Diario de Valladolid

El PP opta por la consejera de Hacienda para encabezar la candidatura de Valladolid

Mañueco y Génova dan el visto bueno a la propuesta del PP de Valladolid para que por primera vez una mujer lidere el cartel electoral de la primera ciudad de Castilla y León con la estrategia de que impulse la lista autonómica

La consejera Pilar del Olmo, en una imagen de archivo.-ICAL

La consejera Pilar del Olmo, en una imagen de archivo.-ICAL

Publicado por
Pablo R. Lago
Valladolid

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El PP ya tiene clara su opción para reconquistar la primera ciudad de Castilla y León y hace frente al ‘efecto Puente’ en los próximos comicios municipales y autonómicos del próximo año. El PP ya tiene candidata en la capital del Pisuerga. La actual consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, concita el consenso de los estamentos provincial, regional y nacional para encabezar el cartel con el que recuperar la alcaldía pucelana, perdida hace tres años, y frenar la fuerza electoral que ejerce el actual regidor y portavoz federal del PSOE en el conjunto de la provincia tal y como evidencia las pruebas demoscópicas de las que dispone el PP.

No hay que olvidar que Valladolid, además de ser la primera ciudad de Castilla y León, es la provincia donde más parlamentarios regionales se juegan en la elecciones autonómicas.

Pilar del Olmo Moro (Valbuena de Duero, 1962) ha dicho que está dispuesta a asumir el reto. Es una operación que lleva tiempo fraguándose en el seno del PP provincial y regional. Alfonso Fernández Mañueco, candidato a la Junta el próximo año y presidente regional del PP, y Jesús Julio Carnero, máximo responsable de los populares vallisoletanos y presidente de la Diputación, llevan meses hablando de las opciones para concluir que Del Olmo es la mejor. Sería la primera vez que una mujer encabezaría las listas populares en la plaza electoral más trascendente de la región. Mañueco ha dado su visto bueno ya.

De la misma forma Génova, que confía plenamente en el criterio del salmantino, está de acuerdo con la candidatura de Del Olmo. Es el comité electoral nacional el que tiene la última palabra y el encargado de designar a los candidatos de las capitales de provincia. Pero nada hace pensar que Madrid vaya a desautorizar la decisión ya tomada.

Ahora Del Olmo es la opción para encabezar Valladolid. Aunque como advierten desde las filas regionales del PP, «hasta que no esté designada, todos puede pasar en estos tiempos en política». La política se ha convertido en algo demasiado volátil, como ha quedado claro en los últimos cuatro meses.

Del Olmo, uno de los pesos pesados, junto a José Atonio De Santiago-Juárez, de Herrera en sus cuatro últimos gobiernos, pertenece al Cuerpo Superior de Inspectores de Finanzas del Estado desde 1988. Licenciada en Económicas por la UVA y en Derecho por la Uned, rige la cartera de Hacienda del ejecutivo de Herrera desde 2003. Sucedió a otra mujer, la asesinada Isabel Carrasco. Y desde entonces, el burgalés siempre le ha confiado el timón de las cuentas de la Comunidad. Algo que dice mucho de la fiabilidad de Del Olmo.

Del Olmo, sobradamente conocida y cuajada de experiencia por la dura cartera que ha llevado, especialmente en los años más duros de la crisis, ha confesado que se siente «con fuerzas» para el reto. De hecho en el seno del PP vallisoletano no ha pasado desapercibida la mayor presencia de Del Olmo en Valladolid en los últimos tiempos, tanto en el partido como en la actividad cotidiana social e institucional.

El reto es complejo. Desbancar a Óscar Puente, por el que muchos no daban un euro cuando accedió al gobierno con el peor resultado de la historia del PSOE, gracias a un acuerdo a tres bandas con IU y Podemos, y que hoy se ha convertido en un vendaval electoral. Así lo refleja la única encuesta conocida hasta ahora en la comunidad. La de la agencia Ical de primeros de junio que desvelaba que el PSOE regional se estancaba pese a la marcha de Herrera y el degaste de los populares tras 30 años de gobierno. Sin embargo, y contra todo pronóstico, Valladolid era la única provincia en la que el sondeo augura una victoria socialista. En las filas del PP y en las del PSOE achacan este vaticinio sin lugar a duda a lo que se ya se denomina el ‘efecto Puente’. La suma de la alcaldía de Valladolid, no sólo ciudad más grande de Castilla y León, sino también la decimoprimera del país, y la portavocía federal, junto a su protagonismo en el éxito de Sánchez le ha disparado en los índices de popularidad. Y lo sabe el PP.

El reto además es suceder al que fuera un tsunami electoral y todo un símbolo de una época en la que el PP era electoralmente implacable e infalible: el ex regidor Javier León de la Riva. Pese a perder la alcaldía por la suma de los tres partidos de izquierda, logró el mejor resultado de los populares en una gran ciudad en 2015. Cosechó cinco victorias consecutivas. Sólo comparable en Castilla y León al imbatible Juan Vicente Herrera.

«No nos preocupa Tudanca electoralmente», confiensan no sin cierto desdén desde la dirección regional de los populares. «Pero Puente sí», añaden, «y no sólo por la capital, también por el empuje que le da a la lista autonómica en Valladolid, donde no podemos permitirnos el lujo de perder más procuradores».

Así las cosas, y si el PP no da un giro de última hora, acuciado por las encuestas que va a encargar en algunas capitales de provincia para esclarecer el panorama de sus candidatos, en Valladolid los cabezas de lista están definidos. A Óscar Puente, ya designado en primarias, lo presenta mañana el ministro Borrell. La confluencia de Izquierda Unida y Podemos la liderará el actual número dos del Ayuntamiento y socio de gobierno de Puente, el arquitecto Manuel Saravia. La única concejala de Ciudadanos y diputada provincial, Pilar Vicente, será el rostro del cartel de la formación naranja.

Con la opción de Del Olmo se descarta la alternativa Jesús Julio Carnero, que era a quien tanto sus compañeros de dirección provincial como regional veían como mejor baza electoral. Baza que él nunca quiso. Además se suma a la cada vez más visible corriente de alcaldes y cargos provinciales que abogan porque Carnero vuelva ser la opción popular para la Diputación.

Creen que la suya es una apuesta fundamental para el conjunto de los ayuntamientos, tanto por el profundo conocimiento que él tiene como por la popularidad de la que goza en el territorio. En el seno de la Diputación ya se está barajando evidenciar esa petición en los órganos del partido para que no sea sólo un deseo de cenáculos y conversaciones privadas.

El PP es consciente que una vez desvelada la opción de Del Olmo empezará a sufrir con más fuerza los ataques del PSOE. Tanto desde Valladolid, como desde la filas regionales. Ahora es una enemiga a batir, cuando muchos pensaban que su destino político iba ligado a la retirada de Herrera el próximo mayo.

Todavía no hay fecha para oficializar las candidatura. Pese que tras el congreso que llevó a Pablo Casado a la sucesión de Rajoy se dio la consigna de que en septiembre tenía que estar todo «en orden y preparado» para evitar contratiempos por si Pedro Sánchez adelantaba elecciones generales.

Sin embargo, ahora no hay claridad sobre los tiempos. En Castilla y León el PP todavía tiene que desvelar muchas incertidumbres. Se servirá de encuestas como ayuda. Mañueco tiene que concretar todavía los carteles de Segovia, Zamora, Soria, León, Ponferrada y Ávila. Algunos los tiene claros, aunque no los diga. En otros lugares la incertidumbre atenaza desde hace meses al jefe de los ‘populares’ de Castilla y León. En ocho meses se lo juega todo. Es lo que tiene aceptar el reto de suceder a Herrera.

Del Olmo, tenaz, concienzuda y beligerante con los asuntos de su cartera, tenga el signo que tenga el oponente, como dejó claro con Montoro, Soria y otros ministros en la etapa de Rajoy, contará además con el apoyo decido y entregado en campaña de Herrera. Se volcará con ella. No en vano ha sido junto a De Santiago-Juárez, su colaboradora de máxima confianza durante estos últimos casi 20 años. Las cartas están sobre la mesa. Comienza la cada vez más larga carrera electoral. Y, seguramente, la más intensa e incierta que se ha conocido en Castilla y León.

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