Más de 4.000 viviendas de Valladolid piden el enganche a la nueva red calor de la zona oeste para ahorrarse el 50% de la factura

La red de calor que abastecerá de agua caliente y calefacción a Parquesol, Villa del Prado y la zona suroeste de Huerta del Rey ya tiene 4.000 solicitudes en espera de otras tantas viviendas y 30  más de edificio s, entre ellos el de las Cortes regionales y la Agencia Tributaria, para estar conectados cuando el próximo invierno entre en funcionamiento. Las 4.000 que ya han pedido la conexión son las primeras de las 10.200 viviendas y los 67 edificios del sector terciario  que se abastecerán, con una reducción de la factura de calefacción y agua caliente que oscilará entre un 30% y un 50%, lo que supondrá un ahorro entre 550 y 750 euros al año.

 

La primeras tuberías, de un entramado de canalizaciones subterráneas que se extenderá 25 kilómetros, con dos ramales para llevar el agua caliente a los tres barrios, se colocaron ayer en una zanja que discurre paralela a la calle Padre José Acosta, en un tramo próximo al Real de la Feria.  La nueva red, financiada por  la Junta de Castilla y León con una inversión de 30 millones de euros, se suma a las  otras dos  ya en funcionamiento en Valladolid: la que abastece los campus universitarios Miguel Delibes y Esgueva, además del Hospital Clínico, en marcha desde 2014, y la montada en 2019  para la zona norte y este de Huerta del Rey , ambas también promovidas por el Ejecutivo autónomo. Y no será la última. El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez Quiñones, quien visitó el lugar de inicio de las obras junto con el alcalde, Óscar Puente, anunció que están en marcha dos nuevos proyectos para instalar otras dos redes de calor en las zonas sur y este de la ciudad. Aunque todavía en fase de estudio, Suárez Quiñones avanzó que la idea es que puedan estar abastecidos todos los barrios de la zona sur.

El corazón de la red estará en un edificio que se construirá en una parcela de 3.600 metros cuadrados cedida por el Ayuntamiento junto al estadio Zorrilla, entre el punto limpio y la A-62. Las nuevas instalaciones estarán divididas en tres partes, una de ellas  albergará las cuatro calderas desde las que se generará la energía  que luego se distribuirá por la red de tuberías  hasta los hogares. Con una potencia de 48,8 megavatios,  consumirán 50.200 toneladas de astillas al año. 

Un segundo espacio se destinará  al almacenamiento de la biomasa y habrá un tercer compartimento para otros usos. Las  instalaciones contarán con un sistema de almacenamiento de calor  de 6.000 metros cúbicos que permitirá acumular energía térmica renovable en horario nocturno,  un periodo en el que la demanda de la ciudad baja, para luego suministrarla cuando lleguen los picos de demanda durante el día.

 

Desde la central de generación partirán dos ramales para el  suministro de energía, uno para el barrio de Parquesol, que discurrirá por la Avenida del Mundial 82, junto al estadio, y el que se inició ayer en la calle Padre José Acosta para los barrios Villa del Prado y Huerta del Rey. En cada bloque de viviendas conectado a la red se instalará una subestación de intercambio, que se ubicarán en las actuales salas de calderas, que permitirán transferir energía térmica del circuito externo a los edificios.

Suárez-Quiñones hizo hincapié en el ahorro energético que supondrá para la familias, pero también en los beneficios para el medio ambiente al evitar la emisión de 31.300 toneladas de CO2 a la atmósfera. Las viviendas que se adhieran a la red ya no necesitarán calderas, de manea que está prevista la eliminación de unas 400, incluidas aquí chimeneas de combustible fósil. Sin calderas, los usuarios podrán olvidarse de averías y del mantenimiento que ahora exige una instalación convencional.

Co mo tercer aspecto positivo, el titular de Medio Ambiente subrayó  el paso adelante que supone este modelo para impulsar la independencia energética de la Comunidad, al abastecerse de un combustible como la biomasa, el residuo de astillas que se genera en las cortas y desbroces de montes y zonas arboladas, tan abundante en Castilla y León, lo que «generará actividad económica y empleo en el medio rural».

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El alcalde mostró sus satisfacción por la nueva red de calor, la tercera que funcionará en la capital, y subrayó el hecho de que se trate de una infraestructura pública, lo que permitirá «tener el control».  Puente mostró la buena sintonía que tiene con  la Consejería de Medio Ambiente, a diferencia del tono que emplea con otros departamentos del Ejecutivo regional,  y recordó que además de las redes de calor, el área de Suárez-Quiñones tiene en marcha también la remodelación del antiguo cuartel de Puente Colgante para construir vivienda.

La última red de calor que entró en funcionamiento en Valladolid, en 2019 para dar servicio a la zona norte-este de Huerta del Rey estaba pensada para atener la demanda térmica de edificios públicos del entorno, entre ellos las consejerías de Agricultura, Fomento y Medio Ambiente, Economía y Hacienda,  así como la Escuela de Arquitectura y el complejo deportivo Huerta del Rey, pero también se dio opción  a los edificaciones privadas que estuvieran interesadas. Ahora son ya 10 comunidades de propietarios, con unas 750 viviendas.