Diario de Valladolid

METAMORFOSIS DE CAMPO GRANDE 

La firma del acta de replanteo da luz verde al inicio de las obras de la nueva estación de tren de Valladolid

La mayor inversión pública de la historia de la ciudad con 216 millones arrancará la próxima semana y se prolongará durante 43 meses

Recreación de la nueva estación de trenes de Valladolid según una infografía del proyecto. .

Recreación de la nueva estación de trenes de Valladolid según una infografía del proyecto. .ADIF

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Y la cuenta atrás terminó. La firma del acta de replanteo marca este jueves el inicio de las obras de la nueva estación de trenes de Valladolid. Tras años de espera, los trabajos comenzarán la próxima semana con la instalación de las primeras casetas, las mediciones iniciales, el despliegue de vallados y las labores de balizamiento y topografía que delimitarán el perímetro de una de las intervenciones urbanísticas más complejas y ambiciosas de la capital. El cartel oficial de la obra se colocará el próximo 6 de octubre.

Este hito llega después de que las empresas adjudicatarias, la UTE formada por Ferrovial, ACS y la local Zarzuela, constituyeran durante el mes de agosto la sociedad que ejecutará un proyecto de enorme envergadura. La formalización del contrato es el paso previo y necesario para que las máquinas tomen el terreno, en un proceso que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha continuado sin pausa, a pesar del proceso legal iniciado por el Ayuntamiento para intentar frenar la actuación, aunque sin la solicitud de medidas cautelares que pudieran paralizarla.

La necesidad de esta infraestructura fue subrayada por el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, quien en declaraciones a este periódico defendió la urgencia de la modernización para garantizar el futuro de la red ferroviaria. Advirtió que la actual estación de Valladolid no podrá dar servicio cuando estén plenamente operativas la U de Olmedo, el corredor Burgos-Vitoria, el enlace de Vitoria con la frontera francesa de alta velocidad y la conexión con Santander. En este contexto, destacó que la nueva terminal de Campo Grande duplicará su capacidad y deberá acoger a más de cinco millones de pasajeros. "Necesitamos una estación nueva, moderna y funcional", afirmó, al tiempo que situó a Valladolid en un segundo nivel de grandes estaciones del país, comparable a Zaragoza o Córdoba, solo por detrás de Madrid y Barcelona. 

La hoja de ruta de esta obra es exigente. Sobre el papel, se han diseñado trece fases milimétricas para ejecutar la obra en 1.305 días, equivalentes a 43 meses, con un presupuesto de 216 millones de euros y con el objetivo primordial de no interrumpir el tráfico de trenes ni la movilidad de los viajeros. La intervención generará, según las estimaciones de Transportes, 1.028 empleos directos, 1.351 indirectos y 558 inducidos.

Los primeros compases de la obra, correspondientes a la 'fase cero', no tendrán afecciones significativas para los usuarios. Se centrarán en la franja más próxima a Delicias, donde se desplegarán máquinas y operarios. Se instalarán módulos prefabricados para reubicar oficinas y comenzarán las primeras demoliciones, como las de las naves del antiguo espacio Estación Gourmet y parte del aparcamiento actual. Este estacionamiento mantendrá plazas en servicio pero con un nuevo acceso, ya que sobre esa superficie se levantará el nuevo y moderno edificio. El acceso actual al edificio histórico para taxis y vehículos particulares se mantendrá durante los primeros 15 meses. Dos grandes grúas torre dominarán el horizonte para el transporte de cargas, una solución necesaria en una zona con tráfico ferroviario continuo.

Pese a que las afecciones a la vida diaria son una realidad en una intervención de esta magnitud, la planificación se ha centrado en reducir al máximo su impacto. Para ello, la estrategia es clara: cualquier trabajo que deba realizarse sobre las vías actualmente en servicio se concentrará en la franja nocturna, en concreto entre la medianoche y las cinco de la madrugada. La primera fase, que se extenderá durante un año, verá cómo desaparecen las viejas vías, aquellas que quedarán en desuso una vez que todo el tráfico de mercancías se desvíe por la Variante Este a partir de 2026. La reconfiguración de la nueva playa de vías seguirá un eje de sur a norte, y para garantizar la separación de flujos de pasajeros, se instalarán dos pasarelas temporales para los usuarios de la red convencional y los de alta velocidad.

Mientras la maquinaria pesada transforma la playa de vías, otra parte del equipo comenzará a dar forma al nuevo corazón de la estación. Se iniciará la construcción simultánea del futuro edificio de viajeros y del aparcamiento subterráneo, una infraestructura de cuatro plantas con capacidad para 605 vehículos. El nuevo inmueble, un espacio de 7.900 metros cuadrados que se elevará sobre los propios andenes, tendrá como señas de identidad una singular piel exterior y cinco grandes lucernarios para bañar de luz natural el interior. Anexa a esta estructura nacerá una pasarela de 180 metros de largo y 12 de ancho, cuya función será clave para conectar el centro con el barrio de Delicias, incluyendo además un carril para bicicletas. Una vez resuelta la parte de la red convencional, el foco se trasladará a la infraestructura de alta velocidad, con la creación de andenes y la modernización del ya existente.

El horizonte fijado para la conclusión de todo el complejo es el verano de 2029. En esa fecha, la ciudad no solo recibirá un vanguardista edificio de viajeros y su aparcamiento, sino también los nuevos módulos técnicos y administrativos de Adif. Todo este esfuerzo responde a un objetivo estratégico: preparar a Valladolid para el futuro ferroviario, con una capacidad dimensionada para absorber el tráfico previsto en 2050. Las proyecciones apuntan a más de cinco millones de pasajeros anuales y días laborables con picos de 17.500 usuarios, cifras que consolidarán a la capital vallisoletana como un nodo de primer nivel en el mapa ferroviario de España.

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