Diario de Valladolid

La cocina gourmet que redescubre la evolución humana cumple 10 años

El Centro de Investigación sobre laEvolución Humana ha triplicado el personal desde 2009, registra 729 publicaciones de impacto y está presentes en excavaciones de África, Asia y Europa

La reina Sofía observa una de las piezas del Cenieh durante la inauguración en kulio de  2009.-ICAL

La reina Sofía observa una de las piezas del Cenieh durante la inauguración en kulio de 2009.-ICAL

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MARTA CASADO / BURGOS
Valladolid

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Un 7 de julio de 2009 la entonces Reina Sofía se acercaba en una de las primeras visitas al universo Atapuerca, se sucederían cada año unas cuantas más. Tras inaugurar la nueva sede de la Fundación Atapuerca se trasladó hacia el primero de los tres edificios del Complejo de la Evolución Humana en ponerse en marcha: el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh).

Desde entonces estas instalaciones, que en aquella visita presentaba un aspecto un tanto desangelado con equipos desembalándose, han visto pasar numerosos investigadores en etapas pre y postdoctorales, colaboraciones nacionales e internacionales y se han prestado servicios a la industria local. Es un centro de equipamiento único no tanto por los aparatos sino por el uso que se les da a esas máquinas. «Los fósiles no hablan, colaboran poco y son muy escasos y tenemos que discurrir formas de extraer información.

Al final esos métodos son útiles para todos los campos y en esas técnicas en las que nos formamos para conocer estructuras, composición de materiales, el comportamiento geológico… son útiles para industria en controles de calidad, alimentación, de materiales de construcción, estudios paleosísmicas en estudio de fallas…», explica la actual directora del Cenieh, María Martinón. Esta filosofía de técnicas de otras áreas aplicadas a la evolución humana es lo que le ha valido a la instalación ser la segunda Instalación Científico Técnica de Castilla y León y la única en la red nacional vinculada a las humanidades.

Los primeros pasos de la que es considerada como la cocina de la evolución humana, porque es «donde utilizamos los ingredientes que nos da el yacimiento (sedimento, fósiles, rocas…) para cocinar ese plato que podemos mostrar en forma didáctica en el museo de la evolución, en forma de artículos y libros de información sobre nuestro pasado», explica Martinón, se dieron a unos metros de distancia de la sede que cumple 10 años.

En 2005 el Ayuntamiento de Burgos cede las instalaciones municipales de la Avenida de la Paz como sede provisional del centro en el ámbito científico y en la calle Toledo las instalaciones administrativas. Empiezan algunos miembros del equipo que hoy continúan como el personal de restauración o la propia María Martínón, hoy directora, bajo la dirección del codirector de las excavaciones de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro. Empieza el proceso de adquisición de equipamiento, de planificación de un equipo y funciones, es decir, preparar la cocina gourmet con los aparatajes y el personal necesario para extraer todo el jugo al material de calidad que llegaba desde Atapuerca, pero con la mirada puesta en ser referente y colaborador en yacimientos de todo el mundo.

La consolidación de los procesos en el ámbito de personal y desarrollar los protocolos de colaboración con terceros se definió durante la gerencia de Alfredo Pérez González. Ahora con María Martinón se consolida el proceso de internacionalización que se cimienta sobre el trabajo de los anteriores. «Levantar un centro como este es complejísimo, ha sido un esfuerzo de los anteriores gerentes que no es tan agradecido, pero ha habido detrás muchísima planificación de lo que se quería y creo que la foto a diez años vista no está nada mal», señala la directora.

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El Cenieh ha diversificado sus líneas de investigación desde las cuatro iniciales en el ámbito de homínidos, industria, fauna y datación ha determinar, con el incremento del equipo, líneas de trabajo más específicas. En una década se ha pasado de contar con 16 científicos que había en 2009 a los 31 que ‘cocinan’ en estas instalaciones los últimos avances en evolución humana a nivel internacional.

El primer menú es el relativo al pasado del hombre. En el ámbito de Paleobiología de Homínidos se abordan líneas de trabajo como Antropología Dental, Paleoantropología y biomecánica del esqueleto postcraneal, Paleofisiología y ecología homínidos y Paleoneurobiología. El menú de dataciones incorpora bajo el paraguas de la Geocronología técnicas como Luminiscencia, Paleomagnetismo, Resonancia Paramagnética Electronica, Series de Uranio y en próximas fechas se desarrollará la línea de Núclidos Cosmogénicos. Los platos de Geología se enmarcan en Caracterización geofísica de los rellenos kársticos, Geomorfología y procesos de formación y Paleokarst y rellenos sedimentarios.

En los restos que nuestros antepasados dejaron y que nuestros investigadores descubren en los yacimientos se confecciona el menú de arqueología que tiene como primeros Arqueología espacial, Arqueología Experimental, sigue con tecnología y traceología de industrias líticas y se incluye ámbitos como el paleolítico en la península ibérica. Y sobre quienes convivieron y compitieron con el espacio durante millones de años está la Paleobiología y todo lo vinculado a la fauna. Aquí se cocinan elaboraciones como Paleoecología de mamíferos y Zooarqueología y tafonomía.

Para realizar todas estas elaboraciones el centro cuenta con instalaciones de primera línea que le permiten, además, prestar servicios a terceros. En concreto al sector industrial de la zona que ha crecido un 22%. También a otros centros de investigación. Un equipamiento así y un personal científico y técnico «de primer nivel nos abre muchas puertas a la internacionalización». De esta manera el uso de terceros del centro ha crecido un 22% en el último año y en esta década se han alzando los 723 usos de este tipo.

Esto ha permitido que, en consonancia con el trabajo científico propio, los investigadores del centro hayan participado en 729 publicaciones científicas SCI y Peer Review, es decir, investigaciones científicas de primer nivel. La media del centro es de 100 publicaciones anuales en este tipo de publicaciones que son las que definen la productividad de estas instalaciones.

Ese es el final de un proceso científico que en el Cenieh cuenta con un trabajo de campo extenso. Su personal dirige o codirige 20 excavaciones de las que cuatro están en África. Pero el despegue internacional ya es imparable. Sus científicos y técnicos trabajan con materiales de Arabia Saudí, Argelia, China, Etiopía, India, Israel, Marruecos, Sri Lanka, Tanzania y «pronto iniciaremos proyectos en Mongolia y Armenia».

En el cocinado de las materias primas que se obtienen en esos rincones también se trabaja con ocho proyectos científicos nacionales, seis internacionales tres proyectos de infraestructuras internacionales, 16 proyectos de contratación nacionales y dos de contratación internacional. En estas instalaciones también se imparte docencia con la elaboración de 25 tesis doctorales porque un engranaje que ha costado cerca de 14 años montar no debe fiarse solo a la maquinaria, debe encontrar el mejor capital humano para seguir creciendo.

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