Diario de Valladolid

«Caía agua por la escalera como una cascada»

La tromba de agua descargó 20 litros en 10 minutos y llegó hasta los 37 a la hora / En 20 minutos se superó la media de precipitaciones de septiembre

Labores de limpieza en un comercio de la calle Platerías.-M.Á. SANTOS/ PHOTOGENIC

Labores de limpieza en un comercio de la calle Platerías.-M.Á. SANTOS/ PHOTOGENIC

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J. Ayuso Santamaría

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Tormenta histórica en Valladolid. Tras una noche en la que el cielo se abrió, Thor descargó toda su rabia en forma de rayos, granizo, viento y lluvia. Durante el aguacero se registraron máximos históricos, en los 10 primeros minutos se recogieron 20,2 litros de agua por metro cuadrado. «Caía agua por la escalera como una cascada», desveló un trabajador de la coctelería ‘El Niño Perdido’, que durante la tromba de agua llegó a acumular un metro y medio de agua en este sótano. Como este local, decenas de negocios de la capital se han visto castigados por la acumulación de lluvia, lo que se traduce en cierre del establecimiento y pérdidas todavía están por cuantificar. Las zonas más afectadas fueron las calles Platerías, Mantería y Macías Picavea, así como algunas zonas del barrio de Parquesol y los túneles urbanos de Labradores, Vadillos y San Isidro. Así como el Centro Cultural Miguel Delibes, las Cortes de Castilla y León y numeros garajes e inmuebles de negocios y de particulares.

De las cerca de 2.30 horas que duró la tormenta, transcurridos 20 minutos, ya se había superado la cantidad de precipitación estimada para el mes de septiembre y en una hora la cantidad se alcanzó los 37,2 litros por metro cuadrado, según expuso ayer Óscar Puente, alcalde de la ciudad.

Tras la tormenta llega la calma y también toca hacer el balance de los daños y consecuencias. José Antonio Otero, concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana confirmó que la ciudad volvía «a la normalidad» tras una larga noche en la que los Bomberos, la Policía Municipal y los voluntarios de Protección Civil tuvieron que atender 180 incidencias, que fueron resolviendo a lo largo de la madrugada y acabaron ya por la mañana. Entre las incidencias más comunes que se tuvieron que atender fueron sacar a conductores que se habían quedado en medio de balsas de agua, caídas de ramas de árboles, algún desprendimiento o varias personas que tuvieron que ser sacadas de los ascensores al irse la luz.

Otero manifestó que aunque no hay que lamentar daños personales sí hay que hacer recuento del deterioro causado en bajos, sótanos y en comunidades de vecinos.

Ante la inesperada tromba de agua, Puente sostuvo que la ciudad tuvo «suerte por lo que pudo haber sido». «Las previsiones ni siquiera recogían una llovizna. Y de repente una nube se desploma entera en Valladolid con 37 litros por metro cuadrado en una hora, 20 de ellos en diez minutos, una cantidad de agua imposible de asumir por la red de alcantarillado», expuso.

María Sánchez, concejala de Medio Ambiente y responsable de Aquavall, explicó que la situación del martes pudo «ser resuelta» porque «en agosto hemos acometido obras de reparación, puesta a punto y limpieza de la infraestructura hidráulica y de drenaje de los distintos túneles de la ciudad desde Aquavall».

Según ha podido conocer este periódico, algunos de los comercios afectados han perdido buena parte del género por la tromba de agua, como es el caso de Moda Santa Cruz, en la calle Mantería. Este comercio textil, según desvelan sus dueños, viene sufriendo en los últimos años varios episodios de inundaciones. En esta útima tormenta el agua alcanzó el medio metro.

En el caso de los negocios con bajo de la calle Mantería, según aseveran los propietarios, el agua entra por las arquetas de la red urbana, lo que supone que en el sótano irrumpió el agua recogida por las precipitaciones y el agua fecal.

Tras cinco horas trabajando en eliminar el agua durante la madrugada, y otras tantas ya por la mañana, el aspecto del bajo de la tienda, utilizado como almacén y oficina, mostraba a la perfección en las paredes el volumen alcanzado, que llegó a cerca del medio metro. La crecida castigó a la colección de otoño que ya tenían preparado para subir a la parte de arriba.

«Esto es una pasada, desde que hicieron la obra de la plaza España, todos los locales de esta mano que tenemos sótanos se nos inunda. El agua levanta las arquetas y entra como una fuente. Hay que buscar una solución, no podemos estar cada vez llueve fuerte temblando», desvelan sus dueños.

La ropa pérdida, el costó limpieza, el olor generado y la caída en ventas son parte del perjuicio de este comercio, en el que agua también entró por la puerta y se infiltró por una pared. A falta de una visita del perito, los propietarios calculan en varios de miles de euros las pérdidas económicas.

Tras varias inundaciones, lo que se puede ver es que los dueños ya están resignados y hasta han adquirido formas para tratar de eliminar de la forma más rápida posible el agua acumulada. Tal es el nivel de preparación, que Ópticas Alcañiz, en la misma calle Mantería, cuenta con un sistema de cuatro bombas de achique y aún así el agua sigue causando grandes daños. En el caso de este comercio el bajo está destinado para vender productos de electrónica, tales como televisiones o equipos de sonido.

Ante el imprevisto de la tormenta y el volumen alcanzado se podía ver varias pantallas afectadas por el nivel del agua alcanzado.

De la misma forma que sus vecinos de calle, el dueño de Alcañiz atribuye a las obras del parking de la plaza España el origen de las inundaciones. Según valora José Manuel Blanco Alcañiz, propietario del inmueble, esto se puede deber a «que el colector esté más alto»y no permita el tránsito de agua y, además, a una falta de limpieza. En ocasiones anteriores, los destrozos alcanzaron los 54.000 euros y de 120.000 euros. En este caso, la estimación de Alcañiz es que su tienda de electrónica permanezca cerrada durante 8 o 9 días, en lo que tardan los operarios en limpiar y se tarde en volver a poner en marcha el negocio.

Sin cuantificar todavía las pérdidas, y a expensas de unos peritos que, según fuentes consultadas, no llegarían hasta el lunes de la semana que viene al encontrarse en Murcia, el bar ‘El Niño Perdido’ vio como el torrente de agua irrumpía por las escaleras hasta dejar un metro y medio de agua. Con los sillones y taburetes subidos y con el suministro eléctrico recién recuperado , uno de sus trabajadores habló de grandes perdidas al verse afectada toda la maquinaria, «está todo el local destruido». Este barman estuvo presente en el momento de la inundación y según confesó vivió esos momentos con «incertidumbre y un poco de angustia».

«Reaccionas subiéndote como puedes: subiéndote a un banco o una mesa», afirmó. Según desveló, tuvieron que esperar a que los Bomberos pudieran venir con una bomba de achique porque «había un metro y medio de agua».

A falta de un balance general que estime los daños a los particulares y viendo los efectos de la DANA en el Levante español, como dijo Puente: Valladolid tiene «suerte por lo que pudo haber sido».

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