Diario de Valladolid

Medina, el último ‘bastión’ de los grandes premios

Sólo 32 números han permitido a los vallisoletanos acariciar la fortuna

Propietarios del kiosko Los Futbolines, de Medina, que repartieron 6,5 millones en 2016.-PABLO REQUEJO

Propietarios del kiosko Los Futbolines, de Medina, que repartieron 6,5 millones en 2016.-PABLO REQUEJO

Publicado por
Mar Peláez

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Sólo el azar, y no la superstición, dirá mañana si algún vallisoletano pasará de golpe, en un día, de ‘pobre’ a millonario. Todos los números están dentro del bombo: los ‘feos’, los ‘bonitos’, los capicúas, los bajos, los altos... Aunque es típico recurrir a cábalas y ritos, la suerte está echada. Comienza la cuenta atrás para el Sorteo del ‘Gordo’, el sonido más característico del arranque de las fiestas navideñas.

En ese gran bombo girarán 100.000 bolas iguales. Las opciones de que su número sea el agraciado con el ‘Gordo’ son, por tanto, una entre 100.000. Son pocas, pero existen. Sin embargo, Valladolid bien saben lo que es ver desde la butaca la alegría de los premiados con el primer premio, el segundo, el tercero... La suerte le es esquiva a Valladolid, pero también a Castilla y León.

Sólo 32 números en toda la historia del sorteo han permitido a los vallisoletanos descorchar botellas, abrazarse con propios y extraños y esbozar enormes sonrisas a las puertas de una Administración de Lotería. Daba igual que fuera el ‘Gordo’, o un quinto premio; un segundo o un cuarto. La alegría por tener en las manos un décimo premiado es contagiosa.

Y si no que se lo pregunten a los hermanos Pilar y Juan Carlos Arribas. Ellos fueron los administradores de lotería que dieron el premio más alto conseguido en la provincia de Valladolid en los últimos años –y «el más grande de Medina del Campo en toda la historia de la Lotería»–, según apostillan.

Fue un segundo, pero supo a victoria. El 4.536 está ‘grabado’ ya en su pequeño kiosco ubicado en Medina del Campo que, por su nombre ‘El futbolines’, rememora aquellos orígenes como recreativos que abrió su padre hace más de 40 años, y que hoy compagina la venta de ilusión con periódicos y revistas.

Es el reclamo que recuerda que en la Navidad de 2016 repartió 52 décimos. «Todos ellos en azul», afirma Juan Carlos Arribas, en referencia a que todos ellos fueron «vendidos por terminal» y, por tanto, impresos sobre el papel azul con que tratan de hacer más atractivo este método de venta.

6,5 millones de euros regaron la localidad vallisoletana y «los pueblos de la comarca». Y es que, aunque estuvo muy repartido, Arribas asegura que a lo largo de este año «se ha ido identificando a la mayoría de los premiados».

Y como suerte llama a suerte, no son pocos los que han depositado de nuevo este año la esperanza en ‘El futbolines’, confiando en que otros dos niños del colegio de San Ildefonso, como el año pasado fueron Youseef y Nicol, canten el ‘Gordo’.

Los números hablan. Las ventas comenzaron «fuerte desde el día en que se abrió el sorteo y se han incrementado hasta ahora «en un 450% en números exactos, según los datos que proporciona Lotería Nacional», afirma Arribas, quien aún se acuerda, como si fuera hoy, de ese primer alambre de la sexta tabla que les hizo saltar de alegría pasadas las 11.20 de la mañana.

Aunque la «suerte es caprichosa», en esta ocasión tienen más posibilidades de que revivir la llegada de la fortuna. «Vendemos más y, por tanto, se incrementan las probabilidades», explica, mientras habla, a modo de ejemplo, de un hombre de Olmedo que el pasado año se llevó siete décimos, y este año «ha vuelto a por más».

Esta administración no sólo resulta ser el establecimiento que repartió el mayor premio de la provincia en los últimos años, sino que también ha sido el mayor premio vendido por terminal en la provincia. «Lo normal es que se venda un billete, dos a lo sumo, pero 52...», subraya Arribas.

Su experiencia, por tanto, apunta a que el número vendido por maquinita e impreso ya no es tan rechazado «como antes», quizás porque «el color azul lo hace más agradable», apostilla.

Eso mismo corrobora Pilar Padilla, delegada comercial de Loterías en Valladolid y presidenta de los delegados de España. «A la mayoría de las personas le gusta más tener el décimo físico en sus manos, pero las ventas por terminal han crecido un 4,7% hasta el momento». «Si alguien sueña un número, piensa en la fecha de nacimiento de un sobrino o de un acontecimiento relevante en su vida siempre puede adquirirlo se venda allá donde se venta», señala Padilla. Es «una de las grandes ventajas de la venta por terminal», apunta Padilla. «Es el futuro», sostiene Arribas, quien no duda en seguir probando fortuna.

Pero volviendo al pasado más reciente, Valladolid sólo ha recibido tres ‘Gordos’ en los 205 años de existencia del sorteo más familiar de cuantos se organizan en España. Sólo ha sentido la máxima algarabía en 1821, en 1984 –con aquella gran lluvia de 12.500 millones de pesetas de la época que repartió la Administración de la calle Santiago– y un pellizco en forma de dos décimos en 2012.

En dos ocasiones ha recaído en la provincia el segundo premio, además de en 2016, en 2004. El tercero ha tocado en otras dos ocasiones –en concreto en 2011 y en 2012 con un único boleto sellado en una juguetería de la Plaza Vadillos de la capital. Dos veces lo ha hecho en forma de cuarto premio (un décimo en 2014 y 20.000 euros de otro el año pasado). Los quintos han sido más generosos, también por ser más numerosos. En total, la provincia ha acariciado 22 premios, aunque ninguno de ellos vino acompañado de grandes dinerales.

No se sabe aún quién será el afortunado este año, pero lo que sí se conoce es que la banca siempre gana. La Hacienda pública ingresará 200 millones de euros con las retenciones que se practican sobre los premios de la Lotería de Navidad, según los cálculos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), informa Efe. Apuntan a que el total de premios que se repartirán en el sorteo que se celebra mañana se sitúa en 2.380 millones de euros, siempre que se vendan todos los números.

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