Diario de Valladolid

Un año de cárcel a un refugiado por abusos a una trabajadora en un traslado en Valladolid

En el camino de un centro de protección internacional de Béjar (Salamanca) a Peñafiel, cuando ella conducía, le agarró del brazo, se masturbó y le invitó a que le tocara el pene

Cuartel de la Guardia Civil de Peñafiel donde presentó denuncia a la víctima nada más llegar a la localidad. G.S.V

Cuartel de la Guardia Civil de Peñafiel donde presentó denuncia a la víctima nada más llegar a la localidad. G.S.V

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a un año de prisión por abusos sexuales a un refugiado de Mali –de 19 años cuando ocurrieron los hechos– a una trabajadora de un centro de asistencia  social que le trasladaba en coche. La pena a la que se enfrentaba era mayor, aunque logró reducirla con un pacto con la Fiscalía de Valladolid y la acusación particular que ejerció la víctima de los abusos sexuales. 

Una conformidad en que la que reconoció que agredió sexualmente a la trabajadora que le llevaba en coche para ser puesto a disposición de una asociación de Peñafiel desde un centro de protección internacional de Béjar (Salamanca), ya que se masturbó en pleno viaje y la invitó a que le tocara el miembro viril. La víctima llegó a Peñafiel conduciendo el coche para el traslado del refugiado africano y lo primero que hizo fue acudir directamente al puesto de la Guardia Civil donde presentó la correspondiente denuncia.

Los hechos, juzgados recientemente por la sala cuarta de lo Penal del tribunal vallisoletano, ocurrieron el 1 de diciembre de 2021 . El ahora condenado se encontraba en esa fecha residiendo como refugiado en un centro de protección internacional en Béjar (Salamanca) y ese día, por la tarde, llegó el momento de realizar una mudanza a una asociación de atención social en Peñafiel. Recoge la sentencia 192/2023, a la que ha tenido acceso este diario, que,  cuando era trasladado en coche, por una trabajadora que iba al volante, entre las 18 horas y las 21 horas, en el trayecto por la autovía A-62, el acusado comenzó con una mano a acariciar reiteradamente el brazo de aquella. «Con el otro comenzó a masturbarse, mientras le decía: «¿Sexo conmigo?’», «¿Tú sabes qué es sexo?» recoge el apartado de hechos probados.

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 «Puede tocar, por favor»

Las obscenidades fueron subiendo aún más de tono hasta el punto que llegó a decirle a la conductora , que para entonces, ya estaba suficientemente horrorizada: «Mira qué grande, puede tocar por favor», le soltó, proposición que no fue atendida por la conductora, quien procedió a denunciar los hechos ante el puesto de la Benemérita en cuanto llegó a Peñafiel. El acusado, que carecía de antecedentes penales hasta la fecha, fue llamado a declarar posteriormente en sede judicial. El Juzgado de Instrucción 4 de Valladolid incoó diligencias previas por un delito de abuso sexual y acordó la apertura de un juicio oral que se ha señalado recientemente a puerta cerrada , aunque la vista no llegó a celebrarse, puesto que el refugiado, asesorado por un letrado, pactó conformidad tanto con los hechos de las acciones como con la pena solicitada y aceptó la pena de un año de prisión y las medidas de libertad vigilada, por tiempo dedos años, a ejecutar con posterioridad a la pena privativa de libertad, cuyo contenido consistirá en programa de educación sexual.

A ello la sentencia de la Audiencia de Valladolid suma la «inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio, actividad, retribuida o no, que conlleve trato regular con personas menores de edad por tres años», recoge el fallo.  Además, como responsabilidad civil, el condenado maliense debe abonar a la trabajadora la cantidad de 2.000 euros , en concepto de indemnización, en plazos mensuales, entre el 1 y el 15 de cada mes. Por último, el acusado abonará las costas del proceso, incluidas la de la acusación particular ejercida por la víctima del abuso sexual.

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