Diario de Valladolid

Tudela culmina las fiestas con un multitudinario y rápido encierro

La transhumancia de bueyes se asienta en el municipio como si fuera una tradición con la que los vecinos hubieran crecido

Uno de los toros recorre las calles de Tudela ante la agitación de los corredores.-PHOTOGENIC / PABLO REQUEJO

Uno de los toros recorre las calles de Tudela ante la agitación de los corredores.-PHOTOGENIC / PABLO REQUEJO

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SANDRA FONTECHA / VALLADOLID
Valladolid

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«Queremos que la gente viva las fiestas en la calle», sentenció el alcalde del municipio vallisoletano de Tudela de Duero, Luis Javier Gómez, al comienzo de las fiestas de la Asunción de Nuestra Señora y San Roque.

Tanto es así que este año fueron 6000 las personas que se acercaron ayer a disfrutar del último encierro a las 11.00 horas. Unos lo hicieron corriendo y otros desde las talanqueras, donde «la gente siente el peligro pero no se arriesga», explicó el alcalde de Tudela, Luis Javier Gómez. También añadió que «no es una asistencia común porque otros años no se suele quedar tanta gente hasta el final de las fiestas».

Siete toros de diferentes ganaderías dominaron las calles de Tudela en el quinto encierro, desde que salieron de los toriles municipales hasta que llegaron a la Plaza de Toros, siguiendo el recorrido habitual. «Este año los toros fueron más grandes y la gente disfrutó más», apuntó Luis Javier Gómez.

Los bovinos dieron varias vueltas rápidas por las zonas acordonadas del municipio y según contó el alcalde lo que fue bonito fue ver pasar a los animales por el puente antiguo de Tudela.

El encuentro transcurrió sin ningún herido, ni el miedo se apoderó de los corredores tudelanos ante la cogida que se produjo con el Toro del Alba, ya que según Luis Javier Gómez, «la gente que los corre los sigue corriendo igual».

La trashumancia de bueyes por la Cañada Real también contó ayer a las 10.00 horas con una cifra alta de aficionados, 600 personas que «cuando pasearon por primera vez al lado del ganado se sentían un poco desubicadas», confesó Luis Gómez, pero que hoy en día viven la tradición como si hubieran crecido con ella.

El Ayuntamiento apostó por incrementar el número de probadillas a cinco, tres más que el año pasado, lo cual recibió una buena acogida y unas gradas llenas.

El Concurso de Catas fue de primera línea, no hubo ninguna pelea ni mal ambiente. Tampoco tuvieron que sacar a nadie del recorrido por estar ebrio, el único incidente que hubo fue la cogida del Toro del Alba.

«Un balance positivo para las fiestas de este año», concluyó el alcalde, quién explicó que «por tradición es la gente mayor la que disfruta más de las fiestas patronales, sin embargo este año hubo mucha más gente jóven, sobre todo durante el pregón».

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