrera, a su juicio, es fundamental «no dejar pasar ningún punto de hidratación porque no sabes cuando el cuerpo puede decir basta». También completó la distancia en Las Palmas, Sevilla y Valencia.
Aunque en el caso de González Arpa lleva otra herramienta en sus carreras: una grabadora: «La llevo encima porque grabo mi voz y mis sensaciones», indica. Para un corredor amateur como su caso el mayor reto además de acabar es bajar de las 3 horas, algo que hizo en Sevilla y en Londres donde mantiene su plusmarca de 2:58:26, y que tiene entre ceja y ceja: «Soy una persona que arriesga, pero siempre cuando corro y entreno trato de llevarme una experiencia». Esta le llegará en octubre en Chicago, allí donde Kelvin Kiptum fue eterno. Antes, en su Valladolid natal se probará en la Media Maratón en septiembre, será su último gran test antes de la carrera. Mientras tanto el Esgueva es el mejor testigo de su preparación hacia su siguiente meta.