Última ofensiva de Génova contra Carnero: dos emisarios van por sorpresa a casa de diputados para presionarlos

A la desesperada. La ofensiva de Génova contra Jesús Julio Carnero parece no tener límite. La última pasa porque dos de sus emisarios, Alberto Casero y Antonio González Terol los mismos que ya vinieron la semana pasada, acuden ahora por sorpresa a casa de diputados para presionarlos y que no voten a favor de Carnero en la investidura.

Los emisarios de Génova, Alberto Casero y Antonio González Terol, se presentan en casa de varios diputados del PP de Valladolid, de donde son despachados rápidamente, para reclamarles que no voten al presidente de los ‘populares’ vallisoletanos este viernes en el Pleno de constitución de la Diputación para que vuelva a dirigir la institución provincial cuatro año, como por otra parte se ha ganado democráticamente con el respaldo masivo de alcaldes y concejales.

Pero, los enviados de la dirección nacional del PP, van incluso más allá y llegando a ofrecerles a algunos de ellos incluso si quieren ser ellos los candidatos. Visitas que, además, vienen acompañadas de llamada telefónicas a otros diputados.

Una actitud, la de Terol y Casero de personarse en los domicilios particulares, que «supera todos los límites», según remarcan las fuentes consultadas por este periódico. Las mismas que no dudan en dejar claro que es una forma de actuar que se encuentra fuera de la normalidad orgánica.

Estrategia que viene a poner en evidencia aquella que, de nuevo a través de filtraciones interesadas, relataba que la dirección nacional de Génova había dejado todo en manos de la autonómica todo lo que tenía que ver con Jesús Julio Carnero.

«Esto roza lo delictivo. Vamos a ver si algunos de estas actuaciones no acaban en el juzgado. Están superando todos los límites», aseguran algunos de los que están siendo objeto de este último asalto por parte de los dirigentes nacionales, que ya vinieron la semana para intentar que Carnero incluyera en la lista de diputados a la ex delegado de la Junta, Pablo Trillo, y al alcalde de Simancas, Alberto Plaza, que ni siquiera se presentaron a la votación y, por tanto, es imposible incluirlos.

Pese a toda esta ofensiva de Génova y a todas las presiones recibidas, los doce diputados, ya conocidos por los doce apóstoles en Valladolid, mantienen su respaldo a Carnero. Ellos y la inmensa mayoría de alcaldes y concejales de Valladolid.

Esa es la realidad que los dos emisarios se han encontrado con el no como respuesta de unos diputados unidos y fieles en torno a Carnero. «Aquí no van a encontrar traidores, que los busquen en otro sitio», puntualizan las diversas fuentes a las que ha tenido acceso este periódico.

Uno de los enviados de Génova a Valladolid, González Terol, con quien EL MUNDO DE VALLADOLID se puso en contacto a última hora de la tarde de ayer, indicaba que no podía atender en ese momento y que mañana –por hoy– esrtaría dispuesto a hacerlo.

Y es que cada vez es más claro que Génova no acepta que el presidente del PP de Valladolid goce de un respaldo masivo del partido en la provincia. Y así se demostróa, com publicó este periódico, tras la última tanda de elección de diputados –los seis del partido judicial de Valladolid–, donde los dirigentes desplazados desde Madrid para velar por el proceso –el único de estas características democráticas que se desarrolla en toda España–, amenazaron al dirigente vallisoletano con suspender a los órganos legítimamente elegidos por los militantes en primarias hace dos años. Ya ese día, los dirigentes desplazados exigieron que se incluyese al alcalde de Simancas una vez celebrada la votación, que era pública, pese a que Plaza ni siquiera había concurrido. Algo a lo que tanto el presidente como los miembros de la dirección del PP de Valladolid se opusieron al entender que estarían violando la decisión democrática de todos los ediles del partido judicial de Valladolid que son los que han elegido a los seis diputados, todos afines y partidarios de que Carnero siga en Diputación.

Ese día, Antonio García Terol comunicó a la dirección autonómica, en concreto al número dos, Francisco Vázquez, la decisión de que fuera el PP a nivel autonómico el que inicie los mecanismos para apartar a Carnero y su equipo y forme una gestora presidida por otra persona.

Esta medida, de extrema gravedad, se sustenta «únicamente en la pérdida de confianza en Carnero». Aunque algunas fuentes aseguraron que debe ser el comité nacional el que debe aprobar tal medida y que no está consensuado con la formación que lidera Alfonso Fernández Mañueco en Valladolid, quien precisamente ha animado en reiteradas ocasiones a Carnero a que siga en Diputación.

Ahora se busca la excusa de la pérdida de confianza, una vez que Ciudadanos haya desmentido que veten la presencia de Carnero en la Diputación, entre otras cosas, porque su elección no depende de los votos del partido naranja. Algo que hizo el propio candidato Francisco Igea, el mismo de la firma del acuerdo programático, a preguntas de los medios.

Parece claro que, como estas continuas amenazas con gestora incluida, no parecen dar el resultado esperado, la última ofensiva pasa por estas sorpresivas y sorprendentes visitas a diputados del PP para presionarlos.

La realidad y así lo demuestran es que los doce diputados electos que acompañan a Carnero en la Diputación sólo lo contemplan a él como presidente.