Diario de Valladolid

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Niko, el símbolo del Pucela en el naufragio: "Salté al campo para que Roque Mesa no estuviera triste y le dije que volveríamos a Primera"

Mesa localiza a través de las redes al niño de 10 años que le consoló en el desastre y lo visita en casa: "Gracias, eres un crack", le dijo y le regaló unas botas y una camiseta

Roque Mesa y Niko en la visita del jugador al pequeño que le consoló tras el partido. FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA DE NIKO

Roque Mesa en el encuentro en casa de Nico, el pequeño que acudió a consolarle en el Zorrilla tras el descenso del Pucela. FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA DE NIKO

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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Niko aún no había asimilado las emociones vividas en el estadio Zorrilla e iba a ponerse a estudiar matemáticas cuando llamaron a la puerta. Abrió y la gran sorpresa. Estaba su ídolo, Roque Mesa, con una camiseta suya y unas botas  como ofrenda de agradecimiento. Lo localizó a través de las redes sociales y se plantó en su domicilio para devolver algo del afecto recibido por el niño en el partido del descenso en el que Niko saltó al campo para abrazarlo"Me ha pedido perdón y le he dicho que no hay nada que perdonar, que esto pasa en el fútbol. Muy emocionante", cuenta con una madurez sobrecogedora este chico de 10 años, jugador de la escuela del Real Valladolid que sueña con ser portero profesional y que se ha convertido en símbolo del Pucela ante el naufragio, demostrando que el fútbol, esta vez para bien, no es sólo fútbol. 

Él es el pequeño que arropó al centrocampista cuando estaba desolado y sentado en el césped tras el final del partido que devolvía a los de Pezzolano al pozo de Segunda. Explica a este diario que no lo tenía premeditado ni había trazado ningún plan. Fue un impulso al ver a su querido Mesa hundido. " Fue lo primero que se me pasó por la cabeza al verle llorar. Me bajé corriendo y conseguí saltar al campo, no sé cómo. Salté para que Roque Mesa no estuviera triste, no quería que llorara, y le dije que el año que viene volvíamos a subir a Primera", relata sobre un momento que no olvidarán ni él ni muchos aficionados, y que todavía le hace derramar alguna lagrimilla. Lejos de enfadarse por el descalabro, porque su equipo vuelve a Segunda, Niko sacó lo mejor de él y optó por el consuelo y el afecto. Por el cariño, por reconfortar a quien en otras ocasiones le había hecho vibrar y aplaudir por los triunfos. Alejado de la alteración y crispación habitual que rodea a este deporte, Niko y su pasión por el Pucela son una especie de oasis al que agarrarse en tiempos convulsos . Un ejemplo. 

Para este niño, abonado desde hace tres campañas, -"del Pucela desde que llegué de Galicia", apunta-, el segundo capitán es uno de sus referentes. "Me daba mucha pena que llorase y encima para mí es el mejor del Pucela". Cuando se escapó al campo, no se lo chivó ni a sus dos hermanas, ni a su prima ni a sus padres, que estaban con él en el partido decisivo por una permanencia que no se logró. Sólo se fue corriendo. Cuando pitó el colegiado el final, su familia fue la primera sorprendida: "De repente acabó el partido y dijimos ¿dónde está Niko? Y le vimos en el campo. A lágrima tendida también". Y aunque Mesa estaba abatido en el suelo, Gastón Álvarez, del Getafe, no pudo ver indiferente la escena y, a su vez,  'abrigó' a Niko: "No estés mal, vais a volver", le dijo mientras le tocaba cariñosamente la cabeza.

En el fugaz momento del abrazo hubo tiempo para más aliento: " No pasa nada, has jugado superbién esta temporada y aunque estéis en Segunda vamos a animar como en Primera. Esto pasa en el fútbol" , le susurró el pequeño Niko a un Mesa cabizbajo y destrozado. Entonces llegó la guardia de seguridad y le indicó que se volviera a la grada. Pero "no pasaba nada". "Mi familia me dijo que había hecho algo valiente y superbonito así que tenía pena por bajar, pero estaba feliz de animarle. Me fui contento a la cama" , explica con la voz entrecortada y parando de vez en cuando por las lágrimas. Y es que relata esta historia apenas cinco minutos después de que el mediocentro, tras buscarlo en Twitter y contactar con su hermana, le visitara en casa. Y, claro, fue marcharse y soltar la emoción. "Aguanté sin llorar, mamá, para que no se pusiera más triste", confesó sollozando el pequeño al cerrar la puerta. También se disculpó por descender y por no haberle respondido en el campo. "Le pidió perdón y le contó que tenía el recuerdo de la voz como de un niño, un voz muy dulce, pero no le dio tiempo a gestionar que estaba Niko. Cuando ya pudo asimilarlo, pensó 'tengo que encontrar a este niño' y lo hizo", expone la hermana del protagonista.

"En una noche oscura hubo una luz. Gracias al abrazo de un niño lleno de cariño, empatía y consuelo que nos ayudó a levantarnos. Nunca pensé en terminar la temporada así, solo puedo pedir disculpas y a los que no han fallado nunca, GRACIAS. Me encantaría localizar al niño". Este fue el emotivo mensaje del blanquivioleta en su cuenta de Twitter al que Jana respondió rápidamente. "Orgullo de hermano".

Durante el encuentro en casa de Niko en la tarde de este lunes,  "gracias, eres un crack" , le dijo Roque, y "¡Gracias a ti!", respondió toda la familia de este alumno de quinto de Primaria del Vicente Aleixandre. Se tomaron una fotografía, le firmó un balón y el blanquivioleta le dio repetidamente las gracias. "Mesa le ha tratado como si él fuera la estrella. Se le ve que es una persona maravillosa" , comenta Jana. "Ahora quiero yo hacerme una foto contigo" , le pidió el jugador del Real Valladolid. Es la imagen que acompaña esta noticia y que la familia ha cedido a El Mundo de Valladolid para publicarla. La imagen de esa luz en la penumbra, de ese motivo para la esperanza, de la empatía de esa afición que no abandona al equipo.

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