Diario de Valladolid

El viejo Seat 124 que se tragó el río Pisuerga

Los Geas rescatan el utilitario que llevaba 30 años sumergido / Las piedras halladas en el maletero alimentan todo tipo de cábalas

La chatarra del Seat 124.-

La chatarra del Seat 124.-

Publicado por
J. I. Fernández

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Uno de los grandes misterios es qué se esconde en las profundidades de un río. Leyendas, historias con final trepidante y seguro que más de alguna de amor. En el caso del río Pisuerga muchos detalles, desde electrodomésticos, carritos de la compra y de bebés, vallas de obra o ruedas. Sin embargo, pocos podían pensar que en el fondo estaría un Seat 124. El histórico coche de la factoría española yacía en las aguas del río desde hace aproximadamente 30 años a la altura de la desembocadura en él del río Esgueva. Un icono de la época fabricado entre los años 1968 y 1980 y que alguien pensó que estaría mejor debajo del agua.

Fue hace dos años cuando el vallisoletano Vicente Muñoz hacía running y descubrió cómo un bulto más sospechoso y grande que de costumbre se dejaba ver. Así es como la Asociación Cultural Amigos del Pisuerga, que ha sacado del fondo del río los objetos más inesperados, inició los trámites para la extracción que se llevó a cabo por fin ayer.

Al principio pensaron que podrían sacarlo con sus propios medios, incluso con sus buzos, pero rápidamente comprobaron que no podría ser. Tras consultar con la Confederación Hidrográfica del Duero decidieron también hablar con la Guardia Civil. Entre otras cosas por si ese utilitario tenía una denuncia de desaparición o podría haber sido robado. Algo que no parece, según comenta Luis Ángel Largo Rivas, quien se muestra feliz por la extracción.

El hallazgo mereció la pena. Lo primero que encontraron fue un turismo con un maletero lleno de piedras y de ladrillos. «Pesaba más que un Cadillac de los antiguos», comentó el presidente de la asociación. Ante su exceso de peso fue necesaria la utilización de un camión pluma que la sacara del fondo del río y la arrastrara fuera en una operación que duró más de tres horas. El Seat soltó incluso algo de aceite del motor que aún perduraba pese a los 30 años bajo el agua. «Al final era todo una chatarra», exclama Largo.

¿Cómo llegó allí? Todo hace indicar que el lanzamiento del coche «fue a propósito» indica el portavoz de Amigos del Pisuerga ya que no tenía la parte de arriba y los ladrillos estaban dentro del maletero para que se hundiera hasta el fondo. «Estaba claro que el que lo tiró quería que no apareciera», insiste. El río se llevará ese secreto porque la policía no tiene constancia de nada.

El portavoz de Amigos del Pisuerga calcula que el viejo Seat 124 podría pesar 800 kilos, si a eso le suma los 500 kilos de barrio y los ladrillos, el peso que tuvieron que sacar los operarios podría llegar a los 1.300 kilos. «Afortunadamente se ha hecho con mucho cuidado, despacio y con tranquilidad y se ha podido recuperar la totalidad sin que nada haya caído al río», explica.

Largo agradece el trabajo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y el Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Valladolid, quienes extrajeron el vehículo de las aguas, y ahora el Seat 124 se encuentra en el depósito municipal. La Asociación no tiene propósito de solicitarlo ni de investigar las causas. «La intención era solo sacarlo porque llevábamos de papeleos mucho tiempo y por fin hoy (por ayer) lo hemos conseguido», concluye.

No es la primera vez (ni será la última) que esta Asociación se enfrente a estas tareas de recuperación en las aguas vallisoletanas. «Desgraciadamente hay demasiadas cosas en el fondo del río», lamenta Largo Rivas. Por ejemplo hace unos años se sacó una rueda de madera antigua, de un carro de bueyes, del siglo XVIII, que ahora tiene el Fabio Nelli y también más vehículos.

Misterios de un río Pisuerga que no deja de sorprender a los vallisoletanos.

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