Reconocimiento a la región como escuela de Diálogo Social
EL GOBIERNO central, las organizaciones empresariales y sindicales de ámbito nacional y el propio CES estatal reconocieron ayer en Madrid a Castilla y León como una comunidad autónoma que practica en profundidad, «de manera excelente» y cotidiana el Diálogo Social. De forma unánime todos ven en la región una experiencia que se puede y se debe exportar al resto de comunidades autónomas. Incluso la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, reconoció que ha sido un modelo del que han copiado administraciones y ejecutivos regionales.
Esta «seña de identidad», reconocida en el Estatuto de Autonomía de Castilla y León, se presentó ayer por primera vez en Madrid. Esta presentación sirvió a gobiernos y organizaciones empresariales y sindicales para plantear los retos de futuro. El propio presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, dejó claro que el Diálogo Social «ha venido para quedarse» y ya no dependerá de personas o gobiernos concretos, dando a entender que gobierne quien gobierne en los próximos años tendrá que utilizar el diálogo con empresarios y sindicatos como instrumento y pieza esencial de la acción de Gobierno.
Los propios sindicatos elogiaron ayer el hecho de que el Gobierno central se ha sumado a este tipo de iniciativas y animaron a los empresarios a fortalecer el diálogo bipartito.
Esta reconocida fortaleza de Castilla y León debe seguir evolucionando. De hecho, todos los participantes en la jornada de ayer dejaron claro que hay retos de futuro que abordar: empleo juvenil, paro de mayores de 55 años, despoblación, envejecimientos, formación, Industria 4.0...
La diversificación que ha alcanzado el DiálogoSocial en la Comunidad autónoma, sumando al empleo ámbitos como los servicios sociales, o la educación es una prueba más del alcance de este instrumento que debe perseguir mejorar la vida de las personas y sobre todo de los más desfavorecidos.
Es un hecho que en Castilla y León se ha extendido a ámbitos como las diputaciones y los grandes ayuntamientos, aunque en estos casos todavía está por desarrollar y consolidarse.
El camino recorrido en la Comunidad debe servir también para mejorar su eficacia y cumplimiento. También para evaluar sus resultados y su eficacia con indicadores concretos.
En definitiva, Castilla y León ha marcado al resto de administraciones un camino de negociación y acuerdos entre gobiernos, sindicatos y patronal que debe perfeccionarse para que realmente logre la eficacia buscada. Seguramente si se logra plenamente este objetivo, la aportación regional al resto y su reconocimiento será mayor aún.