PALACIO DEL LICENCIADO / BUTRÓN 'EL OFICIO DE MIRAR', HASTA EL 25 DE MAYO
Cultura narra en imágenes «el ser» de Antonio Pereira
Evoca la vida y obra del escritor, con fotos de Robés y textos seleccionados por Juan Carlos Mestre
‘Nací en Villafranca del Bierzo, confín occidental de la provincia de León, y allí empecé a leer, en mi adolescencia’, subrayó en su día el recordado Antonio Pereira (1923-2009). Aquel fue el despertar a las letras de quien se haría maestro del ‘Oficio de mirar’. Desde ayer, el vallisoletano Palacio del Licenciado Butrón, sede del Archivo General de Castilla y León, evoca al autor de Una ventana a la carretera y Un sitio para Soledad recuperando una exposición que «recrea los paisajes, la obra, el carácter y el ser mismo del escritor», en palabras de la directora general de Políticas Culturales de la Junta, Mar Sancho.
Una muestra, presentada por primera vez dos años después de la muerte de Pereira, que combina imágenes del fotógrafo y artista villafranquino Robés con textos del poeta y narrador, espigados por otro ilustre hijo de esa tierra como el vate Juan Carlos Mestre.
«El oficio de narrar es, primero, el oficio de mirar el mundo con todas sus vicisitudes», advirtió durante la inauguración Sancho, que destacó la sabiduría de Pereira para ‘mirar’ a través de sus primeras lecturas –Cervantes, Verne, Balzac...– o de la simple vivencia de lo cotidiano. «Antonio Pereira no solo ha sido y es uno de los mejores autores de Castilla y León, sino que es uno de los mejores cuentistas de todo el orbe en habla castellana», reivindicó la directora general, que volvió la vista atrás para recordar cómo en 2001, como ganadora del Premio Letras Jóvenes de Castilla y León por su obra Lisbon visited, pudo disfrutar de una velada junto a Pereira, que desgranó los secretos de su oficio.
A la inauguración ayer de la muestra, enmarcada dentro del programa ‘Los mejores de los nuestros’, asistió Úrsula Rodríguez Hesles, viuda del narrador, que reivindicó su faceta de poeta, tantas veces olvidada y eclipsada por el peso de los cuentos, y destacó el acierto de Robés y Mestre para ofrecer «una visión general» de la vida y obra de Pereira «a partir de momentos».
Estampas que hablan de entornos rurales, acechados por oscuros nubarrones y misteriosos en su soledad, de viajes, de caminos que ya no llevan a ninguna parte, de tertulias en el café Gijón, de lecturas, de lejanas historias de esplendor de las que ya solo dan fe viejos escudos heráldicos en piedra. Hasta el 25 de mayo.