Sale Hierro con el ‘safety car’

NUEVO ESLOGAN del escándalo de los BMWs de las Cortes de Castilla y Desconocemos: Nadie al volante. Es tal el barullo en el que se ha metido, y le han metido a Pollán, que ha tenido que salir al rescate el portavoz de su partido, David Hierro, para reconocer que en el asunto de los vehículos oficiales no se sabe quién mete mano. Es la tesis a la que se agarra la presidencia de las Cortes, como Mazón al Ventorro. Porque lo contrario sería como asumir el escándalo, como Ábalos con la Jessi. Y no es hipérbole, que diría el siempre brioso Suárez Arca. El descontrol es que Diego Moreno (Cantinflas) use el BMW para las primarias y para transportar alcaldes afines, como si fuera el Amazon. Porque los alcaldes serán de pueblo, pero hablan. El caso es que derrapando no se llega a ninguna parte. Y Pollán en el asunto ese de las incompatibilidades y los sueldos ha protagonizado un par de trompos esta semana, con salida de pista. Hasta el punto que ha tenido que salir el safety car, con Hierro al volante, porque el de León sufre en mojado más que Colapinto. Hierro le ha marcado el camino para que salga de una puñetera vez del pit lane en el que se ha quedado varado con la capillita esa que quería montar, como Teira, para despachar billetes y compatibilidades. Se oía ayer gritar en la planta noble de la Presidencia de Cortes a un desalentado Hierro: «Carlos, trata de arrancarlo, Carlos, por Dios». No estaría mal que empezara por salir del bucle del falso artículo 31.1. Al final del túnel se ve la luz de la transparencia, la misma que le pide Hierro, que es la misma que le piden el resto de los grupos a Pollán, que debería regresar a la senda del sentido común, en vez de andar todo el día por la grava y subido a los pianos. De no haber intervenido Hierro, Pollán hubiera quedado a un letrado mayor de suspender el habeas corpus para aquellos que no se pegan la vida padre con los BMWs. Queda un cuarto de carrera y ha destrozado las gomas. Radio: «Carlos, box on the next lap».