¿Quién es el heroico niño que consuela a Roque Mesa?

Valladolid quiere saber quién es el niño que encarna la esperanza , quién es ese pequeño que con un sencillo gesto personifica el amor incondicional por el club, por el Real Valladolid. ¿Quién es el menor que consuela a Roque Mesa en Zorrilla? Un simple abrazo puede con cálculos, apuestas, intereses, declaraciones, hinchas decepcionados, jugadores frustrados... Un toque humano mágico que reconforta más allá de quien recibe el cariño directo, un gesto que nos devuelve a la esencia del deporte . La gesta, el heroísmo, no se dio durante el encuentro, ni salió del pie de un profesional, sino de unas manos salidas de la afición, y Valladolid puede tener el orgullo de bajar a Segunda y aun así ser de Primera.

Pita el final el árbitro, los jugadores del Getafe celebran la permanencia tras el empate a cero y los del Pucela muestran su desconsuelo porque se saben en Segunda, de vuelta al infierno que conocen bien. En medio de esa escena, un niño que rondará los 10 o 12 años esquiva la seguridad y salta al campo. Ve al veterano centrocampista abatido en el césped y no duda. Le da un abrazo que han inmortalizado aficionados y fotógrafos de los medios. Una fotografía que debería estar enmarcada en el despacho de Ronaldo  y colgada en el vestuario: un ejemplo de motivación y responsabilidad.

Valladolid se pregunta quién es ese heroico chico que tuvo la madurez de acercarse, abrazar y dar ánimos al segundo capitán del equipo en el que probablemente fue uno de los peores días de su dilatada carrera. Y eso que Mesa ya conoce las hieles de un descenso porque de blanquivioleta vivió la bajada a Segunda en la temporada 20/21. Dicen que este domingo no sólo el equipo ha descendido a Segunda, toda la ciudad ha bajado con el Pucela. Pero en medio de la tristeza, que se extiende más allá de los más fervientes aficionados, está ese cariñoso gesto. Esa muestra de lo que el Real Valladolid es para los que le siguen más allá de victorias y categorías. Ese abrazo es su verdadero color.

Nadie en el club sabe aún cómo se llama el pequeño. De quién se trata. Descartan que sea un recogepelotas, como algunos aficionados sopesaron, también que sea familiar del jugador. A pocos minutos de que el colegiado pitara el final del partido, que era también el final de un breve respiro en Primera que tan solo duró una temporada, la seguridad rodeó el campo para evitar una invasión en el césped. El niño, que probablemente estaba en la tribuna, se zafó de esas medidas y consiguió llegar a su objetivo: dar aliento a su querido Mesa tras un partido en el que el Real Valladolid dejó escapar la permanencia por no jugar a nada. Protegió al grandullón de comentarios sobre jugadores sin interés, del derrotismo de sufrir a un equipo que parece un ascensor averiado y le dispuso a justas críticas que deben ser tenidas en cuenta sabiendo lo que se quiere al club. 

Mesa es uno de los veteranos de la plantilla , ha jugado en Las Palmas, para el que fue clave en su ascenso en la campaña 14-15; en la liga inglesa (Swansea City); en el Sevilla, y cedido al Leganés antes de recalar en Zorrilla. Este mismo miércoles cumple 34 años, y sin saberlo, ese niño le ha dado el mejor trofeo.  Queremos saber el nombre de ese presidente de honor, si no oficial, sí de facto. La imagen lo demuestra.