Diario de Valladolid

Salta en paracaídas desde una torre de 15 pisos en Río Vena

-E. M.

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Publicado por
Ricardo G. Ureta

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Un hombre sin identificar se ha lanzado al vacío en paracaídas desde una de las torres más altas de la capital burgalesa, un edificio de quince plantas en el polígono de Río Vena en la esquina de la calle Batalla de Villalar con Juan de Padilla. 

El paracaidista ha protagonizado lo que se conoce como un salto base desde la azotea de ese inmueble a la que accedió de noche para arrojarse al vacío después de comprobar que la calle estaba desierta y sin tráfico. Esta temeridad o proeza, según se mire, ha quedado reflejada en un vídeo que se ha difundido rápidamente entre los burgaleses a través de las las redes sociales.

El bloque en cuestión tiene una altura aproximada que superaría por poco los 40 metros, lo que convierte este salto en extremadamente peligroso y complejo de realizar. El salto BASE de menor altura documentado está en 29 metros, pero rozar los 35 ya se considera un logro en este peculiar deporte. 

El vídeo del salto, al que ha tenido acceso este periódico, muestra que el saltador se mantiene en todo momento tranquilo y dominador de la situación. Sin oscilaciones de la cámara o movimientos que denoten dudas. La grabación enfoca la calle Batalla de Villalar, gira para comprobar el tráfico, y en un momento dado muestra el salto desde la perspectiva del saltador, cayendo unos metros, en primer lugar, casi a plomo para, a mitad de la bajada, iniciar un movimiento oblicuo de avance que le lleva a posar los pies limpiamente sobre la carretera. De hecho, es un salto tan limpio que parece incluso sencillo. El osado paracaidista emplea nueve segundos en realizar un descenso oblicuo desde esta torre frente a la antigua Flex para aterrizar sobre la carretera, prácticamente en la entrada del instituto Comuneros.

Rápidamente, y aunque la calle está desierta, recoge el paracaídas principal y el pilotín, un pequeño paracaídas que ayuda a desplegar rápidamente el paracaídas principal, que es muy importante en estos casos dada la poca altura de que dispone el saltador para completar con seguridad el salto para el que empleó un paracaídas rectangular de color oscuro con una franja blanca. 

Tras recoger el paracaídas debajo del brazo, echa a correr en dirección al siguiente bloque de la calle aún con la cámara grabando y no es hasta llegar a una zona de sombra cuando se para a detener la grabación. Desde la azotea de la que salta, en la parte del bloque más cercana al instituto y el punto de aterrizaje apenas habrá un centenar de metros. 

El desconocido evidencia una gran destreza al realizar este salto desde un edificio alto, pero mucho menos que los rascacielos en los que se suelen intentar este tipo de acciones que constituyen una forma extrema del paracaidismo deportivo.

En ningún momento emite sonido alguno. Ni siquiera cuando llega al suelo sano y salvo se permite algún gesto de alegría o alivio. Recoge sus cosas y sale corriendo. Sólo el sonido del viento y de sus pisadas al correr para no ser visto rompen el silencio de la noche. Lo apartado de la zona, cercana a la avenida de Cantabria y el río Vena, y la hora del salto, presumiblemente de madrugada por la ausencia de luces encendidas en las ventanas y vecinos por la calle, así como la facilidad para colarse en la azotea, fueron propicias para que el saltador escogiera ese edificio y no otros puntos de la ciudad con bloques aún más altos. 

No se conocen más casos similares en Burgos, pero en Madrid, Barcelona y Benidorm, entre otros, sí se han dado casos de saltos similares pero en alturas superiores.

El acrónimo BASE, en sus iniciales en inglés, se aplica a aquel que se realiza desde un edificio (Building); una antena, chimenea o torre de tendido eléctrico (Antenna; un viaducto o cualquier otro tipo de vano (Span) o desde un risco, acantilado o similar (Earth).  

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