Un techo de gasto para una coyuntura de crecimiento
CASTILLA Y LEÓN se sube al carro de la superación de la crisis y de los buenos números de la recuperación económica y aprueba su techo de gasto más elevado de los últimos años. Ese que le devuelve al optimismo, al menos en lo que a la macroeconomía se refiere. Otra cosa es la economía de las familias y de los ciudadanos.
Una cuantía, que sirve de referencia para la elaboración de los presupuestos y que procede en su mayor medida de las entregas a cuenta efectuadas por el Estado; de los ingresos procedentes del modelo de financiación autonómica.
Un modelo que la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, volvió a calificar ayer de «muy malo», pero que, debido al aumento de recaudación tributaria, repartirá más fondos a las comunidades. De esta fuente, calcula la Consejería que recibirá 6.480 millones, un 6,2% más que en 2017. «La buena evolución de la actividad económica genera incrementos de recaudación importantes», indicó la titular de Hacienda, que añadió que también la liquidez correspondiente a 2016 tiene peso en los ingresos previstos porque ese año «fue de récord en todos los sentidos, de producción industrial y de crecimiento económico».
Para fijar este techo de 9.575 millones, en el que como máximo podrá incurrir la Administración autonómica, a estos recursos descritos se debe restar los ajustes requeridos por la contabilidad nacional y sumar «los asociados al objetivo de déficit, que está fijado en el 0,4% del PIB autonómico y equivale a 241,26 millones».
Con estas previsiones se cumplen las principales condiciones impuestas a las comunidades para definir este límite de gasto: respetar el objetivo de deuda y asegurar el cumplimiento de objetivo de déficit, «que se sitúa en el 0,4% del PIB, después de que el Consejo de Política Fiscal y Financiera acordara en julio su revisión al alza en una décima».
Unas previsiones en las que la Junta de Castilla y León también habla de empleo y aquí vuelve al optimismo porque aspira a crear más de 28.000 empleos. Una previsión que, evidentemente, se espera cumplir con el plan de empleo, el industrial y todos aquellos que ya se han anunciado, aprobado y que empiezan a estar en marcha.
Bienvenido sea el optimismo, siempre que llegue apoyado por las cifras que permitan llevarlo a buen puerto. Eso es lo que ahora toca analizar y lo que a buen seguro se deberá explicar al detalle para alcanzar la negociación futura, esa que permita sacar adelante esta nueva previsión de techo de gasto de cara a los próximos presupuestos, que parecer claro viene marcado por una coyuntura de crecimiento.