El regreso "cruento y sin frenos" de Gellida a las librerías
Recién publicada 'Nada bueno germina', el escritor vallisoletano cierra la historia con la que ganó el Nadal, un premio, dice, que le ha «abierto puertas que estaban cerradas»

El novelista vallisoletano César Pérez Gellida presenta ‘Nada nuevo germina’, su nueva novela.
«Con más de 50.000 lectores hasta la fecha, es una de las novelas más exitosas del Premio Nadal desde hace mucho tiempo», celebraba esta mañana en la biblioteca del Círculo de Recreo de Valladolid el editor y también novelista Emili Rosales, director de Ediciones Destino. Junto a él, y rodeado por una veintena de periodistas, aguardaba en silencio César Pérez Gellida, el autor que ha conseguido que la novela ganadora de citado galardón en 2024, Bajo tierra seca, vaya por su sexta edición. Este miércoles llegaba a las librerías de toda España su segunda parte, Nada bueno germina. Convencida de que «va a ser uno de los grandes libros de la temporada», la editorial ha lanzado ya 40.000 ejemplares.
En Nada bueno germina, Pérez Gellida lanza a «Sebastián Costa y Antonia Monterroso a una huida hacia delante, atravesando Jaén, Córdoba, Madrid y Valladolid con la promesa de un futuro al otro lado del Atlántico», forjando una alianza marcada por «la ambición, la desconfianza y un deseo tan feroz como peligroso», apuntan desde Destino.
Le ha salido, admitió el narrador, una novela «más cruenta» –con cerca de medio centenar de muertos, algunos de los cuales «dolerán» al lector–, quizá porque «de forma inconsciente», fue «con el freno de mano puesto» al escribir la primera parte, con el Premio Nadal en el horizonte. «Quizá de forma inconsciente pensé en dosificar bien, en regular las dosis de violencia, por si me encontraba con algún miembro del jurado que este tipo de cosas las rechazara», reconoció Pérez Gellida. Nada bueno germina está escrita «sin ningún tipo de atadura», advirtió.
Ayer, cuestionado por los medios, el vallisoletano celebró la forma en la que sus lectores han empatizado con unos personajes con una personalidad tan dispar. En esta segunda entrega, dijo, Costa tratará de «solidificar» su relación con Antonia Monterroso aferrándose al valor de «la lealtad», algo que ha «mamado siempre, como la camaradería», apunto el autor de Memento Mori.
Pérez Gellida ambienta Nada bueno germina en los comienzos del siglo XX. «Es una etapa muy poco manida. Tiene que ver con la pérdida de las colonias de ultramar, que parece que trae una fase de vergüenza; caímos en una depresión económica, en la división política, en una gran grieta social de dos Españas enfrentadas. También se produce en esos años la mal llamada Gripe Española, que para mí es un componente más. No es determinante en la trama, pero sí es un componente que genera mucha hostilidad. Era muy importante una atmósfera hostil que justifique el comportamiento de los personajes», apuntó el escritor.
La concesión del Nadal y la apuesta que ha hecho Destino no le han supuesto, asegura, ninguna presión a la hora de concluir su historia. «El Premio Nadal lo que me ha traído es la apertura de muchas puertas que antes estaban cerradas. Yo llevo muchos años escribiendo y llegando a muchos lectores, pero no a todo tipo de lectores. El Nadal te lleva a lectores que jamás te habrían leído porque el thriller no es el género que les interesa. Durante la fase de escritura yo no estoy nunca pensando en las consecuencias de si esto gustará o no. Yo me tengo que divertir, es lo único que para mí tiene importancia. Si yo no me divierto frente al teclado es porque algo está pasando en la trama que no estoy haciendo bien», explicó el autor, que calificó como «golpe de suerte» el haberse encontrado durante la fase de documentación con personajes reales –con «muchos vacíos en su histórico vital»– que ha podido incluir en la trama de Nada bueno germina, como Ramón Fernández-Luna, el ‘Sherlock Holmes español’, o la aviadora y espía francesa Marthe Richard. «Esos personajes lo cambian todo», subrayó el vallisoletano.