Diario de Valladolid

La tensión se adueña del Ayuntamiento de Valladolid: de “Indolencio” al “amnistiador”

Carnero y Puente endurecen su confrontación con motes y descalificativos a costa de los últimos nombramientos municipales y la negociación de la investidura de Sánchez

Jesús Julio Carnero y Óscar Puente en una imagen de archivo. ICAL

Jesús Julio Carnero y Óscar Puente en una imagen de archivo. ICAL

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Entre ‘amnistiador I’ e ‘Indolencio’ anda el juego. Más que un juego, un enfrentamiento que va ganando grados en la escala de tensión que se adueña del ayuntamiento vallisoletano. Carnero y Puente, alcalde y exalcalde de Valladolid, parecen haber dejado muy atrás la cordialidad y cercanía que había marcado sus relaciones de antaño y elevan una confrontación creciente con acusaciones, que han sobrepasado con mucho el juego limpio y dialéctico, al contrincante sobre el asunto de turno. Ahora incorporan hasta motes con el que tratan de ridiculizar al otro.

Las armas de uno y otro están muy marcadas. Críticas a que si Jesús Julio Carnero no quiere ser alcalde, que prefiere el Senado y por ello nombra a un regidor en la sombra, según el PSOE. Mientras para la bancada popular del gobierno vallisoletano Puente es la viva representación de un indeseado ejecutivo nacional en ciernes, y sus atribuciones, como parte del equipo designado por el presidente en funciones para negociar su investidura, reflejan todo lo que consideran adverso, empezando por la posible amnistía a los independentistas catalanes.

A partir de ahí, las declaraciones de ambos políticos van tornando la crítica en una hostilidad ‘in crescendo’ a través de los medios de comunicación o de uno de los ‘ring’ que forma parte fundamental de la comunicación política de ambos, X, antes Twitter, donde no pierden oportunidad para lanzarse cuchillos y antes de que les haya dado tiempo a recogerlos, lanzar aún más.

El último episodio comenzó con un «han cantado Bingo» que escribió el diputado socialista en la red social (cómo no) X tras anunciarse el acuerdo del nombramiento de dos –que finalmente fueron tres–altos cargos de la Junta de plena confianza de Carnero para reforzar el gobierno municipal. Continuó con un juego de palabras de Puente sobre el nombre de quien ocupará el cargo (de nueva creación) de coordinación de políticas públicas: Indalecio Escudero, viceconsejero de Administraciones Públicas de Castilla y León. 

Puente apodó a Carnero como «Indolencio» en uno de esos hilos de mensajes que tanto le gustan, en lo que muchos seguimos llamando Twitter, aunque de Twitter quede lo mismo que del ‘hastag’ #PuenteAtasca que ahora unos cuantos ‘tuiteros’ dan la vuelta con #CarneroAtasca. 

Empezó la mañana del lunes quien lidera el duro banco de la oposición de Valladolid desgranando por qué opina que el máximo dirigente de la ciudad la descuida y la dejará en manos de esta nueva incorporación. Óscar Puente tachó de «máscara y farsa la designación del alcalde B» y amenazó con llevar a los tribunales la convocatoria pública a la que se presentaron 14 aspirantes.

Un día esperó Carnero para contraatacar y el pasado martes estrenó un nuevo apodo para ese al que logró arrebatar el bastón de mando en los pasados comicios y al que no hace tanto le unía una relación de proximidad y buena sintonía. Al ser preguntado por la polémica creada ante la designación de Indalecio Escudero se refirió al ex regidor como «Puente el amnistiador»

La crítica no se limitó a esa ocurrente denominación, sino que aseguró que «para un vallisoletano que haya un ex alcalde dedicándose al negocio de la amnistía clama al cielo de Valladolid y al cielo de Castilla». Y claro, sólo hubo que pasarse por el perfil de X de Puente para encontrar nueva réplica en la que Carnero dejaba de llamarse Jesús Julio: «¿Con qué manta iba a tapar Indolencio sus vergüenzas, su vagancia y su incapacidad?»

Cierto que el enfrentamiento se remonta al anuncio de que Carnero sería el hombre al que el PP se encomendaba para recuperar una plaza tan relevante como la Alcaldía de Valladolid, pero entonces era sólo político, con el máximo respeto y no ahondaba en lo personal, como ambos comentaban en público y en privado.  No habían elevado el tono de este modo y con tanta insistencia en el que vuelan descalificativos por encima de cualquier otra cosa. Ya en campaña, el socialista le recriminaba que aspirara a senador y Carnero criticaba la renuncia al soterramiento por parte de Puente , que en la actualidad dispone de escaño en el Congreso, ese de quinta fila del que bajó para asestar un golpe de efecto a los de Feijóo en la fallida investidura del popular, desde una tribuna en la que quienes le habían dado por cadáver político tras la derrota en las elecciones de mayo le vieron resucitar, cual Ave Fénix, de la mano de su amigo Sánchez. Un Pedro Sánchez que pasó a deberle una y le indultó por obcecarse con las candidaturas al Congreso y Senado por Valladolid. (Vamos, por oponerse a la de Javier Izquierdo)

Ya tras la intervención sorpresa de Óscar Puente en la réplica a Feijóo, en la que acaparó focos y halagos a la par que una feroz retahíla de insultos y críticas, Carnero expresó, a modo de quien confiesa un suplicio padecido en silencio: «Ya sabe toda España lo que sufríamos en Valladolid».

Entre medias, el soterramiento como hilo conductor, los días que lleva Carnero sin soterrar de los que Puente se hace eco en Twitter, ya saben X, y la falta de voluntad de llevarlo a efecto de la que el regidor acusa a su antecesor en el cargo. Y las cuentas municipales. ¡Ay, las cuentas! Para el popular la situación económica que se encontró fue totalmente negativa e inesperada : «La situación financiera del Ayuntamiento es complicada, complicadísima. Si seguimos el rango de rigor del Partido Socialista sobre el saneamiento de una institución o una persona, que Dios nos libre, el enfermo está enfermo», diagnosticó el alcalde tras conocer el informe del interventor municipal. Claro que para Puente la herencia económica dejada era «boyante» y «la excusa para no cumplir las promesas electorales, como bajar los impuestos». 

¿Próximo capítulo? Habrá que esperar, aunque con toda probabilidad seguiremos en este un tiempecito y tendremos “Indolencio” y “amnistiador” para rato . Y si no son ellos directamente, ya habrá tuiteros y hasta bots de esos que no tienen ni nombre ni foto reconocible en redes, para repetir ambos leitmotiv hasta la saciedad. Mientras, equipo de gobierno del consistorio vallisoletano y oposición tirándose unos trastos cada vez más grandes a la cabeza.

tracking