Diario de Valladolid

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LLEGA una nueva edición de Fitur y ya sobrevuela, antes de empezar, entre muchos profesionales del sector la idea de que la principal feria de turismo de nuestro país debe evolucionar hacia un formato más adaptado a las actuales formas de promoción y comercialización de destinos y productos turísticos.

Sin duda, a partir de mañana Ifema se irá colmando poco a poco de cifras turísticas en una edición que se va a desarrollar en un ambiente de optimismo y fortaleza del sector avalado por una estadística que inundará todos los pabellones en forma de todo tipo de datos triunfalistas. Pese a ello, parece necesario que Fitur, y en general todas las ferias turísticas, evolucionen hacia formatos marcados por la especialización y el impulso de su carácter profesional y de negocio, que es lo que realmente interesa al sector. El valor de Fitur no está, ni mucho menos, en los pabellones institucionales, sino en el dinamismo comercial de los pabellones 8 y 10 en los que se concentra la industria turística más potente y en los que realmente se cuece el negocio turístico.

De hecho, es muy significativo que la previsión de asistentes profesionales a esta edición supera los 150.000, mientras que la previsión de publico general es sensiblemente inferior y apenas llegará a los 100.000 asistentes. Ese es el valor, el atractivo y el prestigio de Fitur en todo el mundo. Y hacia ese concepto de feria profesional y de negocio es hacia el que debe evolucionar al margen del circo político y mediático de los pabellones institucionales.

No obstante, los pabellones institucionales seguirán sirviendo de escaparate político para que las distintas Administraciones vendan (mayoritariamente en clave local y a su propia parroquia) estrategias, proyectos, iniciativas y, a falta de estas, fundamentalmente datos. Y ello especialmente en años en los que, pese a las supuestas apuestas por el cambio hacia un modelo de desarrollo turístico basado en la calidad, la cantidad y los datos sobre número de viajeros y pernoctaciones siguen abanderando los mensajes de éxito de los responsables políticos.

Es evidente que las ferias turísticas ya no son lo que eran y que sólo sobreviven aquellas que, como la World Travel Market en Londres o la ITB de Berlín, evolucionan hacia ferias concebidas como espacios de negocio. Ese es el camino que debe seguir Fitur y el que, a nivel regional, debe recorrer también Intur en Castilla y León que aún mantiene, a través de Intur Negocios, la esencia de la profesionalización de las ferias y el principal motivo de prestigio que le queda entre los profesionales del sector.

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