Diario de Valladolid

Desvestir al cáncer para vestir al Covid

La Asociación contra el Cáncer advierte del «retraso de diagnósticos y tratamientos» por el coronavirus y del problema derivado del miedo: «Hay usuarios que no van a las citas de cribado por temor al contagio» / El padre de Carmen lleva un año esperando tratamiento / Los sindicatos abogan por consultas presenciales

Javier Arroyo, vicepresidente de la Asociación contra el Cáncer de Valladolid. MIGUEL ÁNGEL SANTOS (PHOTOGENIC)

Javier Arroyo, vicepresidente de la Asociación contra el Cáncer de Valladolid. MIGUEL ÁNGEL SANTOS (PHOTOGENIC)

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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Cada vez que el padre de Carmen acude al hospital, descubre que tiene cáncer. Procesa el disgusto por los pasillos de la mano de su hija. Pero cuando llega a casa y su mujer le pregunta ya se le ha olvidado. «Todo bien, tengo un pólipo que a ver si me quitan». No miente, padece demencia.

Al salir de la consulta, su hija le consuela como si fuera la primera vez que lo escucha. El «angustiante» bucle ya dura un año. «Es terrible llevar tanto tiempo a la espera de tratamiento. Hay Covid y es muy importante, pero enfermedades como esta deberían seguir siendo prioridad».

Lo mismo opina la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). «Se desviste a un santo para vestir a otro y no se puede», lamenta Javier Arroyo, vicepresidente de la AECC en Valladolid. «El retraso en las pruebas diagnósticas ha alterado el estatus sanitario y vital de estos pacientes. Estamos peleando por recuperar ese terreno del que se nos ha desplazado y que la sociedad reclama».

Arroyo advierte de que, tras el paso a un segundo plano derivado de la primera oleada de la pandemia, «la oncología y sus tratamientos no han recuperado el espacio que deberían y el resultado es que la emergencia en Covid acentúa la emergencia en cáncer». 

En opinión de Arroyo, la atención y los esfuerzos sanitarios deben repartirse y «no perder de vista esta enfermedad que existe antes durante y después del coronavirus y que es el primer problema sanitario del país, pese a estar en medio de una pandemia». 

Por ello, defiende que «el cáncer, lamentablemente, debe volver a ocupar el lugar que por su incidencia le corresponde. Es la mayor causa de mortalidad en el país. Cada día fallecen 300 personas debido a esta enfermedad. Un millón y medio de enfermos en España tiene cáncer y en Castilla y León cada año se detectan más de 17.000 casos. Es la enfermedad que más veces acaba en situación de muerte».

Sobre estas cifras, los pacientes y «las consecuencias periféricas al coronavirus»: «Se han puesto al descubierto las carencias del sistema, que está sufriendo. En oncología las citas van con retraso, los diagnósticos no llegan tan a tiempo y las pruebas no se hacen con la celeridad que se hacían. Esto repercute en que se dan peores pronósticos. Hoy en día hay oncólogos viendo casos tumorales más avanzados de lo que deberían», indica Arroyo, que, sin embargo, subraya que «los profesionales sanitarios están haciendo todos los esfuerzos posibles». 

Esta asociación insiste en que quien presenta esta enfermedad en medio de la alarma por Covid padece consecuencias negativas añadidas. «El enfermo de cáncer ya tiene bastante y encima ve desmejorada su atención. Estos pacientes son más vulnerables, tanto que uno de cada tres presenta cuadros de ansiedad o depresión».

Por la prolongada espera a la que se enfrenta con su padre, al que «le han retrasado pruebas y consultas varias veces ya», Carmen se ve identificada en esta reflexión de la AECC. «Se pasa mal. Solo queremos que nos digan qué van a hacer. Si hay tratamiento y cómo será. Es horrible estar así. Aunque entendemos que la pandemia influye en todo, no tendría que ser así en algunas enfermedades. Empezamos en octubre del año pasado, antes del Covid», expone esta vallisoletana.

Está convencida de que la avanzada edad de su padre es determinante para la falta de resolución en su caso. «Tengo la sensación de que como es muy mayor le están dejando y si fuera así me parece muy mal. Me gustaría que me dijeran podemos hacer por él ‘esto’ y ‘esto’ y lo asumimos. Quiero pensar que están desbordados y que esto les parece que puede esperar y lo dejan, ¿pero un año? Es demasiado». 

Llegada a este punto, y pendiente de una consulta en las próximas semanas, Carmen alberga aspiraciones sencillas para su padre: «Quiero que tenga una vida lo más fácil y lo mejor posible».

CITAS SIN PACIENTES

Al problema propiciado por los meses en los que se paralizó la asistencia sanitaria, a excepción de los casos de mayor gravedad, se suma el miedo. 

La Asociación Española contra el Cáncer advierte de que detecta «casos en los que el paciente no acude a las citas de cribado por temor al contagio, por querer evitar los centros médicos y las aglomeraciones», y alerta de las profundas repercusiones que esta tendencia puede tener en la salud de los usuarios. 

Ante esta realidad y con la incidencia del coronavirus creciendo, quiere lanzar un mensaje a los pacientes reticentes: «Los centros hospitalarios y los de salud tienen un sistema para pacientes Covid y otro para el resto. Se toman precauciones y son seguros. Nadie tendría que dejar de hacerse una revisión por ese miedo», opina Arroyo.

El vicepresidente de la AECC de Valladolid incide en que «es muy importante la asistencia a las citas de cribado de distintos tipos de cáncer porque han mejorado la supervivencia de enfermos oncológicos», y lamenta que se den pasos hacia atrás en este campo. «Se  abre un agujero en un terreno avanzado». 

Además de la «falta de insistencia» actual sobre los programas de cribado de cáncer de colon, señala otro problema añadido para los casos de cáncer de mama en el medio rural. «Para revisiones preventivas organizábamos un autobús y trasladábamos a 50 mujeres de distintos pueblos el mismo día, pero ahora no se hace por las condiciones sanitarias».

MENOS TELEMEDICINA

La secretaria general de Satse en Castilla y León, el sindicato de profesionales de Enfermería, Mercedes Gago, constata los «alrededor de cuatro meses de retraso en los cribados de cáncer de mama» y lamenta que el aplazamiento de las revisiones provoque «diagnósticos tardíos y pronósticos peores». «Un cáncer que se podría haber operado con buen resultado puede detectarse con metástasis», expone. 

Para la representante de los profesionales de Enfermería de Castilla y León resulta «muy grave que los pacientes tengan miedo de ir a centros sanitarios», recuerda que «están preparados con medidas de seguridad» y lanza un mensaje a las administraciones: «No podemos hipotecar todo el sistema sanitario por la atención al Covid».

Gago propone implementar «las campañas de concienciación para que los usuarios acudan a los servicios médicos cuando tengan dolor o síntomas y no lo dejen pasar», y asegura que las consultas telemáticas presentan deficiencias. «Es distinto que alguien cuente una dolencia a que en la exploración el profesional descubra qué sucede».

Tampoco es partidario de la alta implantación actual de la telemedicina el máximo representante del sindicato médico Cesm en Castilla y León, José Luis Díaz Villarig. 

En su opinión, «las consultas telefónicas llevadas al extremo son una barbaridad» porque «el acto médico es presencial y puede haber excepcionalidad, pero algo muy concreto, no del modo que se ha llevado a la situación actual».

Villarig recuerda que no todas las provincias sufrieron igual durante el estado de alarma y advierte de que «hubo muchísimos problemas con diagnósticos y tratamientos en los meses de abril y mayo, más en algunos sitios que en otros, como en Segovia, por ejemplo, que no dispone de clínicas privadas a las que derivar las cirugías». «No estamos en esa situación, pero si siguen las cosas por malos derroteros se podrían llegar otra vez», advierte. 

También el responsable autonómico de Sanidad de UGT, Miguel Holguín, es partidario de recuperar las consultas presenciales: «La telemedicina hace difícil detectar los problemas oncológicos y de muchos tipos».

A juicio de Holguín, se han dado varios factores para que los plazos de consultas no se hayan puesto aún al día. «Venimos de un periodo en el que había vacaciones del personal y además no se han implementado plantillas», indica y recalca un aspecto a salvaguardar: el emocional. «No hay ningún género de dudas de que se retrasan diagnósticos y, desde el punto de vista psicológico, para el paciente vivir con la duda del diagnóstico o del tratamiento no ayuda nada». 

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