Diario de Valladolid

PERSONAJES ÚNICOS / FLOR ÁLVAREZ

La berciana en la ONU del chopo

Esta profesora e investigadora de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de la Universidad de León forma parte de la ‘Comisión Internacional del Chopo y Otros Árboles de Crecimiento Rápido para la Sostenibilidad de las Personas y el Medio Ambiente’ dependiente de la Organización de las Naciones Unidas

La investigadora de la Universidad de León, Flor Álvarez.E.M.

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Maria Bausela

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Del Bierzo a la ONU. La profesora e investigadora de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal del campus de Ponferrada de la Universidad de León, Flor Álvarez, se ha incorporado recientemente a uno de los organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura referente al chopo. La berciana formará parte del comité ejecutivo de la ‘Comisión Internacional del Chopo y Otros Árboles de Crecimiento Rápido para la Sostenibilidad de las Personas y el Medio Ambiente’ hasta 2028.

Con su nombramiento el pasado mes de octubre en Burdeos, Francia, Álvarez se convierte en la primera representante española en el organismo desde el año 2000 y la única mujer que forma parte de esta comisión que vela por el desarrollo de políticas sostenibles en el ámbito forestal a nivel global.

«Como investigadora, como profesional de este ámbito, es un honor el que surja esta oportunidad después de varios años trabajando en el chopo y con los reconocimientos que hemos tenido por la colaboración con empresas en la universidad por la transferencia de conocimientos que estamos haciendo tanto a las compañías como a la sociedad en general», afirma la docente de la ULE.

El primer paso hacia este nombramiento se dio hace dos años, cuando contactaron con Flor Álvarez desde Comisión Nacional del Chopo, ya que estaban planteando la renovación del organismo y querían contar con ella como asesora técnica. «El chopo es la única especie de todas las que tenemos en España que tiene una comisión nacional y se pusieron en contacto conmigo para que yo representase a un centro de investigación de Castilla y León, en este caso la Universidad de León, y yo acepté encantada».

Después de integrarse en esta comisión fue cuando surgió la oportunidad de proponer a la investigadora berciana como representante de la asamblea y de España para optar a la candidatura al comité ejecutivo de la Comisión Internacional del Chopo, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MiTEco), que tenía que renovarse en noviembre del año pasado.

«Contactaron conmigo desde el MiTEco para ver si me parecía bien que sugirieran mi candidatura, acepté, y tuve que enviar mis méritos y mi vinculación con el mundo del chopo para elevarlo a la comisión internacional en la que participan treinta y ocho países distintos y cuyo comité que ejecutivo puede tener un máximo de doce miembros», añade.

La vocal castellano y leonesa destaca que actualmente es «la única mujer en el comité, pero además soy la única mujer española que ha sido miembro, y la primera representante de España desde el año 2000 en este comité ejecutivo».

«La comisión cambió su nombre en los últimos años para dejar de ser la ‘Comisión Internacional del Chopo’, y pasar a ser la ‘Comisión Internacional del Chopo y de Otras Especies de Crecimiento Rápido que Ayudan al Desarrollo y a la Vida de las Comunidades’. Es decir, se amplió a otro tipo de especies forestales que contribuyen también al desarrollo, digamos de las personas».

«La gestión de este tipo de especies, entre las que está el chopo, es muy importante para aquellos países que necesitan producir madera no solo para las industrias, sino porque es una materia prima fundamental. En esta comisión tenemos tanto países, como España, Canadá, Bélgica, Francia, y luego tenemos otros que están en vías de desarrollo para los que el gestionar de una forma sostenible estas plantaciones es muy importante».

Por ello asegura que tienen «mucho trabajo por delante entre el año 2024 y el 2028» con este comité «que se encarga de supervisar no solo las plantaciones, al dar pautas de cómo se deberían de plantar los chopos y estas otras especies, cómo se deberían de cultivar y gestionar, sino que tiene también una parte que se encarga de los recursos genéticos. Es importante tratar de tener cultivares, plantas que sean lo más eficientes posibles y resistentes a plagas y enfermedades».

Así, buscan que se haga mejora genética para producir más madera con choperas sanas que no se vean afectadas por plagas y enfermedades, y que cada vez sean más resistentes a factores como la sequía o ciertos hongos. Esto lo gestionan tanto desde la comisión española como la de la ONU con una sección que se encarga de la mejora genética.

Además, cuentan con otra parte que se encarga de temas más relacionados con la bioeconomía y la bioenergía. «Hay productos que se pueden sacar del chopo, tanto del serrín como de la corteza o de la propia madera y se sabe que, a partir de ello, se pueden obtener sustancias que reemplacen a los hidrocarburos».

Por otra parte, esta licenciada de Ingeniería Forestal y de Montes actualmente trabaja en el proyecto Smart Poplar que tiene como objetivos desarrollar estrategias innovadoras para mitigar los efectos del estrés hídrico y los daños bióticos en la producción sostenible de madera en plantaciones de chopo.

De esta manera, mediante el uso de biotecnología, gemelos digitales e inteligencia artificial esperan que esta iniciativa permita una gestión más precisa de las plantaciones comerciales de chopo, maximizando el crecimiento y producción de madera.

«La pregunta que nos hacen siempre los silvicultores es ‘¿qué podemos hacer para que nuestros chopos sean más resilientes, se adapten mejor a cambio climático y puedan adaptarse mejor a las enfermedades?’, por ello ahora estamos desarrollando, junto con varias empresas y entidades de Castilla y León un proyecto en el que estamos testando si el uso de micorrizas y bacterias ayudan a que donde tenemos problemas de estrés hídrico, esos chopos puedan aprovechar mejor el agua que tienen y que no se nos mueran», cuenta Álvarez.

Además, también están testando «si al plantar los chopos el inocular, es decir, el añadir estas bacterias y estos hongos hace que crezcan más desde el principio, y que, por lo tanto, vayan a ser más resistentes a plagas, enfermedades y al cambio climático».

Finalizado el primer año de estudio han presentado unos resultados preliminares en el Congreso Internacional del Chopo celebrado en Burdeos «y tuvieron una acogida excepcional. Lo primero que vimos es que sí que se consigue la micorrización, es decir, que las micorrizas sí se agarran en el chopo y esta creemos que va a ayudarle a soportar mejor el estrés hídrico. Y en los chopos recién plantados hemos observado además que aquellos que están micorrizados crecen más que los que no lo están».

A pesar de haber obtenido estos datos preliminares satisfactorios todavía les quedan años de estudio, ya que el turno del chopo son 15 años. Este es el tiempo que se tiene que esperar para cortarlo.

«Queremos conseguir una respuesta a los problemas que nos están planteando el estrés hídrico y el cambio climático en las plantaciones de chopo y para ello tenemos que ver a lo largo de todo su periodo de crecimiento cómo le va afectando este tema de las micorrizas. Las pruebas las estamos haciendo tanto en parcelas jóvenes, recién plantadas, como en parcelas de ocho o nueve años, por lo que en estos próximos dos años vamos a tener ya muchos resultados», concluye.

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