Diario de Valladolid

MUSEO DE LOS AROMAS (ARANDA)

La nariz y la cuchara como recursos turísticos

El Museo vuelve a la vida gracias a la empresaria del restaurante Las Baronas en Santa Cruz de la Salceda

Nuria Leal es el alma mater del Museo de los Aromas y Las Baronas.-

Nuria Leal es el alma mater del Museo de los Aromas y Las Baronas.-

Publicado por
LORETO VELÁZQUEZ
Valladolid

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La historia del Museo de los Aromas ha sido azarosa y hoy en día no se puede explicar sin el hotel restaurante Las Baronas, que lo ha traido de nuevo a la vida, tras un cierre casi invitable. Los dos espacios están ubicados en la misma plaza del pueblo ribereño burgalés de Santa Cruz de la Salceda, a quince kilómetros de Aranda de Duero y 94 de Burgos. Ambas instalaciones están gestionadas por la empresaria Nuria Leal, aunque el espacio museístico es de propiedad municipal.

El Museo de los Aromas puede presumir de ser único en Europa. Está dispuesto como una casa, en la que el recorrido comienza en una cocina azulada en la que destacan unas coquetas lámparas hechas con tazas y jarras. Sobre una mesa redonda, aguarda el primer juego para poner a prueba una nariz que deberá diferenciar entre olores tan comunes como la leche, la mantequilla o el chocolate.

En la segunda sala, el salón nos lleva a una biblioteca que huele a jazmín, a rosa y a violeta mientras que un sillón invita a escuchar datos tan interesantes como desconocidos sobre el mundo de los olores como que las mariposas puede oler una hembra a más de doce kilómetros de distancia.

La tercera sala, invita de nuevo a jugar y a imaginar a través de los olores de los perfumes y de sus diferentes tipologías, mientras que en un espacio más pequeño se recoge, en soporte audiovisual, el testimonio de algunos de los vecinos del pueblo que recuerdan sus mejores recuerdos olfativos.

Es tan particular la visita que Nuria Leal explica que «procuramos que no haya más de 25-30 personas visitándolo, por lo que pedimos que nos llamen previamente». Así se preserva la magia de una visita a un museo que es «el único de estas características en todo el país además de una propuesta de calidad para revitalizar el entorno rural».

Se combina en este singular espacio una parte lúdica con cierta actividad investigadora sobre el olfato en colaboración con entidades como el CSIC, o la Fundación ONCE, entre otros.

El «Museo de los Aromas» presume de guardar los aromas del recuerdo en sus anaqueles. De la Castilla vieja y sus viejos enseres y trabajos, pero también los aromas que sanan, como el de la manzanilla, los del vino, tan importante en esta tierra, los aromas de la cocina, el café, el aceite... y, como no, los perfumes.

Pese a su indiscutible interés, la vida de este museo no ha sido sencilla. Tras su apertura municipal inicial, en mayo de 2012, apenas duró treinta meses. La falta de señalización y de ayudas obligó a un cierre que solo se superó cuando Nuria Leal alcanzó un acuerdo con el Ayuntamiento de Santa Cruz de la Salceda y reabrió en 2017. Las dos partes coinciden: el museo es el mejor aliado para el negocio y para el municipio. El año pasado recibió la visita de 4.000 personas.

Además, el pueblo, de apenas 167 vecinos, cuenta con el encanto por sí sólo de su traza medieval. Los aficionados a las piedras viejas tienen que contar con visitar el yacimiento ‘Pico Romero’, las ermitas en honor a la Virgen, la casa del conde y su parroquia.

HISTORIA

Enclavado en una casona de piedra del siglo XVII y con estilo señorial, el restaurante se completa con un hotel con catorce habitaciones cuyo precio va desde los 65 hasta los 85 euros. El edificio atesora además una apasionante historia ya que fue propiedad de la familia Varona, descendientes de María Pérez, la legendaria mujer guerrera que hacia el año 1120 venció y apresó - disfrazada de hombre- al rey Alfonso I de Aragón (El Batallador) durante una contienda que le enfrentó con su hijastro Alfonso VII, rey de Castilla y León. Esa hazaña le valió a la intrépida castellana el título de «Varona», que pasó a ser apellido familiar.

En su cocina no verán nitrógeno líquido saliendo humeante de unas perlas de nata pero sí podrán disfrutar con la mejor huerta castellana y con una cocina tradicional que encuentra en la cuchara una fuente de inspiración. «Aquí encontrarán comida tradicional muy casera, muy nuestra, muy de toda la vida», anima Nuria Leal, una mujer con sobrada experiencia culinaria que en 2018 fue distinguida con el segundo premio en el concurso nacional de Torrijas.

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