Diario de Valladolid

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Villanueva, acosado por los escándalos, dice ahora que se va

El consejero espera aún ‘pillar cacho’ en el Senado, en el puesto de María Jesús Ruiz, o que lo coloquen en el consejo de alguna empresa con asiento en Castilla y León

Publicado por
Felipe Ramos
Valladolid

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El consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, no tendrá un hueco en la lista del Partido Popular a las Cortes de Castilla y León por Valladolid, de la que fue cabeza de lista en las elecciones de los últimos años, acosado por los continuos escándalos de su gestión al frente de la Consejería de Economía y Empleo. El último es el que tiene que ver con el informe en el que se denuncia un «presunto fraude a la Seguridad Social», en las prejubilaciones de la mina Alto Bierzo de Manuel Lamelas Viloria, sin olvidar el sobrecoste de casi 30 millones que pagó por el edificio de Arroyo de la Encomienda (Valladolid).

Pese a todo, varios dirigentes del partido consultados por este periódico afirman que Villanueva no está dispuesto a marcharse como asegura a su actividad privada. Lo que ansía el todavía consejero de Economía y Empleo es ‘pillar cacho’ en el Senado y quedarse con la plaza de senador por Cortes de Castilla yLeón que ahora ocupa la ex consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz. Eso o que lo coloquen en uno de los consejos de administración de algunas de las grandes empresas con asiento en Castilla y León. Todo para seguir ‘viviendo’ de la política como viene haciendo desde hace 20 años.

Un Villanueva, con quien este periódico trato de ponerse en contacto sin conseguirlo, que ya trató de ‘colarse’ en la lista del PP para sentarse en el Parlamento Europeo, pero la dirección del partido en Madrid lo rechazó, una vez más por sus escándalos.

En ese momento, no se conocía el informe sobre las prejubilaciones mineras que ahora se sabe que permaneció seis años ‘perdido’ en el servicio territorial de Industria de León en su sección comarcal del Bierzo, que depende directamente de la Consejería de Villanueva, sin que ni él ni nadie en la Dirección General de Minas de Ricardo González Mantero, uno de los hombres de confianza del consejero, hicieran nada.

El peregrinaje de este expediente, tal y como adelantó EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN, duró seis años por los servicios dependientes del área de Villanueva hasta acabar en una caja en abril de 2011, cuando se dio «entrada al archivo». Y todo esto sin que la Consejería de Economía y Empleo, que ahora dice no sabía nada, moviera un solo dedo al respecto.

Un expediente donde se denuncia ese «presunto fraude», que habría cometido Lamelas Viloria al meter a sus hijos como ayudantes de barrenistas y a su sobrino como picador para que pudieran prejubilarse con 42 años con cargo al dinero del carbón, que se encuentra dentro del Plan de Labores y de Seguridad y Salud y que es obligado que apruebe la Consejería de Villanueva, a través de su servicio de Industria y de la Dirección General de Minas, para que la explotación minera de Viloria pueda seguir funcionando.

Éste no es el único escándalo en el que se ve inmerso Villanueva. Ahí está el caso del edificio de la sede de la Agencia de Desarrollo Económico, también dependiente de los dominios de Villanueva, por el que ahora se sabe la Junta pagó 70 millones y no 60, tal y como desde la Consejería de había asegurado.

Un informe de la Agencia Tributaria señala ahora que a esos 60 millones y medio –52 más ocho de IVA– había que sumarle otros más de 8,4 millones por otras siete factura en concepto de «imputación de la carga financiera incurrida durante la ejecución de la edificación del edificio». Conviene no olvidar que ya en su momento se desembolsaron 20 millones más de los 40 que la empresa Urban Proyecta PM3 había fijado como coste.

Dos escándalos que han tenido la callada por respuesta desde la Consejería y desde el propio Villanueva, que ni siquiera ha respondido a las continuas peticiones de comparecencia en las Cortes hechas por el Partido Socialista y el Grupo Mixto.

Dos casos, dos escándalos que son ejemplos claros de la forma de actuar de Tomás Villanueva. No son pocos en el seno de su propio partido quienes consideran que sus decisiones siempre han estado trufadas por intereses particulares o de amigos. Ahí está el caso de Lamelas Viloria que, sin ir más lejos, tenía en nómina hasta 2013 en una de sus empresas a la mujer del director general de Minas de Villanueva, tal y como reconoce el propio Ricardo González Mantero.

No es Tomás Villanueva el que decide marcharse de la política, que no quería y no tiene intención, como demuestra el hecho de que ansíe la plaza del Senado, son los escándalos los que lo apartan.

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