Los vecinos de Rábano tras la riada: «No veíamos esto desde hace 50 años»

La localidad vallisoletana de Rábano, al filo de la frontera con la provincia de Segovia, amaneció este domingo con el nivel del Duratón a la baja. Atrás quedó el pico de la crecida, cuando más de cien hectáreas del término municipal se vieron cubiertas por el agua , la mayoría de ellas rústicas. Fueron 25 de ellas, las más próximas a la localidad, donde se asientan numerosas instalaciones de ocio, las que más preocuparon a sus paisanos . El frontón, chiringuitos, zonas de merendero, campo de fútbol, canchas de baloncesto, la zonas de baño... Todo resultó cubierto por las aguas. Aun en la mañana de este domingo era imposible acceder al 'Puente Viejo' y las vistas desde el 'Puente Nuevo' se convirtieron en un atractivo turístico para los del lugar, que se paraban a contemplar el nivel y la corriente del agua.

Fue en la tarde del sábado cuando dos vías de la villa, la calle del Río y la carretera a Torre de Peñafiel, las más cercanas al nivel del río , se cubrieron de agua. Una docena de casas se vio afectada, con el agua que entró por la puerta y cubrió los primeros centímetros del suelo. Las primeras edificaciones fueron las que más notaron la crecida. En la primera casa de la calle del Río  dos de sus vecinos, «los hijos de Blas», tuvieron que ser rescatados con la pala de un tractor , pero la cosa no llegó a mayores. En el resto fueron sobre todo locales y garajes los que se mojaron. Los cuerpos de seguridad llegaron a ordenar el desalojo de diez vecinos de las casas afectadas en la tarde anterior.

Los vecinos de la zona se afanaban en la mañana de este domingo en las tareas de limpieza . Fregar bien las casas, limpiar calzadas y aceras con manguera, achicar agua con una bomba en algún cobertizo más cercano al cauce y, sobre todo, comentar el suceso. «Hacía más de 50 años que no veíamos nada así», comentó en respuesta a este periódico José Ángel, un vecino veterano de 71 años que recordaba cómo su padre le contaba de otras inundaciones de su juventud. «Lo que no tenían que haber hecho es abrir los embalses», se quejó Pedro, otro vecino, quien asegura que el día anterior a la crecida había bajado el nivel del río  «porque cerraron las puertas del pantano, y luego las han abierto de repente y mira la que han organizado».

Con él están de acuerdo numerosos paisanos. Se quejan de la gestión de los embalses que hay aguas arriba del Duratón , el de Las Vencías , en la localidad segoviana de Fuentidueña, y el de Burgomillodo , en la localidad segoviana homónima. Ambos están destinados a la generación eléctrica y gestionados por Unión Fenosa .

Atrás quedó el susto que llevó hasta el pueblo a la Agencia de Protección Civil y Emergencias de Castilla y León, que  movilizó el sábado por la tarde a Rábano a la Unidad de Apoyo Logístico en Emergencias con material de albergue para colaborar en la evacuación de esos vecinos que tenían sus casas inundadas por la crecida del río Duratón. Finalmente todos los evacuados pudieron acudir a segundas viviendas o se realojaron con familiares, por lo que la unidad regresó a su base.