Diario de Valladolid

Adif adjudica por 7,8 M€ el suministro de carril y balasto para la Variante Este

La vía tiene 17,5 kilómetros y absorberá el tráfico de los trenes de mercancía, el 25% de los que llegan a la estación Campo Grande, para evitar su paso por la ciudad

Tren de Renfe llegando a una estación. E.M.

Tren de Renfe llegando a una estación. E.M.

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Redacción de Valladolid
Valladolid

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El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, adjudicó por 7,8 millones de euros  dos contratos de suministro y transporte, tanto de carril como de balasto, para la construcción de la Variante Este de Mercancías de la Red Arterial Ferroviaria de Valladolid (RAF). Estos contratos tienen por objeto a la fabricación y transporte de 5.810 toneladas de carril y el suministro y transporte de 160.000 toneladas de balasto para las vías.

En concreto, la empresa Arcelormittal España fue la adjudicataria del contrato de carril por un importe de 5,2 millones de euros (IVA incluido), mientras que el contrato de balasto fue a parar a la UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por Cycasa Canteras y Construcciones y Canteras Cuadrado, por un importe de 2,5 millones de euros.

La Variante Este tiene 17,5 kilómetros de longitud y está diseñada para que los trenes puedan circular a una velocidad de 160 kilómetros a la hora. Como hitos estructurales, cuenta con un viaducto de 1.130,5 metros (Viaducto de los Tramposos) y un túnel de 2.192 metros.

El objetivo de la obra es la ejecución de una variante ferroviaria al Este de Valladolid, en ancho convencional, que dará continuidad en vía doble a la línea Madrid-Hendaya y que se empleará para el tráfico de mercancías.

Esta variante permitirá también el acceso al nuevo complejo ferroviario de Valladolid, en el páramo de San Isidro, en el que se emplazarán todas las actividades ferroviarias que actualmente se realizan en otros centros de Valladolid, a excepción de las vinculadas a la estación de viajeros, como el nuevo taller de Renfe, la terminal de servicios logísticos, que sustituirá a las instalaciones de La Esperanza y Argales, y Redalsa.

Una vez que entre en servicio, la variante acogerá el paso de todos los trenes de mercancías para evitar su paso por el centro de la ciudad, lo que representa el 25% del tráfico ferroviario actual de la estación de Valladolid-Campo Grande.

Las obras de esta línea de mercancías, recogida en el proyecto de soterramiento que luego se desechó, acumulan un retraso  considerable desde que se paralizaron por primera vez en 2011 por falta de fondos.

Tuvieron que pasar siete años hasta que en 2018 el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, retomara los trabajos, aunque con un incremento del presupuesto de 12,4 millones de euros, pero sólo se mantuvieron unos meses y en mayo de 2019 volvieron a suspenderse al tener que realizar un modificado del proyecto para adaptarlo a la nueva normativa.

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