Un cross de corte clásico

31 de diciembre. Antes de que suene el carillón y los fuegos artificiales para dar la bienvenida al nuevo año, cientos de personas optan por cambiar la americana y los zapatos brillantes por los pantalones cortos y las zapatillas de correr: el traje de gala de los atletas. El último día del 2016, Rondilla volverá a ser una sala de fiestas para los amantes del deporte, que se reencontrarán, un año más, con el Cross Rondilla Las doce uvas.

Con 33 años de vida, la cita atlética ha alcanzado la plena madurez, esa que te hace pensar que si algo funciona mejor no tocar muchos tornillos. Por esa razón, Las doce uvas repetirá horario y recorrido de las cuatro ediciones anteriores. Tampoco ha perdido con el paso del tiempo la bandera que le representa, la del cross en su más pura esencia: «Es un cross y tiene la dureza que tiene que tener un cross, eso es lo que buscamos», explica el director técnico de la carrera, José Luis Castro. La emoción la servirá el cielo. Una helada, la lluvia o una mañana soleada pueden hacer que el terreno pase de duro a embarrado o a perfecto. Todo un reto para los corredores participantes.

A las 10.00 de la mañana Rondilla amanecerá con el despertador del atletismo. La promoción de las categorías inferiores (es el único cross Open celebrado en Valladolid) es una de las premisas de la prueba organizada por el Club Deportivo Rondilla. Desde benjamines (7 años) la escalera de edad irá subiendo escalones hasta los júnior y juveniles, que se disputarán en distancias de 3.000 y 6.000 metros (para chicas y chicos, respectivamente) el Trofeo José Miguel Calabor.

El cava se descorchará a partir de media mañana. A las 12.00 horas, la prueba élite femenina escuchará el pistoletazo de salida. Cuarenta minutos más tarde bajará el telón la prueba estelar: la élite masculina. En un trazado de 6.022 metros, para las féminas, y de 9.022, para los chicos, los corredores más experimentados compartirán una mañana con los atletas más amateur que se atrevan a pisar Ribera de Castilla, donde aún están frescas las huellas que han dejado atletas galácticos como Teodoro Cuñado, Mayte Martínez, Álvaro rodríguez, Juan Carlos Higuero u Óscar Fernández Giralda.

Las coronas están en manos de Nassim Hassaous y Nuria Lugueros, que el pasado año cumplieron con su papel de favoritos sobre el firme de Rondilla. Sus reinados se verán comprometidos por más de 200 mujeres y más de 900 hombres, una barrera que se saltó el pasado año y que se espera volver a romper este curso. «El año pasado hubo casi 1.000 participantes en la carrera absoluta masculina y este año, que cae en sábado, se espera más», confiesa José Luis Castro.

La inscripción gratuita, una raza en especie de extinción en la era del atletismo popular, es una de las señas de identidad de esta prueba que, además, este año contará (a mayores de con premios en metálico para los ocupantes del podio en absoluto, juvenil y júnior) con un cheque de descuento en El corte inglés para todos los participantes. Con estas premisas remando a su favor, la organización del Cross Rondilla Las Doce Uvas espera superar los números de la edición de 2016, en la que fueron 1.600 los corredores de todas las edades que se abrocharon las zapatillas para despedir el año corriendo.

Los números definitivos verán la luz cuando se cierren las inscripciones el próximo 29 de diciembre. A partir del día 19, los interesados se podrán inscribir en las oficinas del C. D. Rondilla (C/ Marqués Santillana 4) de 18 a 20 horas, o en El Corte inglés, de 17 a 21 horas.