Diario de Valladolid

PLENO EXTRAORDINARIO 

PP, Vox y quince colectivos piden a Adif no seguir con la estación de tren de Valladolid "si impide el soterramiento"

Carnero avanza que el Ayuntamiento realizará un "estudio profundo" sobre el soterramiento con muro pantalla

El PSOE lamenta el "boicot" a la "mayor oportunidad de futuro" de la ciudad

Irene Carvajal, Jesús Julio Carnero y Francisco Blanco en el Ayuntamiento de Valladolid.J. M. LOSTAU

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Un 'déjà vu'. 11 de marzo de 2024 o 10 de marzo de 2025. Eso es lo que se vivió este lunes en el Ayuntamiento de Valladolid. Ya se preveía que esto podía pasar, pero nadie estaba mentalmente preparado. Y eso que la expectación era máxima. Tribunas hasta la bandera, abucheos, aplausos y 18 intervenciones de asociaciones de vecinos y entidades sociales y económicas.

El orden del día estaba claro: pleno extraordinario y monográfico sobre el proyecto de la nueva estación de tren, en el que cada uno de los grupos municipales mostraría su opinión, sin embargo, el hilo conductor fue el soterramiento. La excusa: la metamorfosis de Campo Grande, un proyecto de más de 250 millones de euros que puede quedar en el limbo por la apuesta del equipo de Gobierno por la futurible eliminación de las vías en superficie.

De las más de cuatro horas de bronco debate, lo que se sacó en claro es que el alcalde Jesús Julio Carnero, respaldado por su socio de Gobierno, Vox, no va a renunciar a su proyecto estrella del programa electoral, que, según ha repetido en varias ocasiones, fue lo que le permitió convertirse en regidor de su ciudad.

Quien la sigue, la consigue. Ha logrado que el pleno apruebe gracias a los votos de PP y Vox, y el respaldo de 15 colectivos, pedir al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) no seguir con la estación de tren «si impide el soterramiento». En el lado opuesto, el Grupo Municipal Socialista, Toma la Palabra y tres entidades defendieron la integración en superficie y que el equipo de Gobierno no «boicotee» las obras de la nueva terminal.

El alcalde vallisoletano aseguró: «Sí a la estación». No obstante, matizó de inmediato: «Siempre y cuando permita que en un futuro, cuando corresponda, se pueda acometer el soterramiento y que la ciudad no quede hipotecada». Con un tono firme, declaró: «No podemos permitir que esta actuación se haga de manera perpetua y para siempre y tenemos que luchar con todas las fuerzas».

Defendió la legitimidad de su postura, antes de incidir en que responde al mandato de las urnas y a la voluntad mayoritaria expresada por los colectivos presentes en el pleno. Negó rotundamente estar «mareando la perdiz», como le había recriminado la representante de la Asociación de Vecinos Rondilla, y justificó la contratación de una asesoría jurídica externa como una medida para garantizar «una opinión diferente» y no para «paralizar» los proyectos de demolición de Arco de Ladrillo o la nueva estación de tren.

«Vamos a seguir peleando por el soterramiento», insistió Carnero, enmarcando esta lucha dentro del convenio de integración ferroviaria, y dando la «bienvenida» a la nueva estación, aunque reiterando su petición de que se ejecute «cuanto antes», pero sin «cercenar o triturar» las aspiraciones futuras de la ciudad. En una referencia directa al ministro Óscar Puente, el regidor parafraseó a su antecesor en el cargo: «Valladolid no se va a conformar con menos», a pesar de reconocer el «muro del sanchismo» con el que se han encontrado (en referencia a la renovación de la terminal de Campo Grande).

La respuesta de la oposición no se hizo esperar. El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Pedro Herrero, calificó de «indecente» la actitud del alcalde, acusándolo de «torpedear» un proyecto que considera una «bendición» para Valladolid, que despierta «envidias» y que permitiría a la ciudad convertirse en la tercera capital ferroviaria de España, después de Madrid y Barcelona. En esta línea, instó a Carnero a «recapacitar» y dejar de poner «pegas», reclamando a la Junta de Castilla y León «que se ponga en marcha de una vez» con la estación de autobuses en Delicias. Con un tono visiblemente crítico, preguntó si el regidor actuará de la misma manera con el viaducto de Arco de Ladrillo y los pasos de Ariza, para sentenciar: «¡Qué hastío y qué pena!», y añadir un contundente: «Usted sobra».

Alberto Gutiérrez Alberca, concejal de Tráfico y Movilidad, defendió la «extrema generosidad» de Valladolid al permitir el paso del AVE en superficie, argumentando que esto no debe impedir el soterramiento futuro. «Hoy estamos más cerca del soterramiento que nunca», afirmó para, a continuación, destacar la apertura de la variante de mercancías y la demostración de que «el dinero no es el problema». Al mismo tiempo, calificó de «chantaje» la postura de quienes plantean «o todo o nada» y aseguró: «No vamos a transigir». El edil popular consideró «inadmisible» la falta de diálogo y defendió que la ciudad del futuro no puede basarse en rampas o túneles, concluyendo con un optimista: «Estamos más cerca que nunca de tocar ese cielo».

Por su parte, Víctor Martín, concejal de Vox, que en un momento de su intervención pensó que era socialista –una confusión que despertó sonrisas–, fue aún más allá en la crítica al proyecto actual de la estación, calificándolo de «punto final» al «anhelo» del soterramiento y dudando de que sea prioridad para ningún ministerio. Describió el proyecto como «sobredimensionado, un insulto a la razón, un atentado a la ética en la arquitectura y una falta de respeto al entorno».

En este punto, criticó la política de «hechos consumados» de Puente y deslizó la posibilidad de impugnar el proyecto por falta de participación pública. Con un tono confrontativo, exigió una estación subterránea con la inversión prevista y retomar el soterramiento, acusando a la izquierda de ser «unos negacionistas».

Rocío Anguita, portavoz de Valladolid Toma la Palabra, arremetió contra el alcalde, recriminándolo usar el soterramiento como «cortina de humo» para ocultar su «inacción». «Déjese de bufonadas de patio de colegio», espetó a Carnero, pidiéndole que dejara de «soñar con paraísos bajo tierra». La edil propuso una enmienda para que el Ayuntamiento mantuviera su compromiso con la integración mientras no hubiera otro proyecto, antes de defender la reforma de la estación para no perder «la mayor oportunidad de futuro» de la ciudad.

Algunos de los asistentes al pleno extraordinario.AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID

Intervenciones de asociaciones y entidades

El debate se enriqueció con las intervenciones de los representantes de las entidades. Alberto López, de CEOE Valladolid, consideró el soterramiento «necesario y beneficioso», pero también valoró la nueva estación, aunque con la condición de que no cierre la puerta al soterramiento. Elizabet Arija, de Impulsa Igualdad, reclamó la eliminación de barreras arquitectónicas y defendió el soterramiento como medida de «accesibilidad universal». Rafael Monedero, de Avadeco, expresó un «estación sí, pero no así», rechazando el proyecto actual y reiterando la necesidad del soterramiento. Jesús Herreras, de Fecosva, apoyó al Ayuntamiento y la nueva estación, pero advirtió de que los vallisoletanos no renunciarán al soterramiento. Jorge Valentín-Gamazo, de la Asociación Polígono de San Cristóbal, pidió compatibilidad entre estación y soterramiento. Fernando Pérez, de Avein, defendió el soterramiento como solución a la «fragmentación urbana», valorando una estación «vanguardista» pero compatible. María Paz Arias, de AME, exigió entendimiento y defendió la estación y el Arco de Ladrillo. Carmen Teresa López, de AEBE, respaldó al Consistorio en su demanda de diálogo y compatibilidad.

En representación del tejido vecinal, María del Socorro Díaz, de la Plataforma por el Soterramiento, defendió una reivindicación «justa» y «necesaria» y rechazó el «falso debate» sobre la estación, clamando por el «soterramiento ya». Jesús Vegas, de la Asociación de Vecinos Los Santos-Pilarica, rechazó la perpetuación de la barrera ferroviaria, sentenciando: «¡Qué carajo, la vía por debajo!». María del Pino Lozano, de la Asociación de Vecinos Pilarica, defendió el soterramiento como generador de empleo y actividad económica. Luis Miguel Trapote, de la Asociación de Vecinos Delicias, criticó la «monstruosidad» de la estación, «capricho» del «destructor Óscar Puente». Gregorio Vázquez, de la Asociación de Vecinos Nuestra Señora del Rosario, vio el soterramiento como «oportunidad excepcional» de «regeneración urbanística». Yolanda Matías, de la Asociación de Vecinos La Unión de Pajarillos, comparó la división por las vías con «murallas medievales». Elvira Yáñez, de la Federación Vecinal Conde Ansúrez, calificó la estación de «espantosa» y «un intento de acabar con el soterramiento».

Las voces contrarias al soterramiento también se hicieron oír. Concha Morán, de la Asociación Vecinal Rondilla, defendió la nueva estación por la obsolescencia de la actual y criticó al Ayuntamiento por poner «obstáculos», considerando «tramposa» la petición de diálogo. «El futuro es hoy», sentenció, antes de considerar que el «soterramiento tuvo su tiempo». Isabel Pérez, de CGT Valladolid, planteó el soterramiento como «última opción» por su problemática y coste. Francisco Javier Gutiérrez, de Ecologistas en Acción, defendió la integración del ferrocarril frente a un soterramiento «en trinchera».

Un "estudio profundo"

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, avanzó este lunes, durante la celebración del pleno extraordinario sobre el proyecto de la nueva estación de tren, la convocatoria de la Mesa del Soterramiento para el próximo lunes, así como el encargo por parte del Ayuntamiento de un «estudio profundo» para analizar la viabilidad de eliminar las vías en superficie con muro pantalla, ante la reiterada negativa de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV) a esta opción.

«Nos han hablado muchas veces de estudio multicriterio, pero no lo conocemos», afirmó el regidor, quien insistió en que la posición de Valladolid es clara: ««Sí a la estación de tren, la valoramos y le damos la bienvenida, pero también sí a la lucha por el soterramiento».

En este punto, Carnero solicitó a Adif «diálogo» en la ejecución de las modificaciones para que la renovación de la estación Campo Grande sea viable con la eliminación de las vías del tren en superficie.

La votación de las mociones durante la sesión reflejó la división del pleno. El primer punto de la moción de adición, defendida por Vox, que valoraba la inversión de Adif en la nueva estación, se aprobó por unanimidad. Sin embargo, en los puntos siguientes, relativos al diálogo, la participación, la estación subterránea y la petición al Gobierno para retomar el soterramiento, la mayoría del equipo de Gobierno, formado por PP y los de Abascal, impuso su criterio, dejando patente que el debate sobre el futuro ferroviario de Valladolid sigue abierto y lejos de resolverse.

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