Diario de Valladolid

VOLUNTARIADO

Universitarios vallisoletanos volcados con Tánger

"El voluntariado me gusta, me gusta aportar", asegura Enrique Sánchez, voluntario de la UVa en un campo de trabajo con la ONG Cooperación Internacional

Los doce voluntarios vallisoletanos en Marruecos junto al obispo de Tánger.

Los doce voluntarios vallisoletanos en Marruecos junto al obispo de Tánger.E. M.

Valladolid

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«Ayudar a la gente siempre es bonito y siempre sienta bien», asegura José García-Faria, uno de los once universitarios vallisoletanos que han viajado junto a un palentino hasta Tánger para colaborar en residencias y campamentos.

La ONG Cooperación Internacional en Castilla y León organiza un campo de trabajo para personas jóvenes en Tánger que este año ha tenido lugar en el mes de julio. Varios de los voluntarios que han asistido están involucrados con el Colegio Mayor Peñafiel de la ciudad del Pisuerga, y algunos son estudiantes de la Universidad de Valladolid.

«Es una experiencia impresionante, no una experiencia personal sino compartida, pensar en los demás en vez de en ti, hace que lo pases mucho mejor», asevera José García-Faria, voluntario que participa por tercer año consecutivo en el campo de trabajo de la ONG.

Cooperación Internacional, con presencia en países europeos a través de International Youth Cooperation, promueve programas al servicio de la infancia y de la juventud desde hace más de tres décadas, con programas muy variados en los que distribuye a la juventud española, entre ellos: acompañamientos en hospitales, rehabilitación de viviendas, participación en comedores sociales...

Colaboran bajo el lema #LivingForOthers. La ONG hace hincapié en que la solidaridad no se limita a acciones puntuales, sino que impregna el día a día de los voluntarios en todos lo ámbitos de su vida. Quieren fomentar ese espíritu solidario en jóvenes, tanto es así que en el curso 24/25 han participado más de 140, algunos en calidad de voluntarios y otros en formaciones. En la DANA de Valencia se pudo ver como muchos, de todas las localidades españolas, viajaron a la ciudad damnificada para poder ayudar a los valencianos.

José García-Faria, junto al Colegio Mayor Peñafiel, organizó un viaje a Valencia al que se unieron varios jóvenes, no lo pensaron y se sumaron a los cientos de voluntarios que acudieron a ayudar a los valencianos. 

Enrique Sánchez, estudiante de Medicina en la UVa y voluntario que colabora este año por primera vez en la iniciativa de Cooperación Internacional, fue participe de ese viaje organizado para solventar lo que ocasionó la DANA. «Fue gratificante, pusimos nuestro granito de arena y estuvimos muy a gusto allí», afirma Enrique.

Ahora en verano, concretamente en Tánger, la ONG plantea diferentes voluntariados, colaboran con una residencia para personas con discapacidad, en la que ayudan a hacer tareas de conservación, reparaciones y hacen compañía a los residentes. También prestan su ayuda en el orfanato de las Misioneras de la Caridad.

A su vez, proponen voluntariados en relación a trabajos de rehabilitación de viviendas, repartiendo desayunos a personas en situación de vulnerabilidad y dando clases de castellano a niños marroquíes para así enriquecer su situación social, algo que a veces resulta complicado ya que estos no hablan ni inglés, ni francés, ni ningún otro idioma que pudiera servir de puente para enseñar eficazmente el español.

Los doce voluntarios han colaborado en un campamento que tiene lugar en el Hogar Padre Lerchundi, que actúa como campamento en verano y cómo escuela para familias sin recursos durante el resto del año. «La mayoría de escuelas en Marruecos son de pago, y Lerchundi si no es la única es de las pocas que es totalmente gratis. Allí van los niños con menos recursos, con familias desestructuradas... y más allá del campamento es por tener a los niños en un ambiente sano y controlado», comenta Enrique.

A este han acudido alrededor de 30 niños de edades entre nueve y once años. «Íbamos a las nueve, les dábamos clases de español, los niños después desayunaban, tenían patio y seguidamente realizábamos actividades con ellos, la idea del campamento este año giraba en torno a la concienciación sobre la Tierra», informa José García-Faria. El lema del campamento era «los guardianes del planeta». Hacían muchas dinámicas, como plantear ideas de cómo cuidar el planeta a través de un árbol y sus frutas, y actividades que involucraban manualidades como un robot con objetos reciclados, o jincanas de juegos para los niños que duraban toda la mañana. «Dinámicas lectivas y a la vez amenas» asevera José.

Para ninguno de los doce vallisoletanos es el primer voluntariado en el que participan, puesto que disfrutan colaborando. «El voluntariado me gusta, me gusta aportar, me gusta ayudar en la medida en la que me es posible», afirma Enrique Sánchez. «No es mi primer voluntariado pero si que podríamos decir que es la primera vez que participo en uno que abarca tanto, digamos a lo grande...»

Tánger es un destino de voluntariado que lleva muchos años en el Colegio Mayor Peñafiel, los dos coinciden en que la ubicación de este voluntariado es un sitio que llama la atención. «Es una mezcla entre saber que yendo a Marruecos te vas a encontrar una cultura diferente, pero que no es tan ajena, y no vas como turista, vas a acompañar a personas de verdad que necesitan de ti. Estás con gente de allí relacionándote día a día, se crea vínculo con ellos», apunta José.

Enrique recomienda a aquellos que quieran hacer un voluntariado dejar los prejuicios a un lado. «Me ha impactado el choque respecto a lo que imaginaba que me iba a encontrar y lo que me he encontrado. Gente muy hospitalaria, muy alegre y sobretodo muy agradecida con nosotros».

«Recomiendo sobretodo este voluntariado, ir a Marruecos, conocer una cultura totalmente diferente, ayudar a gente. Es vivir una experiencia que compartes con los demás, agradecen tu ayuda y lo disfrutan tanto que hace que uno mismo también lo disfrute con y como ellos», añade el universitario José García-Faria.

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