La experiencia líquida hecha arte

La huella de Unamuno se palpa en muchos de los rincones con encanto de la ciudad de Salamanca . Uno de ellos es Café Niebla Bar , lugar de referencia para los amantes de los cócteles de autor y buenas copas. Ubicado en la calle Bordadores, en una zona peatonal del centro, hace un guiño al escritor vasco con el nombre de una de sus novelas más famosas. Pero su historia arranca en la década de los ochenta cuando abrió sus puertas como local de ocio nocturno de la capital charra. Con el tiempo ha ido evolucionando a una coctelería profesional, sofisticada, que mima hasta el extremo cada una de sus bebidas. «El establecimiento lo abrió mi padre el 2 de febrero de 1985, hace 39 años. El nombre es quizás uno de los encantos que guarda el sitio, y precisamente nombre de uno de nuestros cócteles insignia. Pero al principio abrió sin nombre. Justo enfrente está la casa de Unamuno, que parece que sigue ahí. En 2016 me incorporé al negocio hasta el día de hoy», explica Sergio Bermejo, actual propietario. Su llegada aportó nuevos aires al establecimiento, que hoy está considerado por salmantinos y turistas una de las joyas donde degustar una buena copa. «Hicimos una reforma completa y renovamos la imagen, conservando parte de su estética más originaría». Como resultado nos encontramos ante un pub inglés industrial con mucho encanto. 

El arte de ser bartender

Desde la barra Sergio coordina un equipo formado por 8 bartender, o lo que es lo mismo, profesionales que dan rienda suelta a la imaginación, realizando todo tipo de elaborados y cócteles, que van de los más clásicos a los más actuales. «La coctelería vive un momento especial desde hace un tiempo. Es una experiencia completa para todos los sentidos. España es uno de los mejores lugares del mundo en cuanto a bares», explica Sergio, que cuenta con una dilatada experiencia profesional. «He realizado cientos de cursos, podría decir miles. Empecé de casualidad con una formación junto a Javier Caballero, que es amigo mío. Gracias a él me picó el gusanillo. Hasta entonces sentía curiosidad y había leído algún libro. Me fui a Suecia y allí la coctelería era otro mundo... te empiezas a especializar en cursos, y a largo de este tiempo he ido completando mi experiencia con formación viajando a distintos sitios de España y del extranjero», señala. 

Su aportación ha llevado al Niebla a otro nivel de coctelería situándose en el mapa de lo más destacado de la coctelería internacional. Entró en 2020 en la lista de los Top Cocktail Bars , reconocimiento otorgado a los 35 mejores bares y coctelerías de España y Portugal, un título que fue anunciado en ‘The Drink Show’, una de las galas más esperadas de Madrid Fusión. Y desde entonces se mantiene en este exclusivo listado. El jurado, además de evaluar la calidad de la bebida, tiene en cuenta otros aspectos en su puntuación final como el servicio al cliente, el ambiente, o incluso la decoración y la música de los locales. «Es un orgullo que un local salmantino esté considerado por los críticos entre los mejores». 

En Niebla hacen de cada sorbo algo único y singular. Hasta los hielos son una pequeña obra de artesanía. «Es un hielo  singular, se derrite poco, es de la mayor calidad que hay en el mercado. Hacemos nuestros propios bloques que luego cortamos en esferas, cubos o barras», señala. 

Parte de la carta del Café Niebla Bar está dedicada al vermut, el clásico aperitivo se puede degustar en marcas premium o de la casa, añejado en barrica de roble francés. Otro de los productos estrella es el café, que destaca por su calidad y aroma, y lo elaboran de diferentes maneras. Y para los que prefieran disfrutar de una buena copa están en el lugar adecuado. «Contamos con una carta muy amplia, que cuenta con un apartado de ‘clásicos’, versiones adaptadas al perfil de público actual, con nuevas versiones».

A ello se añade el apartados El Árbol de la Vida. Los precios abarcan horquilla de los 7-8 euros. 

Las noches de los jueves cobran un ambiente especial con los conciertos de jazz en directo.

El Niebla forma parte de la vida cotidiana de los salmantinos, de ese trozo de ocio nocturno y cultural que pierde en la memoria.