Diario de Valladolid

Albert Rivera: «Hay que escuchar menos a Torra y más a Castilla y León»

El líder de Ciudadanos promete un Pacto de Estado contra la despoblación si llega al Gobierno ante un aforo de medio millar de simpatizantes

El candidato de Cs a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera, posa junto a varios jóvenes que quisieron hacerse un selfie con él en la Cúpula del Milenio.-J.M. LOSTAU

El candidato de Cs a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera, posa junto a varios jóvenes que quisieron hacerse un selfie con él en la Cúpula del Milenio.-J.M. LOSTAU

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Estibaliz Lera

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Valladolid amaneció gris. El suelo mojado, el ambiente húmedo, lluvia persistente y una temperatura fresca. Quizá la climatología influyó y no precisamente a favor de Albert Rivera. La Cúpula del Milenio, a orillas del Pisuerga, estaba a medio gas. 300 sillas completas y alrededor de 200 simpatizantes de pie que no dudaron ni un segundo en arropar a su líder. Lejos quedó ‘el no hay billetes’. Sin embargo, el presidente de Ciudadanos se colocó las gafas de la positividad y vio el enclave, su enclave, «a reventar».

El general de capitanes llegó diez minutos tarde. La emoción se palpaba en el ambiente. Aterrizó con humildad y para poner el broche a un acto en el que estaba precedido por «el talento». Atento a mezclar claves municipales, autonómicas y nacionales, quiso captar a todos los indecisos. Y les intentó llevar a su terreno «con un proyecto ganador» y «desde el sentido común». Defendió «lo obvio» con «libertad e independencia» y «trabajando duro» para caminar hacia el futuro «sin mochilas ni hipotecas».

Rivera fue claro: «Hay que escuchar menos a Torra y más a Castilla y León». En su opinión, es una comunidad autónoma que, «a pesar de sus diferencias», lucha por la igualdad y es «leal» al proyecto de España. Por ello, prometió un Pacto de Estado contra la despoblación si llega al Gobierno. Su intención, dijo, es sentar a todos los líderes políticos y a las comunidades autónomas implicadas en esta problemática en una mesa para trazar una hoja de ruta que sirva para llenar el mundo rural. «Cueste lo que cueste». El plazo: durante los 100 primeros días de Gobierno.

En este camino el líder de la formación naranja aseguró que dejará de lado «a los tristes y a los cenizos». A todas esas personas «que molestan y que no dejan trabajar», apostilló. Y en ese camino también tendrá un piloto regional: Francisco Igea. «Paco, te haremos presidente», prometió Rivera al candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta. Un guiño hacia el que no fue su primera opción. Silvia Clemente era su líder. Sin embargo, se cayó por una aritmética empañada por las malas artes y dejó una herencia complicada: un pucherazo aún sin resolver.

Ensalzó a la vallisoletana Soraya Rodríguez, candidata de Ciudadanos al Parlamento Europeo. De ella afirmó que «antes de socialista, es ciudadana española». «Ha sido fiel a sus principios y valores». También agradeció que Ángel Garrido –expresidente de la Comunidad de Madrid y fichaje in extremis al que los populares habían inscrito como número 4 a las europeas, mientras Ciudadanos lo había incluido en el 13 de la candidatura a la Asamblea de Madrid– se haya sumado al proyecto «ganador». Eso sí, arremetió contra sus contrincantes: «El PP es un partido que se está desinflando y perdiendo la fuerza, que sigue anclado en los años 80 y 90 y en la batalla del ‘y tú más’ con el PSOE». No olvidó tampoco ensalzar a su próximo «ministro de Justicia»: el abogado del Estado Edmundo Bal, que fue apartado de la causa del procés por la pérdida de confianza del Gobierno de Pedro Sánchez.

Lanzó mensajes claros a los castellanos y leoneses: «Me tendréis siempre a vuestro lado para que Castilla y León avance», además de criticar al Partido Popular por haber gobernado esta tierra «acomodado y conformista y más preocupado por enchufar a la gente en las diputaciones y otras instituciones que por el problema de la despoblación».

Albert Rivera tiró de estadística y se lamentó de que en los últimos 10 años 150.000 personas hayan abandonado la Comunidad. «No se han ido por gusto. Hay un envejecimiento evidente y faltan nacimientos, a lo que no ayuda la falta de políticas de Estado». Y es que, a su juicio, los dirigentes han estado muy pendientes «de pactar con el nacionalismo», lo que ha tenido como consecuencia «olvidarse del resto de territorios».

En cuanto a las propuestas que lleva la formación naranja en su programa electoral, recordó la rebaja del IRPF en un 60% para quien viva en los pueblos de menos de 5.000 habitantes, la apuesta por la banda ancha para que nadie se quede sin emprender un negocio o pueda acceder a servicios de todo tipo, además de potenciar la sanidad y la educación.

Sobre Cataluña, el líder de Ciudadanos comentó que «el crono de los derechos está en la Constitución. Los derechos están en los ciudadanos y no en los territorios». Insistió en que los españoles son «iguales» ante la ley. En esta línea, criticó que «en Cataluña esto no se logra porque no se respetan las leyes». Y precisó: «Ciudadanos va a respetar siempre la Constitución y Sánchez permite eso a Torra porque le interesa para conseguir escaños. Yo respeto que haya independentistas pero que no se carguen mi país», puntualizó.

Además, el líder de la formación naranja, exultante ante los debates, confió en convertirse en la «UCD del siglo XXI», es decir, en ser un partido que logre «unir España y a las distintas ideologías con gente moderada». «Los que nos voten van a ser leales, moderados, progresistas y con capacidad para que se consolide un proyecto de país donde no se excluya a nadie. Estoy cansado de escuchar a gente sectaria», espetó.

Los tambores de guerra ya se apagan y, según gritó a lo cuatro vientos, huele a cambio. Un cambio donde Ciudadanos «dará la campanada». Rivera cerró el acto animando a «dar la vuelta al marcador» en las urnas.

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