Diario de Valladolid

Macrojuicio contra tres clanes que controlaban el ‘menudeo’ en Castilla y León

Los 38 acusados, de Valladolid, Zamora, Palencia y Salamanca, se enfrentan a 200 años de cárcel en un proceso de nueve jornadas ante la Audiencia Provincial pucelana

La Policía Nacional durante una intervención realizada el 29 de junio de 2017.- E. M.

La Policía Nacional durante una intervención realizada el 29 de junio de 2017.- E. M.

Publicado por
J. I. Fernández

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El golpe al menudeo de droga que se vivió durante la macrorredada denominada ‘Operación Infierno’, realizada en verano de 2017, sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de Valladolid durante nueve sesiones (a partir del martes 25) a 38 acusados con peticiones que suman casi 200 años repartidos entre los clanes más conocidos de Castilla y León.   

Para llegar a esos casi 200 años, la Fiscalía les acusa en su mayoría de delitos contra la salud pública  de sustancias que causan grave daño, pero también se incluyen otros como pertenencia a grupo criminal, delitos de tenencia ilícita de armas y delitos contra la seguridad vial. De los 38 acusados, el que más años de condena se enfrenta es el vallisoletano J.L.G. con 7 años y 6 meses, mientras que en su mayoría, los denominados según el escrito de la Fiscalía, «personas de confianza o machacas» se les solicita una pena de cárcel de cuatro años. 

La importancia del macrojuicio radica en que las acciones desarrolladas en conjunto entre la Policía Nacional y Guardia Civil permitió asentar un golpe a los principales clanes familiares relacionados con el tráfico de drogas en Castilla y León: los ‘Paturros’ en Valladolid; los ‘Chinches’ en Zamora y uno más en Salamanca denominado ‘Los Juanantos’, según la Fiscalía . En su día, hace cuatro años, fueron 66 los detenidos, a los que se les imputaron los delitos de tráfico de drogas, tenencia y depósito de armas y municiones, así como pertenencia a organización criminal. Sin embargo, algunos de los acusados llegaron a conformidad y no tendrán que sentarse en el banquillo de la Audiencia Provincial. 

En el escrito de acusación de la Fiscalía se narra cómo a partir de marzo de 2016, el grupo VIII de la Brigada Provincial de Policía Judicial inició la investigación sobre las actividades ilícitas de venta de drogas al menudeo, especialmente cocaína y heroína, realizadas en Valladolid contra M.D.L.G. y A.M.C. (a ambos se les pide 6 años y 6 meses), que se realizaban en su vivienda, donde habitualmente se realizaban las transacciones de estupefacientes con los compradores que allí acudían. A ellos dos, la Fiscalía les considera «responsables» del grupo organizado afincado en Valladolid del clan de Los Paturros, los cuales realizarían las ventas al menudeo. En Valladolid, la mercancÍa se la adquirían a J.L.G., que también contaba con sus ‘machacas’ que realizaban todas aquellas funciones que se les encargaba.  

Tras iniciarse la instrucción, la intervención de diversos teléfonos de los investigados, permitió descubrir los diversos contactos y reuniones entre loa acusados, así como las relaciones entre ellos y la mecánica en la forma de actuar para la venta de estupefacientes, evidenciando que para ello, los ‘cabecillas’ se proveían de droga en otras provincias, básicamente en Zamora y Salamanca. La adquirían a diversos grupos de proveedores quienes a su vez la adquirían de otros proveedores acusados, y a su vez la comercializaban a terceros o a otros revendedores. En definitiva, toda una trama de menudeo de droga que recorría media Castilla y León y que implicaba a muchas personas. Los dirigentes de la organización criminal abastecían de sustancias a los intermediarios, quienes se ocupaban de hacer llegar las drogas a otros investigados en las capitales de Zamora, Salamanca y Valladolid,  desde donde se distribuían las sustancias estupefacientes para abastecer distintos puntos de venta ‘al menudeo’ en Palencia y en las poblaciones de Benavente  y Villafrechós (Valladolid).

Conexión Zamora

Así, la Fiscalía Provincial asegura que el clan vallisoletano contaban con una serie de personas de confianza que se encargaban de realizar las ventas, así como de «realizar el transporte a un punto concreto de la ciudad» en caso de alguna venta o compra. Asimismo con la colaboración de otras que «formarían parte de este grupo organizado». Habla de los proveedores que tenía en Zamora, donde la principal suministradora de droga era una miembro del conocido clan familiar ‘Los Chinches’ en Zamora. Para ella se la solicita (7 años y 6 meses) y que contaba con la asistencia de diversos colaboradores. Además, según el escrito, era activa suministradora de drogas a diversos compradores en localidades como Benavente, Villafrechós (Valladolid), Palencia y en la propia ciudad pucelana. 

Conexión Salamanca

Como consecuencia dela deuda generada por los cabecillas vallisoletanos de la venta de droga, M.D.L.G. y A.M.C. comienzan a abastecerse de sustancias en un punto de venta del barrio de Buenos Aires en Salamanca, dando lugar a nueva vía dentro de la Comunidad. Una vez más gracias a los ‘pinchazos’ telefónicos  se descubre la persona suministradora y a partir de ahí, la misma manera de actuar. En tierras charras también hubo registros de domicilios y detenciones.   

El escrito de la Fiscalía, (31 páginas a doble cara) detalla cómo era la forma de actuar de estas bandas de narcotraficantes y explica que se realizaron numerosas entradas y registros de domicilios de los investigados, lo que permitieron la intervención en su poder de diversas cantidades de sustancias estupefacientes destinadas al tráfico ilícito, dinero, numerosos teléfonos móviles, armas, otros efectos y útiles destinados a la ilícita comercialización de las sustancias tóxicas intervenidas. 

Los mecanismos de coordinación entre ambos cuerpos policiales establecieron las coincidencias entre ambas investigaciones y comenzaron una operación conjunta que llevaron a  varias provincias regionales como Valladolid, Palencia, Salamanca y Zamora e, incluso, a la Comunidad de Madrid.  La investigación, que estuvo coordinada por el Juzgado de Instrucción 2 de Valladolid, y al que posteriormente se sumó Instrucción 6 de Salamanca, se extendió durante unos ocho meses, y en algunos momentos participó en ella de manera conjunta con 300 agentes de Nacionales y de Guardias Civiles. 

En su día, esta macrorredada fue presentada ante los medios por la entonces delegada del Gobierno, María José Salgueiro, que recordó que la operación dejó sin efecto 24 puntos de venta de droga y se retiraron sustancias que podrían haber alcanzado 144.000 euros en el mercado. Además, entre las piezas incautadas figura un fusil de asalto Kalashnikov con 211 cartuchos, un subfusil Uzi maraca Ero, una pistola semiautomática Star, un revólver British Bulldog, un bolígrafo pistola, una escopeta del calibre 12, una carabina del 22, un cañón escopeta del 12 y una pistola detonadora modificada. Eso solo referido a las armas de fuego, porque el inventario de las blancas no le va a la zaga, con varias catanas y sables. 

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