Diario de Valladolid

EDITORIAL

El reto de suceder a una figura de la inmensa talla política de Herrera

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EL DÉCIMOTERCERO Congreso del Partido Popular de Castilla y León eligió ayer presidente con el 91% de los votos al salmantino Alfonso Fernández Mañueco para suceder al burgalés Juan Vicente Herrera, que ha regido la formación política autonómica en los últimos quince años.

El PP regional abre ahora un proceso amplio de renovación de una primera fase en el partido que tendrá la segunda dentro de dos años, cuando se celebren en la Comunidad las próximas elecciones autonómicas.

Tras un inesperado proceso electoral interno de primarias, que los populares han estrenado en Castilla y León, la formación política, líder electoral en la Comunidad, se enfrenta con Fernández Mañueco al reto de suceder a un hombre con una gran capacidad política y una reconocida talla humana e intelectual, que se ha convertido en todos estos años en una apisonadora electoral que ha llevado al PP autonómico a los más amplios resultados en la mayoría de los comicios.

La propia secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, definió en su intervención en el Congreso a la organización de Castilla y León como el corazón del PP nacional y elogió la extraordinaria contribución de la formación dirigida estos años por Herrera y Mañueco al peso alcanzado en el conjunto del país.

Unos resultados que, a pesar de los últimos avatares, han tenido al hasta ayer presidente del partido, Juan Vicente Herrera, como una figura incuestionable que sobrepasaba incluso la potencia de las propias siglas, lo que les llevó en las últimas elecciones a una descenso de sus resultados inferior al de otras comunidades

El nuevo líder del Partido Popular de Castilla y León seguramente no se mirará a partir de hoy en el espejo de Herrera, pero es indiscutible que los ciudadanos le mirarán a él a través de la figura del hasta ayer presidente del PP y todavía jefe del Ejecutivo regional.

El bagaje acreditado en todos estos años y su elevado nivel de autoridad política harán inevitable que los ciudadanos e incluso los afiliados le tengan como referencia.

Parece indudable que la bicefalia parte al menos con pocas dificultades. La inteligencia política demostrada por ambos en todo este proceso y en los años en los que han compartido la dirección autonómica del PP ponen de manifiesto que la transición de poderes y la cohabitación pueda ser modélica.

De hecho, los abrumadores resultados cosechados por Mañueco en el Congreso anticipan un gran apoyo de la militancia a quien desde ayer rige los designios del partido.

Este respaldo de las bases en el proceso de mayor participación de los afiliados en la elección de su presidente y la herencia de apoyo ciudadano y reconocimiento social a su antecesor van a permitir al presidente salmantino dirigir con grandes dosis de estabilidad el partido.

Y no será el antecesor de Mañueco el que le vaya a poner trabas, sino todo lo contrario. La espléndida elegancia política con la que ayer se despidió de los compromisarios atestiguan ese futuro de lealtad que ayer demostró Herrera con creces, otra prueba más de esa trayectoria que ha contribuido incluso a elevar el nivel político de la Comunidad autónoma.

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