La ciudad deportiva duerme

El 6 de febrero Ronaldo Nazário vistió de largo su proyecto para el Real Valladolid con una presentación en Madrid. Uno de los puntos fundamentales para el futuro del club blanquivioleta era la mejora y ampliación de los terrenos dedicados a la cantera.

La gran novedad en este apartado consistía en la construcción de una ciudad deportiva en Pinar de Jalón, enfrente del colegio San Agustín. El suelo, de propiedad municipal, albergaría desde el Juvenil B a los Benjamines, junto a los equipos de la Escuela de Fútbol. Todos dispondrían de tres campos de hierba natural y seis de artificial, con tres construcciones dedicadas a gradas, que en sus tripas contendrían los vestuarios.

Junto a ellos se levantaría un edificio administrativo y de oficinas, cercano a un aparcamiento para 400 vehículos. El club indicó en la presentación que las obras tanto de Pinar de Jalón como de mejora y ampliación de los Anexos comenzarían a final de temporada, el 30 de junio, previéndose su conclusión con el final del año. «Prima la urgencia y se realizarán con materiales prefabricados. Queremos albergar entre 2.000 y 3.000 niños», afirmó entonces el consejero Carlos Suárez.

Casi seis meses después de la presentación y uno exacto en que las obras debían estar en marcha, no hay nada. De nada. No se trata de que excavadoras y grúas no hayan trazado sus habituales cicatrices sobre el terreno, sino que ni siquiera se ha solicitado permiso alguno al Ayuntamiento para comenzar con las obras. Todo está como el día de la presentación, de forma que con las campanadas de año nuevo no habrá millares de niños pensando en su nuevo lugar de entrenamiento.

El Real Valladolid está ahora centrado en la obra del estadio, aunque sus dos millones de coste le permitirían acometer la de diez millones prevista para ambas ciudades deportivas.

Por ahora el club piensa en el gasto en plantilla, aunque hay más causas para explicar el parón del proyecto para la cantera. El club, según fuentes municipales, pensaba instrumentalizar la obra vía Fundación Real Valladolid. Al ser ésta una organización sin ánimo de lucro, no había problema para la firma del convenio. Pero las alarmas saltaron cuando se supo que la Fundación mantiene una deuda con Hacienda. Un punto que impide el acuerdo, a no ser que se cayese en la ilegalidad, según informó Intervención del Ayuntamiento.

Si la Fundación liquida la deuda, tendrá vía libre. Por ahora no es así y la otra posibilidad reside en que sea el Real Valladolid quien llegue a un acuerdo con el Ayuntamiento. Pero hay un problema. El club es una sociedad con ánimo de lucro y debe presentarse a un proyecto de concurrencia, con oferta y exposición pública. Es decir, que habría puja por el terreno.

¿Dificulta esto los planes del club para su nueva ciudad deportiva? En absoluto. Dicho proceso de concurrencia sería prácticamente diseñado para que el club pueda cumplir con la legalidad, pues nadie más parece interesado en el usufructo de esos terrenos.

«Sería hacer algo similar a lo que sucedió con el club La Raqueta, en el cerro de las Contiendas. No se puede dar a dedo pero sí sacarlo a exposición pública, sabiendo que no hay nadie más dispuesto a ocupar esos terrenos», afirma a este diario Manuel Saravia, teniente de alcalde, concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, y arquitecto, lo que le aporta la mejor perspectiva para este caso.

Saravia confirma que no ha llegado aún «ni un solo papel ni trámite» al Ayuntamiento para el comienzo de las obras de Pinar de Jalón y desconoce cuándo lo presen- tará el Real Valladolid.

El teniente de alcalde fue taxativo al afirmar que el precio de 12.900.000 euros en que se ha tasado el estadio no está sometido a negociación con el club. «Un ayuntamiento no es una empresa privada. No puede regatear. Sería caer en la ilegalidad».

Éste es el motivo por el que tampoco puede vincularse la compra del estadio con la edificación de la Ciudad Deportiva de Jalón, buscando compensaciones.