Diario de Valladolid

Belmez, la silla del demonio y 500 historias de Iker Jiménez

La nave del misterio desembarca en la Feria de Valladolid con réplicas que trasladan Cuarto Milenio a una exposición y que estrena dos enigmas vallisoletanos

-ICAL

-ICAL

Publicado por
ICAL

Creado:

Actualizado:

Escuchar la voz de Iker Jiménez esconde un traslado virtual a un mundo de leyendas, fantasías y realidades cubiertas de misterio. Historias que han copado informativas, prensa de época, escritos de otros tiempos, los de aquellos que un día llamaron ‘locos’ y que el propio presentador vitoriano ha dado relevancia a través de su programa ‘Cuarto Milenio, que el domingo cumplió 500 programas en antena, con la emisión de forma ininterrumpida desde 2005. Tras recorrer más de una docena de ciudades españolas, ese trabajo de tantos años desembarca en forma de exposición en la Feria de Valladolid, con múltiples réplicas de todos los tenebrosos asuntos abordados junto a su esposa, Carmen Porter. Todo ello, trabajando también en otro proyecto que verá la luz, seguramente, en 2018.

El aún no resuelto caso de las caras de Bélmez (Jaén), que trajo y trae de cabeza a investigadores que aún no han dado con la clave de su aparición, en aquella vivienda que hoy el programa lleva a Valladolid con una “réplica exacta” del salón, obra de Juan Villa, un vallisoletano de adopción que desde niño residió, “casualidades de la vida”, destaca Jiménez, en una de las torres que se sitúa frente al recinto ferial. Es el autor, además, de todas las réplicas que completan la muestra.

“Esta exposición guarda 500 historias para novelistas”, aprovecha oportuno el presentador, mientras sale del preparado salón jienense y se adentra en tierra de leyendas de esta tierra, con maquetas que sumergen al visitante, de un sólo vistazo, en otra época, en otro lugar.

Es el caso de la Peña de Francia y la Sierra de las Batuecas, en Salamanca, el Monasterio de Santo Domingo de Silos, la carretera “mágica” N-623, que une Burgos y Cantabria y que tiene su culmen en la ‘Pirámide de los italianos’, en el puerto del Escudo, donde aún hoy, dice la nave del misterio, se escuchan psicofonías. O el pueblo de Ochate, en Treviño, donde Jiménez se adentró en este mundo desde muy niño, pues sólo dista 15 kilómetros de donde vivía.

“¿Leyendas o realidades?”, se pregunta el conocido presentador cada noche de domingo desde hace más de una década. Algunas de estas preguntas se responden con la interpretación de los televidentes, que ahora tienen la oportunidad de conocer con detalle esos enigmas y personajes. Sin embargo, él apostilla, mientras se aprieta una mano contra la otra y su voz pasea lentamente: “Es una muestra de lo que somos”, y de paso deja a los presentes con su duda, cada uno con la suya. La exposición se complementa con ‘Las noches del misterio’, que se celebran hoy y mañana en la ciudad con los dos presentadores como protagonistas.

Dos piezas con ‘miedo’ vallisoletano

Entre ellos, explicó, la muestra estrena dos leyendas vallisoletanas, vinculadas al “enigma del cielo y a las tinieblas”. “Hace más de 25 años que, como periodista, investigué por primera vez en Valladolid”, recuerda. En ese momento ya conoció la historia relacionada con el ovni de Tordesillas, en 1977, cuando el niño Martín Rodríguez se encontró con el artefacto a las afueras de la localidad, descubrió un haz de luz y luego el aparato se esfumó. Luego comenzó un calvario de 17 operaciones craneales y dolencias que lastraron su infancia y juventud. Jiménez publicó los partes médicos que atestiguaban la terrible vivencia del niño, uno de los casos “más apasionantes de la ufología en España” y que ahora lleva a Valladolid la réplica de aquí ovni.

El otro está protagonizado, desde 1550, por el joven estudiante portugués de la cátedra de medicina en la Universidad de Valladolid Andrés de Proaza, quien aseguró pactar con el diablo para adquirir tenebrosos poderes. Lo hizo sentado en un sillón, al que apodaron del diablo. Más tarde se encontraron restos de un niño y de varios animales en su sala de vivisección, siempre junto a esa silla. Les había practicado la autopsia en vida. El fúnebre poder del asiento “parece que fue fatal en otros casos y con otras personas a lo largo del tiempo y siempre dentro de la Universidad”.

“El individuo sano que se sentaba, al poco tiempo tenía una mortal desgracia o caída en una enfermedad incurable”, recuerda Iker Jiménez. A tal punto llegó su fama que se colgó el sillón boca arriba en la capilla universitaria para que nadie osase sentarse en él.

Mitología, animales imposibles, personajes del terror, clásicos como el Yeti o Nosferatu, un área CSI, en la que destaca las hipótesis en torno a la muerte de Jesús de Nazaret, los chamanes o las zonas oscuras, “que muchos no querrán perderse y otros no querrán visitar”, sostiene Porter. En total, una decena de áreas temáticas que llegan ahora a Valladolid tras el éxito de la primera exposición del programa, en 2012, con 200 piezas en su catálogo.

Esta segunda retrospectiva sobre los enigmas, sucesos y personajes más inquietantes de ‘Cuarto Milenio’ traspasa la pequeña pantalla para generar nuevas experiencias para sus seguidores y que recuerdan también Atapuerca, mundos de vampiros, arqueología, el reciente descubrimiento de un cachorro del león de las cavernas, del que siempre se creyó un mito “y la ciencia halló real”, menciones a Félix Rodríguez de la Fuente y barcos de leyenda, como el Titanic, con conseguidas réplicas, y un pequeño apartado para los “genios españoles olvidados”, como Emilio Herrera, que en 1935 fabricó el primer traje de astronauta, que es una “eminencia” en la NASA y cuyos estudios se utilizaron para el primer viaje del Apolo XI; y Jerónimo de Ayanz, que en el siglo XVII inventó el traje de buzo. Todo ello llevó a reivindicar a Iker Jiménez que España no presume ni explota ciertos descubrimientos que en Nueva York o Londres “ocuparían espacios enteros en museos”.

 

 

tracking