Diario de Valladolid

El PP echa a Cabrera de la Presidencia de Ávila después de irse a otro partido

Los 12 votos del PP y el único de UPyD fueron decisivos para que prosperara la moción de censura tras darse de baja de los populares y aceptar la oferta de la nueva formación Por Ávila

Sánchez Cabrera y el nuevo presidente de la Diputación, Carlos Gacía, durante el pleno de la Diputación de Ávila.-ICAL

Sánchez Cabrera y el nuevo presidente de la Diputación, Carlos Gacía, durante el pleno de la Diputación de Ávila.-ICAL

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Antonio García

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El actual líder del PP abulense, Carlos García, se convirtió a las 13.17 horas de ayer en el octavo presidente de la Diputación de Ávila, tras prosperar la moción de censura presentada contra Jesús Manuel Sánchez Cabrera por 12 de los 13 diputados provinciales del PP, con el respaldo indispensable del único representante de UPyD, Carlos Moral.

Esos 13 votos fueron los que convirtieron a García en presidente a falta de seis días para la convocatoria de las Elecciones Municipales del próximo 26 de mayo y a dos meses de la celebración de las mismas.

El resto de los diputados, incluido el propio Sánchez Cabrera, se abstuvieron, excepto el único que mantiene su apoyo al hasta ayer presidente, el vicepresidente tercero, Ángel Jiménez, que fue el único que votó en contra.

Esta vez no hubo sorpresas, a diferencia de lo sucedido en la histórica sesión de constitución del 25 de junio de 2015, cuando Sánchez Cabrera se hizo con el bastón de mando de forma inesperada, tras enfrentarse a su compañero de grupo, Pablo Luis Gómez, el candidato oficial de los populares.

Por ello, en el Salón de Plenos se respiraba un ambiente de incertidumbre y expectación, ante lo que pudiera ocurrir en una sesión extraordinaria, convocada a raíz de la moción de censura planteada después de que el 1 de marzo Sánchez Cabrera se diera de baja en el PP y aceptase la oferta de la nueva formación, Por Ávila, para encabezar su candidatura al Ayuntamiento de la capital.

El desengaño por no haber sido designado por el PP candidato a la Alcaldía de Ávila, hizo que el hasta ayer presidente de la institución provincial arremetiera contra el presidente nacional y diputado por Ávila, Pablo Casado, acusándole de «saltarse» al PP de Castilla y León y al abulense.

Aquella situación le llevó a impulsar Por Ávila, a través de varias personas de su total confianza, manteniéndose como presidente de la Diputación, tras darse de baja en el PP y pasar a formar parte desde el pasado del grupo de diputados no adscritos.

El interés despertado por la sesión se hizo patente en la falta de espacio para dar cabida a alcaldes de la provincia, entre ellos el de la capital, José Luis Rivas, y a representantes de diferentes partidos y organizaciones sociales de diferente signo.

Entre todos ellos se encontraba el actual tesorero del PP, Sebastián González, que el 24 de abril de 1993 protagonizó su pleno similar en el que se convirtió en presidente de la Diputación abulense, tras prosperar la moción de censura presentada contra el centrista Alfredo Barranco, del CDS, con el apoyo de un tránsfuga de esa misma formación, Benigno Rollán.

Algunas de las intervenciones hicieron referencia a aquella circunstancia, pero también al controvertido pleno de constitución de hace 4 años. Una vez constituida la mesa de edad, el secretario leyó los motivos que llevaron a sus trece impulsores a presentarla, haciendo referencia a su «carácter instrumental» para hacer posible «el fin del mandato, en las mimas condiciones con las que comenzó».

El candidato a sustituir a Sánchez Cabrera realizó un discurso duro hacia su comportamiento político «en sus últimas semanas al frente de la Diputación».

Tras aclarar que no juzgaría «actitudes personales», sino «hechos políticos», Carlos García le reprochó su falta de «derecho a engañar la voluntad democrática de los abulenses», así como su «abdicación a su propia representatividad democrática» tras abandonar el PP y mantener la Presidencia. «Ahí perdió toda su legitimidad de origen para seguir sustentando esta presidencia», le echó en cara Carlos García.

«Usted, pase lo que pase circunstancialmente a corto plazo, portará siempre la condición política de la duda en torno así», le espetó en tono firme. Después miró a Jesús Manuel Sánchez Cabrera para decirle desde la cercanía personal y política de estos últimos cuatro años en los que ha sido su vicepresidente primero: «Usted y yo nos conocemos bien. Por ello, no tengo ninguna duda de que en su foro interno es consciente de que lo que está sucediendo es inevitable y es lo único que se puede hacer para devolver la normalidad funcional y democrática a esta casa».

«Estoy seguro de que incluso, si los papeles fueran inversos, usted estaría haciendo lo mismo», añadió en el mismo sentido, antes de lamentar que no haya tenido «la categoría política necesaria para presentar la dimisión», reprochándole que sea «víctima de su propia realidad» y un «producto de su propia ambición».

Tras la intervención de García, Jesús Manuel Sánchez Cabrera se mostró «afortunado» por haber «podido servir» a los abulenses y destacó la gestión económica «ejemplar» de un equipo del que se mostró «muy orgulloso».

Pero después de los elogios, empleó un tono más firme dirigiéndose a sus excompañeros. «Mírenme bien: soy el mismo de siempre (…) el mismo de hace cuatro años cuando ustedes, en su mayoría, me eligieron como presidente. ¿Y ustedes? ¿Siguen siendo los mismos de hace cuatro años?». En este sentido, insistió en que la moción responde «únicamente a un interés partidista que demuestra la falta de respeto del PP hacia las instituciones y hacia los propios abulenses». Desde su punto de vista, al PP «lo único que le interesa es el propio PP» y «el poder por el poder».

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