CALLES Y PLAZAS
La calle vallisoletana de la fiesta y la morriña
Epicentro un día de la zona de copas de moda y reconvertida en una «normal y corriente», en Francisco Suárez apenas permanecen supervivientes de la movida nocturna como Javier, de la cervecería Calle Mayor, que recuerda cuando «los coches no podían pasar de la gente que había»

La calle Francisco Suárez de Valladolid en 1984.
Un curioso efecto se produce cuando los nacidos en los 60, 70 y 80 pisan esta calle. La morriña acompañada de una sonrisilla aparece y los recuerdos de noches pasadas de borrachera se agolpan. Cada grupo tenía su ritual, pero antes de que el sol comenzara a despedirse, la cercana plaza de Paulina Harriet empezaba a llenarse de chavalada. La tienda del Cascanueces, que cambió de ubicación hace ya varios puñados de años, frente al colegio Lourdes, era un punto de encuentro habitual, como lo era también el cercano Corte Inglés. De ahí y de la plaza arrancaban las rutas que convertían a Paco Suárez –como era conocida por todos– en la calle de la fiesta y la noche vallisoletana en unos años en los que la zona del Cuadro atraía a marabuntas a sus bares, discotecas y after.
Mucho han cambiado las cosas en una vía atravesada a la mitad por el renombrado paseo del Hospital Militar. De un lado, el colegio Ponce de León, coches aparcados y negocios de todo tipo en un trozo que siempre ha sido más tranquilo que el otro. Aunque la otra parte, la antaño zona de copas de moda, hace ya bastante que también perdió el ajetreo, las voces, los cachis a toneladas, los litros de alcohol y la polémica de sus últimos coletazos como epicentro de las salidas nocturnas de los jueves, viernes y sábados.
La memoria de las generaciones boomer, X y hasta Milenials [nacidos estos últimos entre los 80 y hasta entrados los 90] guardan momentos de un esplendor nocturno con nombres propios como esa discoteca al lado del río llamada Charlot (reconvertida más tarde en iglesia evangélica), los concurridos Camarote, Paco Suárez, Desván, el dos, el Refugio, Cercha, Titahuana, Camarote, El Conde Costa, Santino, Dixieland, Mario’s, las también a los pies del Pisuerga y conectadas entre ellas Dalt Vila y Kiu... los de la acera de enfrente, Carcasone y Candelaria, o Ascot, uno de los primeros en instalarse allá por los últimos años de los 70 del siglo pasado que abrió camino al resto de locales (hasta 36 llegaron a estar abiertos) y del que hoy queda el cartel de madera junto a varios grafitis y sus representativas ‘ventanas’ en forma de arco de medio punto y rejilla. La mayoría estaban en Paco Suárez, pero varias se encontraban en sus tentáculos, esos pasadizos o desembocaduras como Espíritu Santo en el caso de Charlot. Varias fachadas permanecen con rótulos que evocan a otras épocas, aderezados con pintadas que esconden interiores vacíos y verjas echadas.
Hasta allí no se llegaba de la nada. La cercana Paulina Harriet y sus alrededores ejercían en la práctica de extensión de Paco Suárez y servían para los preliminares en La Chupitería, La Zona o el BB+ con sus míticos cachis de agua de Valencia, ponche-lima-cola, 43 vainilla... (Bienvenida la nostalgia de quienes los años les han caído encima de golpe al leer este párrafo y bienvenidos también quienes les suena a años remotos). Que no faltaran los chupitos de Absenta, el Semáforo, aquel Cerebrito en el que la granadina hacía las veces de formol rojo y el Orgasmo, alcanzado este al mezclar licor de melocotón con naranja.
Hugo, del 82 y uno de esos habituales del Cuadro, como cliente y como currito tras la barra de Desván y de Carcasone, recuerda que servía «cachis de cerveza o calimocho a 250 pesetas, los de Malibú-Piña o el Pitufo (vodka con Blue Tropic) a 350 y los de cubatas a 500». Aunque lo que causaba sensación era «el tubo de caña a 50 pesetas», comenta. Buceando en los recuerdos también destaca «el ambiente ecléctico de la planta de arriba de El Refugio, que se extendía a todo El Cuadro».
En la actualidad permanecen muy pocos locales de los de antaño. Están abiertos Carcasone y Desván (con un ambiente relajado diferente), pero también un mítico, el Calle Mayor. Tras la barra está Javier Pérez. A sus 65 años recuerda cómo cuando llegó «había dos bares». Inauguró Calle Mayor en 1983 junto a dos hermanos, Guillermo, ya jubilado, y Gustavo. «Esto era el boom. Los coches no podían ni pasar de la gente que había. Venía todo el mundo, de todas las edades. Había muchísimos bares. Desde las cinco hasta las diez venía juventud y a esa hora pegaba el cambiazo. Era una mina. Camiones y camiones de coca cola. Vendíamos cerveza a tope».
En los últimos años en los que El Cuadro dejaba de ser El Cuadro, pegaban más fuerte Paraíso, Coca, Cantarranas y San Miguel. Los cierres llegaron como una especie de efecto dominó. Pasar hoy por allí es hacerlo por una calle más de Valladolid, con un nombre que no fue el primero que tuvo (antes fue Diez y Rodríguez), y con un colegio de los de siempre, el Ponce de León.
Ahora, entre muchos otros, hay negocios clásicos como Daytona Motos, Tapicerías Olda ‘desde 1972’, la carnicería Gutiérrez, Automóviles E. Suárez, Fruittiland, y curiosamente frente al Ponce se mantiene el nombre de El Cuadro, sólo que para un ocio diferente, el infantil al ser una zona de juegos. La calle hoy es otra.

El bar Camarote, uno de los de siempre

El Carcasone y el Calle Mayor

El Ponce en obras

El patio, al descubierto

Andamios entre aulas

Y las aceras levantadas

Los míticos pasajes hacia el amanecer

De Ascot a Paco

Trifulcas y vigilancia

El Ponce desde fuera

Con Tres Amigos

El Seiscientos
Seiscientos, que hacía esquina con la calle Espíritu Santo, en 2006 días después de que en esa zona apuñalaran a una joven por la espalda.

¿Te tomas algo en Candelaria?

Un ambiente muy diferente

El Lourdes al fondo

La mitad tranquila de la calle

Antaño fueron bares de copas

Pasajes que se cruzan a otras horas

Tapas en Carcasone

El Cuadro 'infantil'

Paco en el recuerdo

Pasadizos con otro final

Una calle "corriente"

El garaje del 13

De Ascot solo quedan pinturas

La cuesta hacia Charlot

Sus comercios

La vía principal

De la fiesta al deporte

Acción social

La acera de la Candelaria, Carcasone y Calle Mayor

Los letreros permanecen.

Negocios con historia

De las copas a las bolsas

Cervezas en Calle Mayor

Un cuadrado en El Cuadro

¿La última en el Desván?

La vida de día

Comercios de siempre

El primero

Ajetreo diario

Un superviviente de la movida nocturna

Ahora los coches sí pasan

Café y copas en El Desván

Una calle partida en dos

De vida sana

Locura

A otros ritmos

Fachadas muy variadas

Negocios del día a día

Servicios

De toda la vida

Andamios

Ideas para lucir mejor

Deporte

Edificios reconocibles

Avenidas poco concurridas

Desde 1972

El colegio de la calle

El Cuadro cambia de público

Rincones salvajes

Relucientes

Recovecos

Una calle con peluquerías

No siempre tuvo este nombre

Más negocios de cercanía

El colegio

El Ponce de León ahora

Zona que se llena de niños
