La terapeuta que mima el cerebro

Siempre ha estado al lado de las personas que sólo están rotas por fuera. Pequeños, jóvenes y mayores con ansias de seguir sumando años a la vida. En su periplo rompen muchas barreras visibles e invisibles con las que se enfrentan a diario. No quieren encapsularse en centros especializados, sino pasar por ellos para aprender a ser libres. Grandes dependientes que luchan para ser autónomos. No obstante, en su caminar tienen manos amigas. Compañeras que siempre están ahí. Una de ellas es Marta Badía.

Nació en Barcelona y desde que tiene uso de razón ha trabajado para el desarrollo integral de la persona. Por este motivo, estudió Psicología. Durante años trabajó en Aspanisse en Hospitalet de Llobregat. Más tarde, fue directora del centro de Educación Especial, Atención y Rehabilitación El Camino, dependiente de la Asociación de Padres de Personas con Parálisis Cerebral y Encefalopatías Afines (Aspace) de Salamanca.

A partir de 1988 su carrera viró hacia la docencia. En la actualidad es profesora titular en la Universidad de Salamanca (Usal), investigadora principal del grupo ‘Participación, ambiente y calidad de vida en personas con parálisis cerebral’ del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO) y miembro del grupo ‘Investigación en Discapacidad’ y de la Unidad Consolidada de la Junta de Castilla y León. Además, ha estado implicada en tareas de divulgación científica organizando y participando en diversas actividades.

El sello de esta psicóloga catalana está en 35 proyectos relacionados con la calidad de vida y participación de niños y adolescentes con parálisis cerebral, la calidad de vida familiar, las personas con daño cerebral, la calidad de vida y terapias no farmacológicas en personas con alzhéimer y otras demencias, la participación social de las personas con discapacidad y la hospitalización infantil. Una huella que ha dado lugar a comunicaciones en congresos nacionales e internacionales, artículos de divulgación en revistas de reconocido prestigio y capítulos de libros.

Badía explica que el interés en el estudio del enfoque actual de comprensión de la parálisis cerebral les ha llevado a establecer una red de colaboración entre diferentes equipos. «Juntos estamos promoviendo en distintos países un cambio en la organización y planificación de los servicios de apoyo a personas con parálisis cerebral y a sus familiares, cuya finalidad es mejorar los resultados de participación y calidad de vida», expone la psicóloga, antes de comentar que desde esta perspectiva, su grupo está participando y coordinando líneas de investigación con equipos de la Universidad de las Islas Baleares, integrados en el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS) y manteniendo relaciones internacionales de trabajo con la doctora Elise David de la Melbourne School of Population and Global Health y con la profesora Verónica Schiariti de la University of British Columbia.

Para la catalana, la parálisis cerebral ha jugado un papel clave. «A lo largo de mi vida profesional y docente he tenido la gran suerte de encontrarme con personas con parálisis cerebral, sus familias y profesionales con los que he compartido vivencias y momentos de hondo significado», reconoce para, a renglón seguido, afirmar que en esos momentos recuerda con gran gratitud a todos aquellos que en sus inicios profesionales confiaron en ella, la apoyaron y la dieron la oportunidad de conocer a personas que le han dado sentido a su proyecto de vida.

Las actividades que desarrolla en su día a día son múltiples y variadas. Una de sus prioridades es la docencia en el grado de Trabajo Social y el máster de Investigación en Discapacidad de la Universidad de Salamanca. Por otro, dice, la investigación supone también una amplia dedicación de su jornada. Esta tarea significa la preparación y gestión de proyectos para su financiación, la transferencia de resultados a través de publicaciones y asistencia a congresos. A esto se suma ser miembro activo de distintos comités y asociaciones científicas en el ámbito de la discapacidad, así como participar en consejos editoriales de revistas científicas y realizar tareas de revisora de artículos en diversas publicaciones. Además, cuenta muy orgullosa, mantiene una colaboración estrecha con entidades implicadas con las personas con discapacidad.

Un cometido sin intención que ha sido recompensado. Hace unas semanas recibió el premio Aspace Ipsen Pharma 2018 en su categoría de Buenas Prácticas e Innovación. «Sinceramente, me siento muy honrada de recibir tal distinción y quiero agradecer, ante todo, a la Confederación Aspace dicha concesión», manifiesta y añade que es «un regalo singular» que quiere compartir con todas las personas con parálisis cerebral y sus familias, así como con los profesionales que le han acompañado tanto en su vida profesional como docente.

Asegura que siempre se ha sentido cercana a los fines e intereses de la Confederación Aspace al propugnar y defender los plenos derechos de las personas con parálisis cerebral. Por esta razón, desea que la difusión de estos galardones sea «un instrumento más» para seguir alcanzando nuevas metas para llegar al objetivo final. «Mi compromiso y mi dedicación en el futuro será seguir colaborando en esos propósitos», reitera.

Aunque admite no tener suficientes argumentos para hablar de la situación de la investigación y la innovación en Castilla y León, declara que los proyectos concedidos por el Gobierno autonómico han sido «insuficientemente financiados», teniendo en cuenta el impacto que han tenido en las organizaciones que ofrecen recursos de apoyo a las personas con parálisis cerebral como en relación con la transferencia de los resultados mediante diversas publicaciones científicas de alto factor de impacto.