Categoría salvada
LaLiga afirma que la participación blanquivioleta en Primera es segura, al no haber ningún club como tal implicado en la trama
Aficionados pucelanos animan a su equipo en un partido.-J.M. LOSTAU
La ‘operación Oikos’ sigue viva y lo estará durante mucho tiempo, hasta que no se instruya el sumario y se celebre el juicio. Los meses o incluso años de la inevitable inquietud que se apoderaría de la afición por el futuro del equipo, ya no tienen razón de ser, según LaLiga.
Este organismo ha confirmado que no se producirá el descenso de ningún equipo por esta causa abierta, pues no hay ningún club implicado en la trama deportiva como persona jurídica, tal y como indicó El partido de las 12 y confirmó este diario. Por lo tanto Real Valladolid y Huesca pueden estar tranquilos, ya que todas las actuaciones deportivas que se deriven de la operación Oikos recaerán únicamente en individuos.
El conjunto blanquivioleta comenzará a competir la próxima temporada en Primera División. Si pierde la máxima categoría en los siguientes años será por sus deméritos deportivos y no por ninguna actuación judicial, según el máximo organismo del fútbol profesional español, que ha aportado una gran dosis de tranquilidad a la afición pucelana.
Y no sólo a ella, aunque sea la principal preocupación. Hay pendientes de firma algunos contratos publicitarios, entre ellos el de esponsorización de la camiseta (quien ponga su nombre pagará la penalización a Cuatro Rayas por la temporada que resta).
Otro punto muy importante que se despeja gracias a este panorama, de nuevo bonancible para el club, es el de los movimientos de mercado. Jugadores con oferta blanquivioleta que podrían pensarse su futuro, a raíz de esta operación, saben ya que su presencia en el fútbol de élite está asegurada. En definitiva, todo el mundillo pucelano está tranquilo... excepto los jugadores, que siguen como objeto de sospecha, sin que haya aparecido ni una sola prueba sólida que sustente una acusación.
¿Qué hubiese ocurrido en el caso de que el club estuviese inmerso en el presunto amaño, y siempre que se demostrase que éste es real? El panorama que se le presentaba por delante era bastante sombrío.
El Código Disciplinario de la Federación cataloga como infracción «muy grave» la manipulación de partidos y contempla penas de dos a cinco años de inhabilitación para los jugadores inmersos en ella, más la pérdida de categoría por parte de los clubes que se demuestren implicados.
